𝑉𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛 𝑠𝑢𝑠𝑢𝑟𝑟𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑎𝑚𝑜𝑟

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Estaba esperando a Ara juntos a Marc y Olivia. Mientras ellos hablaban y seguían en su burbuja de enamoramiento, mi mente sólo podía hacerme recordar lo ocurrido antes. No me arrepentía en lo absoluto, por que la amaba. Ara me gustaba.
Solo que ahora probablemente ella lo notaria, en definitiva había sido culpa de ella, es maravillosa, como podría resistirme.

Era la chica de mis sueños. Solo la quiero a ella, solo eres tú Ara. La mujer que necesito.

-Hola- Decía una voz a mis espaldas. Ella, la mujer de mis pensamientos, era ella. Se acercaba a nosotros mientras tomaba su bolso.

Liv fue la primera en acercarse a ella. Abrazándola, mientras Ara hacia denotación de una magnífica sonrisa. Ambas parecían niñas felices con la otra, y aquello era una instancia perfecta. Tanto Marc como yo, apreciabamos a cada una de nuestras razón de amor.

-Con Liv iremos a caminar al parque, tú y Aria deberían pasar tiempo juntos, ¿no?- Me expresaba Marc mientras nos dirigíamos a la estación de autobuses. Todos iríamos a nuestros respectivos destinos a través de estos.

-Claro, como si tuviera excusa para ello- Le respondí con sarcasmo mientras giraba los ojos. Pasar una tarde con Ara sería increíble. Pero no sabía como pedírselo, o si estaría bien para ambos.

-No necesitas excusas tío, pero podrías pedirle ayuda con algún deber, piensa Héctor porfavor- Me indicaba este mientras revolvía mi cabello. Tenía razón, no podía quejarme. Sólo debía pensar.

El autobús al fin había llegado. Marc y Liv se sentaron juntos como de costumbre, mientras Ara y yo repetimos aquella acción. Ella apreciaba los fastuosos paisajes exteriores a través de la ventana, yo apreciaba su magnífica presencia.

-Adios, nos vemos mañana- Se despedían ambos tíos enamorados. Mientras desendian del vehículo en dirección al hermoso parque de el lugar. Ara y yo hicimos gestos con la mano en despedida mientras sonreiamos.

-¿Me podrías ayudar, es una tarea de escritura?- Le preguntaba con todas mis fuerzas a Ara, provocando que esta se volteara en mi dirección y me observará. Creando demasiados nervios en mi cuerpo, y grandes latidos en mi corazón.

-¿Qué gano yo a cambio?, pasar una tarde contigo es mucho sacrificio- Me expresaba mientras sonreía y reía por su comentario. Sus palabras iban en broma lo pude entender. Pero mi mente dejó de funcionar, cuando la observe sonriendo. Su rostro de felicidad, solo podía hacerme feliz con esa hermosa imagen.

Deseaba poder apreciarla toda mi vida. Y aún así necesitaría más tiempo con ella.

-¿Otra barrita de chocolate sirve?- Preguntaba mientras sonreía y mostraba una cara de duda. Ella seguía riendo, y yo me seguía enamorando aún más de ella. Mi corazón se calmo un poco al ver como está sonreía y asentia ante mi petición.

¿Por qué me haces tan feliz Ara?, me preguntaba constantemente a mi mismo.

-Espera, para que caminas tan rápido. Me canso idiota- Decía esta mientras recuperaba su agitada respiración. Íbamos camino a su casa, y caminábamos por el lindo lugar mientras el sol nos iluminaba.

-Lo siento, lo siento. Pero vamos, mi tarea no sea hará sola- Expresé en broma viendo como esta se enojaba juguetonamente. Iba a golpearme pero empecé a correr, al igual que ella. Quién al parecer había olvidado su cansancio al instante.

Corríamos por el magnífico lugar mientras nos aproximabamos a su casa. Habíamos llegado e intenté crear paz entre nosotros pero, al parecer Ara no quería perder la oportunidad de golpearme.

-Solo te ayudare, tu harás tu deber Fort- Me hablaba mientras insertaba el código frente a la puerta de su casa. Yo solo sonreía y asentia atrás de ella. Por supuesto que sería así, solo me gustaba molestarla.

Still Young - Héctor Fort Donde viven las historias. Descúbrelo ahora