𝓐𝓬𝓬𝓲𝓭𝓮𝓷𝓽𝓮

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Cuando Cubarsí me había hecho dirigir mi mirada a Ara, fueron cosa de segundos para que las cosas se tornarán de un color gris y amargo. No estaba seguro de si aquello había sido culpa de él estrés, o todo lo que conllevaba a lo que ocurría. Pero cuando los ojos de Ara estuvieron a punto de crusarse con los míos, esta choco fuertemente contra el suelo. Ocasionando que la mayoría de los presentes corrieran a ver el estado de aquella joven mujer, que reposaba inconsciente sobre el frío suelo.

-Ara, amor que ocurre. ¿Puedes oírme?- Preguntaba con desesperación mientras mentada moderadamente el cuerpo de mi novia. Intentando que con tan solo un pequeño sonido pudiera aliviar la gran preocupación que sentía por ella.
La razón de mi sentir este sentimiento tan fuerte estaba llamado amor, estaba débil e inconsciente frente a mis ojos, al ver que nadie podía hacer nada decidí llevarla a la enfermería de el lugar.

La cargue como si de una pluma se tratase, delicada y liviana entre mis fuertes brazos que ahora solo estaban a servicio de Ara.

Cubarsi habría rápidamente la puerta de la enfermería mientras llamaba a alguna experta que pudiera ver el estado de salud de Ara. Me desesperaba el simple hecho de tenerla frente a mi en tal estado, y ser un completo inútil.

Mientras mis pensamientos seguían pelandose en una batalla interminable, nuevamente la puerta de la enfermería fue abierta, esta vez Cubarsi venía junto a una enfermera que se aproximo rápidamente a Ara, pidiéndonos que esperábamos afuera.

-Vale tío, entiendo que estés así de preocupado, pero trata de calmarte un poco. La tía es fuerte, estará bien- Explicaba Cubarsi mientras sus manos golpeaban delicadamente mi espalda buscando algo de paz.

En el fondo sabía que tenía razón, pero es demasiado complicado ordenar a tu corazón como sentirse. Lo supe desde el momento en que Ara se convirtió en el amor de mi corazón.

-Me disculpo, pero enserió estoy preocupado, se golpeó la cabeza contra el suelo, es demasiado peligroso. Debí haber llegado y evitar aquello, o ser yo quién recibiera el golpe por ella- Hablaba con prisa mientras mi pulso se aceleraba, por el simple hecho de que cada pensamiento me hacía sentir aún más culpable. Cubarsí empezó a negar con rapidez mientras sonreia.

-No puedes hablar enserió, ¿prefería tu golpearte?- Preguntaba Cubarsí con una extrañes inusual en su rostro. No lo pensé dos veces y asentí con rapidez. -Vaya que estas enamorado- Finalizo por decir, mientras hacía que pensara en aquello.

Sí, mis sentimientos por Ara estaban más que claros, yo sentía amor por ella. Se lo demostraría cada instancia en la que podría, si ella necesitaba mi ayuda entonces estaría las veces necesarias, si ella necesitaba a alguien quien la protegerá entonces me convertiría en su escudo humano, daría todo por aquella mujer con ese carácter tan especial.
Me costaba creer que nuestro primer encuentro fuera tan diferente a los sentimientos que ahora tenía.

Sí, Héctor Fort, estas jodidamente enamorado.

-Chicos, ¿podrían pasar?, pero primero que todo, traten de tomarse la situación con algo de calma. ¿Vale?- Aún que la enfermera nos hablaba de cómo debíamos estar, todo fue sordo a mis oídos, la preocupación había aumentando, y solo necesitaba verla.

Antes de que pudiera observarla Cubarsi me detuvo, Ara nos estaba dando la espalda, por lo que nuestras miradas aún no se encontraban. Pero fueron cosa de segundos para entender que la situación encendía algo, algo que no era para nada bueno.

-¿¡Donde esta mi hija!?- Pudimos oír las cuatro personas que nos encontrábamos en la enfermería. Antes de que Brandon, y la madre de Ara entraron corriendo y con notable preocupación.

Debido a aquella escena de gritos, Ara no tardo en voltear frente a nosotros. Su mirada fue directo a su madre, lo cual me puso un tanto nervioso debido a las consecuencias que esto traería. Pero para mi confusión, Ara no reaccionó de ninguna forma.

Still Young - Héctor Fort Donde viven las historias. Descúbrelo ahora