𝓐𝓶𝓸𝓻...

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Mis pensamientos cesaron cuando la puerta de la habitación estaba siendo abierta, en el fondo esperaba que quien entrará por esa puerta fuera Héctor, pero aquella persona que se estaba dejando ver a través de la blanca puerta era mi madre.

Aun que nuestras miradas se cruzaron se me era imposible hablar con ella, era una mujer desconocida para mi, aún así mis venas circulaban la misma sangre que las de ella.

-¿Los dolores siguen muy fuertes?- Hablo ella mientras se acercaba a la camilla, su semblante era relajado pero sus ojos emitían nerviosismo a lo lejos.

No deseaba hablar con ella, y mucho menos aparentar la relación madre e hija que no teníamos. Después de todo ambas éramos unas totales desconocidas para la otra.

-¿Héctor esta afuera?- Pregunte ignorando por completo su preocupación, no veía motivo para aclararé ni una sola duda. Mi pregunta pareció desconcertarla, pero al instante volvió a relajarse.

-Supuse que tú y ese chico tenían algo, estaba bastante preocupado- Expresaba con una confianza la cual me incomodaba, la razón no era sobre el tema que hablaba, sino que lo tomaba como algo normal entre ambas.

Al ver que no hablaba y no seguía su conversación, se dio por vencida con los intentos de demostrar algo que no era. Bajo su mirada y se preparo para hablarme mientras mi vista no dejaba de observarla, de una manera terrible.

-Se que nuestra relación no es buena, y se que no es fácil para ti tener que hablarme. Pero créeme que la razón por la que volví no fue algo fácil- Tomo una breve pausa mientras buscaba las mejores palabras para continuar- Eh decidido volver por tu talento al patinar, mi nombre es significativo, y espero el tuyo se convierta en lo mismo. No escucharé reclamos al respecto- Finalizo por decir haciendo denotación de sus verdaderas intenciones al volver, mi rostro no podía expresar mayor desagrado y tristeza.

-¿Enserió vuelves solo otra cagar más la situación?- Hable con desprecio mientras observaba a mi madre. Su reacción fue de enojo y estaba segura de que me reprenderia si no hubiera hablado yo antes- No haré nada de eso, esa es mi decisión- Acabe por decir mientras fuertes dolores de cabeza golpeaban mi mente.

-No diré más, yo que tu me voy despidiendo de distracción como esa- Acabo diciendo mientras salía haciendo alusión a Héctor, las cosas no podían empeorar.

Fueron cosa de minutos mientras la puerta nuevamente volvía a ser abierta, esta vez era mi padre quien ingresaba. Se acercó a mí lado y agradecí reconocerlo. Hablamos acerca de lo de mi madre, pero para mi aquella habitación era sofocante, por lo que volvimos a casa.

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-Tienes que estar tranquila, además hay otras cosas por las que preocuparse- Decía desde el otro lado de la línea mientras hablaba con Liv. Quién no dejaba de reprenderme por descuidar mi salud.

-¿Qué puede ser más importante que esto?, no seas tonta- Expresaba con confusión Liv mientras reía. A lo cual yo no dude en molestarla.

-Pues el amigo de Héctor creo que debe de extrañarte- Mencione apartando el teléfono de mi oído mientras gritaba por mi comentario anterior.

Reí y hable mucho con Liv esa tarde, era cosa de días para volviéramos a vernos. Pero aún así la extrañaba, sentía estos días realmente agotadores.

Descansaba en mi cama mientras veía Instagram en mi teléfono, no había notado que tenía cerca de cinco solicitudes de ciertos jóvenes de mi edad, la verdad no me interesaba así que las deje ahí sin hacer nada.

Decidí tomar una ducha mientras ponía la música a todo volumen desde mi teléfono. Necesitaba sacarme la esencia a hospital.

Enrolle la toalla a mi cuerpo al finalizar, para poder vestirme y descansar un poco más. Después de todo desde mañana volvería a la rutina aburrida escolar.

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⏰ Última actualización: Nov 02 ⏰

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Still Young - Héctor Fort Donde viven las historias. Descúbrelo ahora