𝑁𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑜𝑠

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El día de hoy, había sido realmente aburrido, Liv y yo no hicimos nada interesante. Incluso note que Héctor y Marc no se encontraban en el instituto, cuando era hora de su clase de Ed. Física note que estos no estaban. Segundo día, y estos imbéciles ya estaban faltando.

Llegaba la hora de la salida, y como de costumbre Liv y yo, volvíamos en autobús a casa. Liv estaba tan cansada que durmió cierto período del trayecto. Cerré los ojos por un momento, mientras los audífonos me dejaban oír las dulces melodías.
Mire los paisajes que gracias a los ventanales del autobús podía ver, todo era hermoso, en ese preciso momento, me sentía la persona más afortunada del mundo.

Los minutos pasaron con rapidez, desperté a Liv para que esta bajara, ya que estábamos muy cerca de el lugar al que ella se dirigía. Me dio un fuerte abrazo y bajo del autobús, ahora solo faltaban unas cuentas paradas para que yo hiciera lo mismo. Cuando estaba preparando las cosas para bajarme, mi teléfono vibro debido a una notificación de Instagram, la miraría luego, pues debía caminar hacia mi casa.

Marc y Héctor:

Marc y yo, habíamos estado ansiosos por este momento, faltamos a las clases debido a esto, nos probamos en el Club Barcelona "B", al fin llegamos a tal nivel, estaba muy feliz de que esto pasara. Mi sueño era ser un futbolista profesional, y casa sacrificio estaba logrando que estuviera más cerca de aquello.
Nos sometieron a diversas pruebas, jugamos dos partidos, solo en uno Marc y yo fuimos compañeros, realizamos pruebas físicas y psicológicas. Estábamos flipando ambos, era nuestro sueño. Los resultado llegarían en menos de tres días, no quedaba más que esperar, pero estaba feliz, por que sin duda estuve increíble.
Estábamos agotados, y lo primero que hicimos fue ir a las duchas, estábamos bastante sudados, lo habíamos dejado todo.

-Dale Héctor, subamos una foto- Me decía Marc mientras este salía de ducharse, ambos ya estábamos más que limpios y relucientes.

-¿Para que, quieres que Olivia la vea?- Le dije a este con diversión, me causaba mucha gracias la situación que tenia con cierta chica de pelo castaño.

-Bueno, supongo que tu también quieres que la vea Aria- Me respondió con una sonrisa, mientras se burla de mi cara de sorpresa, no estaba entendiendo de él todo, así que este agregó rápidamente.

-Es mi teléfono Héctor, se a quienes sigo y a quien no- Puta mierda, como podía notar cuando le aumenta un seguidor, no me quedo más opción que reírme de la situación.

-¿La tomamos, o no?- Me preguntaba Marc, aún que no era necesario, ya que aún que me negara este ya había tomado la foto.

-Etiquetame y agrégale abajo, "para que veas que se usar el balón"-Le dije a este, era una gran foto, dos increíbles hombres luego de dejar todo en la cancha, además que mostrábamos todo nuestro cuerpo desnudo desde arriba, denotando nuestro gran trabajo en este.

Marc río pero solo asintió, e hizo lo que le pedí, era obvio que aquello era para Aria, a ver si de una vez por todas, admitía, lo equivocada que estaba.

Luego se tomarnos aquella foto, y subirla. Marc y yo nos preparamos para irnos a mi casa, seguramente jugariamos un rato, pero si fuéramos un poco responsable, tendríamos que ponernos en sintonia con las clases de hoy.
Caminamos ciertos minutos, hasta llegar a una parada de autobús, apenas el que nos servía llegaba tomamos camino en este, estábamos realmente cansados, y solo queríamos llegar a comer algo, el día realmente fue impresionante.

Aria:

Vaya que mierda es estar en casa, cada vez trataba de arrastrar más mis pasos para no llegar a ella. La vista era espectacular, la calle adornada de grandes árboles, pero esto no quitaba que llegaría a donde mismo. Ni siquiera me preocupaba si mi padre estaría, pues era obvio, entraría y la casa estaría nuevamente sola.

Al llegar a este ingrese el código como era común, entre en ella pero algo fuera de lo normal estaba pasando, habían ciertos ruidos. Cosa que no era algo común, la casa permanecía en silencio la mayor parte del tiempo. En eso veo como una sombra pasa del pasillo principal, al comedor.
Por mi mente jamás llego a cruzarce que el que provocará esto fuera mi padre, había vuelto, y no tenía idea del por qué.

-No pueden demorarse tanto en la entrega, joder- Decía este mientras hablaba por teléfono, mi padre era sin duda el estereotipado hombre de trabajo, cabello castaño, gran altura, facciones masculinas, y sin duda un pésimo genio.

-Si este no llega hoy, me encargaré de que acabes sin trabajo- Y termino la llamada, si ese era mi padre, una persona a la que no le importaba usar su poder así.

-Hola padre- Le dije a este, aún que no teníamos un vínculo tan especial, tenía respeto, y luego de todo era mi padre, debía saludar.

-Ari, hace mucho que no te veo, ¿como han ido tus clases?- El hecho de que preguntara aquello me hacía dudar, un "Hola" hubiera sido normal, pero aquello era algo nuevo, positivo, pero rara.

-Como siempre, bien supongo- Este asintió feliz, toda su atención estaba en mi, y me parecía una completa extrañes, ya estaba acostumbra a que solo fuera el hombre que se hacía llamar mi padre.

Cuando termine de decir aquello, tuve la iniciativa de ir a mi cuarto, pero la voz de mi padre me paro en seco, no tenía ni la menor idea de por que quería seguir esta conversación.

-No te preguntas, por que tu padre está acá- Aún que no respondí nada, moví mi cara en negación, este pareció no entender así que le explique de mejor forma.

-Sueles venir un par de día, y te vas de nuevo, ¿Acaso esta vez no será así?- Pregunte con incredibilidad, aún que tal vez mis palabras suenen duraz, es algo que es así, no veo el por qué no admitirlo.

-Hija, esta temporada de fútbol tu gran padre, será el entrenador de los nuevos integrantes del Club Barcelona "B", y como es aquí, me quedaré en nuestro hogar- Vaya nose que me sorprendía más, su instinto paternal repentino, el hecho de que hablara sobre algo que no me interesará, o que solo estuviera conmigo por fútbol, me limite a felicitarlo.

-Hija, se que no eh estado, pero espero nuestra relación se mantenga de buena forma- En el fondo sabía que todo lo que tenía era gracias a su sacrificio, pero debía entenderme, era mi padre, quisiera o no, lo necesitaba.

-No te odio, así que no te preocupes- Aún que mis palabras sonarán duras, estaba tratando de ser cariñosa, no sabía bien como hacerlo, pero fue un intento, sonrei con dificultad y al fin subí a mi cuarto.

Las cosas podrían ser tanto buenas como malas, y querer hacerlas mal por voluntad propia solo lo haría más difícil. Me limitaría a que lo que tuviera que pasar, pasara.

Me acosté en mi cama y empecé a navegar en Instagram, cuando recordé la notificación que había recibido, era de Marc, ingrese en esta y mis ojos no pudieron abrirse más.

-Mierda- Fue lo único que dije al ver aquella foto, eran ambos luego de lo que me imagino entrenamiento, mostrándose desnudos desde la cintura para arriba, mostrando su gran cuerpo trabajado. Dios sus brazos, como las venas se marcaban en esto, su clavícula, dios, su abdomen este tío no podía estar más bueno.

Despeje rápido esos pensamientos cuando note la forma en la que Héctor me hacia sentir, y en la forma que yo pensaba en este. Pero fue difícil al fijarme en lo escrito abajo, "para que veas que se usar el balón", vaya forma de indirecta, habían muchas probabilidades de que aquello fuera para mi, lo sabía. Y si quería dedicarme eso, le daría pruebas de que lo vi. Toque dos veces la pantalla y le di me gusta.


Still Young - Héctor Fort Donde viven las historias. Descúbrelo ahora