23 | 𝐃𝐞𝐟𝐞𝐧𝐬𝐚 𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐥𝐚𝐬 𝐀𝐫𝐭𝐞𝐬 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚𝐬.

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XXIII. DEFENSA CONTRA LAS ARTES OSCURAS.




La primera mañana de regreso en Hogwarts había sido horrible para Eris, quien había despertado cinco veces esa noche. En su sueño, cada vez que llegaba a la puerta de madera despertaba. Con lo que le costaba llegar a la puerta. 

En ese instante corría por los pasillos a toda prisa, luego de acompañar a unos niños de primer año a sus clases ya que se habían perdido. Eso le recordaba tanto a su primer año, incluso cinco años más tarde continuaba desorientándose algunas veces en ese enorme castillo mágico. 

Eris entró al aula de pociones a toda prisa, abriendo la puerta bruscamente e ingresando atolondrada. Intentó regular la respiración ante el cambió drástico de actividad y luego miro todo el salón. Ya todos estaban allí y el profesor Snape había detenido lo que fuera que estuviera diciendo para observarla escéptico. 

—Tarde Weasley —le dijo con su voz severa y petrificante que aterraba a más de uno, pero no a ella. 

—Lo sé, profesor, lo lamento —dijo ella, sin dar ninguna explicación. 

—Que no se repita —murmuró el hombre en respuesta, ganándose algunas quejas bajas por parte de los alumnos de la casa de los leones presentes. 

—Por supuesto que no. 

Los ojos de la pelirroja buscaron a Daphne, su compañera de banco y la halló sentada justo al frente de todo junto a Pansy. Puso una mueca y luego sus ojos buscaron a Theodore, quien estaba un poco más atrás de donde se encontraban sus amigas, junto a una chica rubia que Eris no había visto nunca en su vida, el pelinegro no dejaba de observar la rubia cabellera de la chica Greengrass, pero ella no parecía tener planeado devolverle esa mirada. Sus ojos también encontraron a Blaise, sentado junto a Draco Malfoy, ambos charlaban por lo bajo, seriamente. Con el seño frunció encontró el único lugar vacío, justo al fondo de la fila de la derecha, la fila de Gryffindor. 

𝐃𝐄𝐀𝐓𝐇 𝐈𝐒 𝐖𝐀𝐋𝐊𝐈𝐍𝐆 | Draco Malfoy | © EN PROGRESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora