XXIII.- Tiempo

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Nueve años más tarde...

Stiles, de ahora veintinueve años, miraba los documentos en su escritorio. Su oficina ahora tenía muchas más fotografías que antes, dos de sus favoritas eran una donde estaba con Derek el día de su boda y la otra cuando nació su segundo cachorro. Ahora el matrimonio Hale tenía dos niños de siete y cinco años, dos lobos revoltosos que amaban hacerle la vida imposible a sus padres.

En estos años el pueblo se ha convertido en una fortaleza y seguridad para todos los sobrenaturales y humanos en el unidos. El sueño de Stiles esta tomando forma de manera lenta pero concisa, ahora todo es más tranquilo y las amenazas se han reducido bastante.

Todos confían en la manada Hale para mantenerlos a salvo y cuidar del pueblo, es por eso que la mayoría tiene posiciones de poder, pero también tenían una asamblea donde había humanos y sobrenaturales que no son parte de la manada, pero si del pueblo.

Las relaciones de la manada han prosperado y la mayoría tiene pequeños cachorros corriendo por la mansión, solo los más jóvenes como Liam, Mason y Corey aun no tenían cachorros.

Incluso Peter y Chris se habían casado después de tres años de relación y decidieron adoptar a un chico de quince años.

— ¡Mica! — el castaño suspiró y acomodó sus anteojos con cansancio — ¡Tus papás me molestan mucho! Por favor yo solo quiero investigar acerca de los nuevos sobrenaturales, es curiosidad. — se quejó Steve, castaño de ojos azules, adolescente de quince años.

Stiles rio levemente, su hermanito era peor que él de joven así que Peter y Chris tenían muchos dolores de cabeza.

— Solo quieren mantenerte a salvo.

— Pero tú también hacías cosas así a mi edad.

— En realidad a tu edad solo sospechaba de que había más de lo que podía ver, pero a tu edad me mantenía tranquilo y me dedicaba a estudiar y a cuidar de Ally.

— No te creo, yo pienso que eras un adolescente revoltoso.

Stiles alzó una ceja mientras dejaba los documentos y miraba a su hermanito.

— Era un adolescente bastante aburrido, lo único que me importaba era pasar tiempo con mi papá y con mi hermana. Puedes preguntarle a cualquiera, incluso a tu padre.

— Tu hermano era aburrido, pero su vida cambio cuando se metió de lleno en lo sobrenatural. Ahí, digamos que se fue un poco al carajo. — comentó Jackson mientras entraba a la oficina del castaño con su pequeño de siete años, Michael rubio de ojos azules.

— Jax, no le digas eso.

— Es la verdad. — sonrió con diversión — Niño, no busques aventuras, a veces no es tan divertido.

— Pero yo quiero vivir aventuras, pasármela bien y sentir esa adrenalina.

Stiles rio levemente mientras negaba con la cabeza.

— Deberías solo de disfrutar de los pequeños momentos que dan paz. Hemos hecho mucho para que se pueda vivir de esta manera tan libre en el pueblo.

— Es aburrido.

— Pues tu aburrido son las mejores vacaciones que he tenido desde que era niño. En lo personal no extraño los días donde siempre había algo o alguien que quería asesinarnos. — dijo Jackson mientras dejaba a su hijo en los brazos de su mejor amigo.

— Tengo que admitir que tampoco extraño esos días. — dijo Stiles haciendo pequeñas esferas de luz para que su ahijado jugara.

— Suenan como dos ancianos, apenas están en la flor de su juventud.

— Ten hijos y te volverás amargado. — le dijo Peter frunciendo el ceño.

— Mi oficina terminará siendo la sala de reuniones en vez de la sala de estar.

— Todos nos reunimos alrededor de la luna de la manada, es instinto. — le dijo Scott con diversión mientras suspiraba, su pequeña hija de seis años, Claudia castaña de ojos avellana jalaba su cabello con diversión, ella era peor que sus primos.

— Vamos a preparar la mesa y la comida antes de que no quepamos aquí. — dijo Stiles siendo atrapado por su sobrina mientras su ahijado le sacaba la lengua a la niña.

Los cachorros se la vivían peleando por la atención de Stiles y cuando sus hijos llegaban las cosas parecían ponerse peor.

— Solo relájate.

— ¡Mica! / ¡Pops!

— Y empezó mi infierno y cielo personal. — dijo Stiles cansado mientras tres niños corrían a su encuentro: sus hijos Noah de siete años, castaño de ojos verdes con motas grises, y Javier de cinco años de cabello azabache de ojos whiskey, ambos pálidos cubiertos de lunares junto con su primito Jack, hijo de Dean y Castiel de tres años rubio castaño de ojos azules. El último los ganó a los lobos ya que él tenía alas como su papi.

— Uy. — dijo Allyson divertida al ver a su hermano lleno de niños. Ella en cambio, solo tenía en sus brazos a su primito de cinco años Bobby el pequeño castaño de ojos azules, hijo de su tío Sam y tío Gabriel.

Derek rio levemente al ver a su esposo cubierto de niños que peleaban por su atención, también podía sentir la emoción de los demás cachorros de la manada, pero ellos eran controlados por sus papás.

— Niños, tenemos que comer dejen a Stiles. — dijo Derek tomando a sus hijos y alejándolos del castaño. Michael lo ayudó con los otros niños que se negaban a soltar a su hermano mayor, él no iba a pelear con esos niños y para nada estaba celoso porque le robarán su atención, no, no, él solo estaba ayudando.

*

Derek suspiró mientras entraba al bunker, los niños se habían dormido y ahora le tocaba a él consentir a su amado con un buen helado de chocolate y fresa junto con un pequeño maratón de películas. El bunker se habían convertido en su escondite principal. Un lugar de descanso, dejando de lado todas las investigaciones que hacían.

— ¿Cielo? ¿Amor? — miró a todas partes sin encontrar a su esposo — ¿Mieczyslaw? — suspiró aliviado cuando lo encontró en la sala de vigilancia del bunker — ¿Qué sucede? — preguntó al ver lo quito que estaba el castaño y su corazón estaba acelerado.

— Ellos están aquí.

— ¿Stiles? — dejó los helados a un lado y separó a su esposo de las pantallas — ¿Qué está pasando? ¿Quiénes están aquí?

— Ellos.

Y ahí Derek los vio, había más de diez. Eran diez personas con cicatrices en forma de círculos en su ojos derecho. Los CAT SÌTH estaban en Beacon Hills y su objetivo no ha cambiado desde hace más de diez años: Mieczyslaw Genim Argent.

Los ArgentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora