26. Por Favor...

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Mis lágrimas salen sin que pueda detenerlas cubriendo mi vista, detengo mi auto un poco alejada de la zona donde viven ellos y me permito llorar

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Mis lágrimas salen sin que pueda detenerlas cubriendo mi vista, detengo mi auto un poco alejada de la zona donde viven ellos y me permito llorar.

No es su culpa, lo sé, él no sabía que ella estaba embarazada, pero no puedo evitar pensar en dejar a ese niño sin una familia unida. Lahiam no me dejaría, es algo que sé, pero yo sí lo haré.

Limpio mis lágrimas y veo por el retrovisor, percatándome de un auto negro detrás de mi, vuelvo a poner en marcha mi auto y veo que me está siguiendo. Pongo más atención y me doy cuenta que es el carro de mi padre.

Doy vuelta en cada calle intentando perderle de vista pero me es imposible. ¿Que hacía él ahí? ¿Como me encontró? Es imposible que siguiera a Lahiam ¿verdad? 

Voy en una zona muy transitada y se que su objetivo es tener a Cami, se volvió un obseso con el tema de que ella maneje la empereza familiar que no se da cuenta que nos daña en el proceso. Mamá lo ha soportado mucho tiempo, y mientras este a mi alcance, Cami no sufrirá por el.

El semáforo se pone en amarillo, piso el acelerador y logro pasar al otro lado sin daños. Vuelvo a ver por el retrovisor y veo que lo logre. Se quedo atrás. Minutos antes de llegar a casa hablo con mi tía para poner a salvo a Cami, ella corre peligro si sigue en Rusia, lo mejor sera que se vaya.

Llego a casa y Cami me recibe preocupada, corre a mi y me abraza.

—¿Donde estabas? Lahiam vino a buscarte y...

—Estoy bien, Cami —interrumpo intentando tranquilizarla—. Estaba en la casa de él, te dejé una nota para que supieras.

—Lo sé pero pensé que te había pasado algo, supuse que papá te había visto.

—Me vió, no se como pero... —dejo de hablar al darme cuenta de que Lahiam estuvo aquí—. ¿Vino Lahiam dijiste? —cuestionó con un hilo de voz.

—Si, justo hace poco más de media hora.

—Cami... —intento hablar pero unos golpes en la puerta me hacen callarme de golpe.

—¿Qui...? —pongo una mano en su boca para que no diga nada.

La tomo del brazo y caminamos juntas hacia la habitación más cercana de la puerta para intentar escuchar con claridad. Los golpes de hacen más fuertes hasta que una voz habla.

—Zulema, por favor abre la puerta, sé que estas ahí —grita Lahiam—. Tenemos que hablarlo, quiero explicártelo.

Cami voltea a verme desorientada intentando entender que pasa, le hago una señal con mis manos para que no haga ruido y ella camina a la puerta para abrirla.

—De nuevo yo, disculpa —saluda Lahiam cuando Cami abre la puerta—. ¿Está...?

—Si, ella está ahí —escucho que responde Cami—. ¿Que fue lo que pasó? Sabes, mejor no me lo digas, ella está ahí pero un poco alterada, estaba llorando, pude verlo en sus ojos.

—Déjame hablar con ella, por favor... —pide Lahiam.

—Ven mañana, no se que pasó pero ella estaba un poco mal, si no salió es porque aun no quiere hablarlo —dice Cami.

—Vendré mañana, Zulema, tenemos que hablar. —grita Lahiam con la voz rota.

Escucho que ambos se despiden, me pongo de pie y veo a Cami entrar a la habitación hasta sentarse en el borde de la cama. Me obligo a caminar hasta sentarme con ella. Ambas nos quedamos en silencio pero mis lágrimas empiezan a salir.

¿Como es que las cosas cambian de un día para otro? ¿Como sabré si la decisión que quiero tomar es la correcta? No sé porque, pero esto me afecta más de lo que debería. Y no hablo solo lo de el embarazo de Mavie, hablo de todo en general.

Sabíamos que todo en casa era solo una bomba de tiempo que en cualquier momento iba a explotar, tarde o temprano todo iría de mal en peor. Pero nunca pensé que con eso, también caeriamos nosotras.

—¿Ya me dirás que pasó? —inquiere Cami rompiendo el silencio.

—Todo, todo y a la vez nada...

—Explícate, no te entiendo —pasa su mano por mi mejilla para limpiar mis lágrimas.

—Cuando salí de aquí fui a casa de Lahiam, él no estaba pero Irina me atendió mientras él llegaba, hablamos muy poco cuando en eso escuchamos que sonó el timbre, pensé que era él y me emocioné porque quería verlo...

—Pasó algo en el viaje que no me has dicho, ¿cierto? —interrumpe.

—Pasó de todo, te lo iba a contar al llegar a casa, pero no me dió tiempo por todo lo que ha pasado —me sincero—. Lahiam y yo nos acostamos, fue... Fue perfecto, se portó muy bien en todo momento, jamás había tenido sexo de esa manera, realmente lo disfruté.

—¿Y que más pasó en casa de Irina? Antes de que llegara él.

—Cuando ella y yo volteamos a ver si era él nos dimos cuenta de que no, era Mavie y el señor Mikoy... —me quedo en silencio—. Mavie nos enseñó una prueba de embarazo y dijo que era de Lahiam.

—¿Le crees?

—No sé, es decir, ellos siempre han tenido historia, tu has sido testigo de como ella hablaba de como era tener sexo con él y yo los veía salir juntos, ella llegaba a su oficina y salía después de una hora.

—¿Y si no es de él? Zule, saves que ella ha estado obsesionada con él, quizá no sea verdad, esa prueba puede ser de otra persona, o el bebé tal vez no sea de él.

—Eso dijo Irina... Pero si es de él, no quiero dejar a ese bebé sin una familia estable, no quiero ser culpable de eso.

—Es algo que deben hablarlo ¿Crees que él vendría aquí a buscarte si no le importaras? Yo creo que no. Él realmente está interesado en ti, podría jurar que te ama... —hace una pausa—. Tú lo amas.

—No lo sé, no creo realmente amarlo solo... Me acostumbré a él.

—No era pregunta, tu lo amas, Zulema.

Me quedo viéndola sin saber exactamente que decir. La primera vez que quise a alguien se sintió diferente ¿Como podría saber que lo amo si no se como se siente amar a alguien que no es de tu familia?

—También vi a papá —cambio de tema para no sobrepensar—. Dijiste que Lahiam vino pero no se si lo siguió a él.

—¿Donde lo viste? —cuestiona alarmada.

—Me estaba siguiendo cuando venía, lo perdí cuando el semáforo se puso en rojo, no pudo pasar. Creo que siguió a Lahiam pero sería absurdo porque estuvo aquí antes.

—¿Qué vamos a hacer? Si nos encuentra él...

—Lo sé, hablé con tía Elena,  quiero enviarte con ella, es lo mejor...

—No, yo no quiero dejarte sola... —sus ojos empiezan a cristalizarse.

—Cami, papá te quiere a ti, no quiero que te haga daño o te ate a una vida que no quieres. Lo mejor es que vayas a Colombia... Por favor.

Como Imanes [#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora