Me separo inmediatamente de Lahiam al ver a Bastian al lado de Cami, había olvidado que venía hoy.
-Bastian... -apenas y sale mi voz.
-Si quieres puedo volver después... -empieza a decir.
-Mejor no vuelvas nunca -interrumpe Lahiam furioso.
Miro de mala manera a Lahiam pero no digo nada, volteo a ver a Cami sin saber realmente que hacer. Hace tres días le envié un correo para que viniera. Pensé que sería buena idea verlo, en París siempre nos llevamos bien.
Nunca pensé que el día que viniera sería el mismo día que estaría casi por volver a besar a Lahiam, y joder. Si no hubiera llegado, lo besaría. Probablemente en este momento nos estaríamos besando.
Quiero estar con él, quiero volver a dormir a su lado y despertar con sus besos en mi cara. Deseo que volvamos a ser solo él y yo, sin más personas ni preocupaciones. ¿Es mucho pedir?
-Yo... Si, vuelve mañana ¿puedes? -pido.
-Zulema -advierte Cami.
-Esta bien, vuelvo mañana -pasa su mano por su cabello alborotandolo un poco-. Traje esto, avísame a que hora puedo venir, para no volver a interrumpir -tomo la bolsa qué me brinda y se va.
Muerdo mi labio inferior antes de voltear a ver a Lahiam quien yace con el señor fruncido. Dejo lo que me dió Bastian en la sala y camino fuera de mi apartamento donde aun están los chicos.
-No te vayas, aun tenemos que hablar -pide Lahiam tomándome del brazo.
-Te dije que mañana -mascullo soltando su agarre.
-¿Me lo prometes? -puedo ver que realmente necesita que lo haga, me acerco a él y tomo su mano.
-Lo prometo.
Le sonrío y luego me voy dejándolo ahí dentro.
-Ya era hora -se queja George cuando me ve salir.
-Ni te cambiaste, Zulema -dice Rossy.
-Lo siento, ya vuelvo -entro de nuevo al apartamento y veo a Lahiam y Cami hablando, paso ignorándolos pero Cami se acerca a mi y habla.
-¿Fumaste? -inquiere en un susurro, dejando a Lahiam fuera de nuestra conversación.
-¿Qué? Claro que no.
-Hueles a marihuana, Zulema.
-Ya sé, por eso iré a cambiarme -Cami se cruza de brazos aún sin creerlo-. Cami, te juro que no, solo que Alan fumó a la par mía, es imposible que no se me pegue el olor -susurro para que Lahiam no escuche.
-Bien, cambiate y hablaremos.
-Cami... Voy a salir.
-¿Otra vez? -cuestiona-. No está bien que salgas tanto para olvidar lo que pasó, necesitamos hablarlo...
-Lo sé, pero quiero pensar bien que haré, lo hablaremos en la noche ¿si?
-Esta bien, ve con cuidado -deja un beso en mi mejilla y pasa por mi lado para volver con Lahiam.
Me cambio rápido y me voy.
Ya son las cinco de la tarde, he decidido volver a casa con Cami y justo ahora estamos teniendo una tarde de chicas con skincare, películas, y mucho helado. No hemos hablado de otro tema que no sea nosotras de niñas y las travesuras que solíamos hacer.
-¿Quieres hablarlo? -inquiere llevando unas gomitas a su boca.
-No hay mucho de que hablar, solo... Aún no sé ue hacer y no puedo creer que ya mañana te vas...
-Lo sé, no quiero dejarte sola, menos ahora... Piénsalo bien, aunque no lo veas, yo sé que lo amas. A ambos les duele lo que está pasando pero no le has dado tiempo de hablarlo.
-Mañana lo hablaremos -me encogiendome de hombros.
-¿Realmente lo harás? -arruga su nariz cuando mete otra gomita en su boca-. Esta sabe fea -se queja y yo rio.
-Tú tienes razón, necesitamos hablarlo -respondo.
Mañana me toca regresar al palacio, pronto se hará una exhibición y es mi deber organizarla. Aprovecharé para ir luego de dejar a Cami en el aeropuerto.
No quiero aceptar que se va, aunque he estado saliendo y paso poco tiempo con ella, al volver a casa y verla con su sonrisa, me hace saber que no estoy sola. Pero sé que ella estará mejor lejos por un tiempo.
Aún no le he dicho las notas que he encontrado en mi casillero, mismas que estoy segura, papá deja. No se como hace para ponerlas así pero no tengo dudas que las envía el.
Me llegan cada dos días y todas tienen una frase en común «las encontraré». Sé que si le digo a Cami, no querrá irse y yo necesito que ella esté a salvo.
-¿Has pensado en que estaría bien denunciar a papá? -cuestiona de la nada.
-¿Por qué lo dices?
-Pasamos huyendo como si él tuviera la potestad de hacer con nosotras lo que le plazca, somos mayores de edad y técnicamente ya no vivimos con él... Sería buena idea ¿no?
-Cami...
-Piénsalo bien, sabemos que él quiere casarte con quien sabe quién, y a mi me quiere obligar a tomar un puesto que no quiero, nos encerró en casa y ahora tengo que irme por él... No quiero eso.
-Yo tampoco quiero eso, pero no tenemos pruebas en su contra, el día que nos fuimos las cámaras no servían, y mamá no testificará en su contra. No tenemos pruebas de nada.
Si hay, las cartas servirían si tuviera su firma o algo, pero no hay más pruebas, no podrían inculparlo por eso.
-¿Crees que mamá apoye la idea?
-No... Ella nunca ha querido denunciarlo, le tiene miedo.
-Es una mierda.
-Lo es.
Ambas nos quedamos en silencio. Realmente podríamos denunciarlo, pero no tenemos suficientes pruebas. A mi no me ha hecho nada, pero a Cami ya la golpeó y la única prueba que podríamos tener, no existe gracias a las malditas cámaras dañadas.
ESTÁS LEYENDO
Como Imanes [#1]
RomancePrimer libro de la serie Atracción y Destino. . El amor es un caos impredecible, un torbellino de emociones que a veces llega sin aviso, y no siempre estamos preparadas para enfrentar. A veces, no comprendemos cuánto amamos a alguien hasta que nos...