ᴇɴᴛʀᴇ ᴇʟ ᴘᴀsᴀᴅᴏ ʏ ᴇʟ ғᴜᴛᴜʀᴏ [ᴛᴀᴋᴇᴍɪᴄʜɪ ᴇs ᴢᴇɴɪᴛsᴜ] [ᴢᴇɴɪᴛsᴜ ᴇs ᴛᴀᴋᴇᴍɪᴄʜɪ]

○𝙰𝚔𝚊𝚗𝚎 𝙺𝚊𝚠𝚊𝚝𝚊○

𝑯𝒐𝒍𝒂 :𝑫

𝑨𝒒𝒖í 𝒔𝒊 𝒕𝒓𝒂𝒕𝒂𝒓𝒆 𝒅𝒆 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒗𝒐𝒍𝒂𝒓 𝒎𝒊 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒂 𝒍𝒐 𝒎á𝒙𝒊𝒎𝒐. 𝑷𝒆𝒓𝒅𝒐𝒏𝒆𝒏 𝒔𝒊 𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐𝒔 𝒔𝒆 𝒗𝒖𝒆𝒍𝒗𝒆𝒏 𝒂𝒍𝒈𝒐 𝒕𝒆𝒅𝒊𝒐𝒔𝒐𝒔, 𝒕𝒓𝒂𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒍𝒐 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆𝒕𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏 -.-

𝑩𝒖𝒆𝒏𝒐, 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝒄𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 :𝑫

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La azabache esperaba afuera, sentada, apoyando sus antebrazos a sus rodillas. Estaba ahí preocupada en un rincón de la habitación junto al gorrión del rubio.

-¿cómo estará Zenitsu?- La chica de ojos rubí miraba al ave del chico menor.

-chu, chu, chu- ante las reacciones adorables y preocupadizas del gorrión, Akane solo río en bajo.

Con una angustia, pero a la vez gracia en sus ojos miró al pequeño chuntaro -ja... aunque no te entienda del todo, eres muy adorable- Lo dice con una sonrisa, luego desvía la mirada hacia la nada.

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Luego de una larga espera, el médico salió por la puerta principal caminando con paso firme. Akane apenas lo vio salir, interrumpió con voz angustiada.

-doctor...- pero fue ignorada. Como siempre, ese doctor siendo frío, firme y callado.

De la habitación salió Zenitsu, quien estaba haciendo presión en su oído con algodones que estaban levemente manchados de sangre.

-¡Zenitsu! Tu...

-estoy bien, no te preocupes Akane chan- respondió a la señorita con una sonrisa cálida, que aún así no calmaba a la señorita.

El ojimiel se dirigio a una habitación y se encerro ahí.

De la habitación también salió Yoshiro, quien estaba aliviado. Casi se muere de un infarto cuando su hija corrió a su habitación solo para decirle "¡Zenitsu está sangrando de su oído!".

Era consciente que se comporto algo grosero la noche anterior con el jóven Agatsuma, y peor sin dejarlo con una manta o algo que lo cubra del frío. Esta agradecido de tener una hija como Akane.

-por suerte esta bien, solo tiene que guardar reposo en una habitación aislada de cualquier ruido fuerte. Me explico que su situación es algo... rara por así decirlo- dijo apoyando una de sus manos en el hombro de su hija menor.

-Dijo que es la primera vez que tiene un caso bastante peculiar. El chico tiene el oído súper desarrollado, al parecer desde que nació- separo su mano del hombro de su hija, ahora cruzandose de brazos.

Akane tan solo escuchar esto, se detuvo en seco. No esperaba que aquel rubio tenga un don. Ahora solo le picaba el oído tan solo imaginar estar peleando contra un demonio, mientras escuchas toda clase de ruidos a tu alrededor. Que molesto.