Capítulo 17

167 11 10
                                    

La semana había pasado volando, el ambiente había cambiado bastante en el equipo, hasta ya todo parecía mejor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La semana había pasado volando, el ambiente había cambiado bastante en el equipo, hasta ya todo parecía mejor. Aunque estaba segura de que no iría lo que restaba de la semana, antes de que me diera cuenta, tuve una fiebre horrible que me tiró en la cama.

______:

Shōyō, puedes avisar que no iré?

Por favor

Shoyō:

Sí, no te preocupees

Todo bn?

______:

Solo estoy enferma

Gracias!

Me volví a quedar dormida de nuevo, envuelta de todas las cobijas que tenía en mi cama. No sabía si la fiebre provocaba malos sueños, pero esa vez me había hecho sentir aún más escalofríos de los que ya tenía.

—¿Estas bien? —volteé a ver a mi novio y me sorprendí de que estuviera ahí.

—Shōyō es un traidor —dije haciéndome a un lado dejándolo entrar—. No tenías que venir.

—Pero quería ver si estabas bien —recriminó—. Además, acabo de ver a tu mamá.

—¡¿A mi mamá?! —me sorprendí mucho más.

—Sí, al parecer pidió permiso para entrar un poco más tarde porque no te bajaba la fiebre, antes de que despertaras, llegué y ella se presentó —asentí un poco desconcertada—. Es igual a ti, además me pidió que te cuidara un rato.

—No esperaba que mi mamá te pidiera eso —se acercó a mí— ¿Qué haces, Kei?

—Te voy a poner una toalla, tonta.

Me puso la toalla con agua que no la podía sentir tan fría, pero sí que podía sentir un alivio pequeño.

—Ten —tomé la pastilla que me había dado—. Si quieres duerme un rato, yo estaré al pendiente de ti.

—¿No te irás? —pregunté volteando a verlo.

—No me iré —sonreí y volví a quedarme dormida.

No tenía idea de cuanto había dormido, pero sabía que era tarde porque la lampara que tenía en el pequeño mueble al lado de mi cama estaba prendida y Kei estaba haciendo sus deberes.

—Ya me siento mejor, si quieres puedes irte —me volteó a ver confundido.

—No te preocupes, me quedaré hasta que lleguen tus padres —se levantó y se sentó en la orilla de la cama—. Iré por comida, tu mamá dejó hecha.

No esperó respuesta cuando salió de la habitación, lo esperé por unos minutos y subió con sopa caliente y pollo cocido.

—Quiero un soba —comenté y me vio mal.

Bloqueo en el Amor//Tsukishima y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora