Capítulo 12

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Había llegado por fin el día en el que Kenma y Kuroo vinieran a dormir a casa

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Había llegado por fin el día en el que Kenma y Kuroo vinieran a dormir a casa. Le mandé mensaje a los chicos que se habían autoinvitado la última vez y a Yachi para que no fuera la única chica rodeada de hombres.

—¡Trajimos dulces! —Shoyō y Nishinoya habían llegado primero.

—Pasen chicos los demás aún no llegan.

Los dos chicos entraron a mi casa y se sentaron en la sala a ver la televisión en lo que los demás llegaban. El timbre sonó y al abrir, todos estaban ahí, al parecer se habían encontrado de camino a casa.

—Traje a Yamaguchi, espero que no te moleste —comentó la rubia terminando de pasar—. Estábamos juntos estudiando cuando me llegó tu mensaje.

—No te preocupes, entre más seamos, mejor —les sonreí a ambos—. ¡Kenma! ¡Kuroo!

Cuando los vi, los abracé de inmediato. Llevaban una mochila enorme con ellos, parecía que habían metido toda su habitación.

—Trajimos dulces, juegos de mesa, la consola de Kenma —el pelinegro empezó a enumerar muchas cosas—. Tiene que ser una buena pijamada antes del último partido.

—¿Aún no han terminado en Tokio? —preguntó Noya.

—Los partidos suelen ser más tardados allá porque son más equipos —todos asintieron para empezar a discutir que cosas haríamos.

Una vez decidimos, fui a la cocina para servir toda la comida que habían llevado que en realidad eran solo cosas que podían darnos un coma diabético o para que al otro día nos doliera el estómago.

—¿Quieres ayuda? —volteé a ver a Yamaguchi— Espero no te moleste que haya venido.

—Para nada, en realidad me alegra que vinieran más que solo Kuroo y Kenma —sonreí pasándole un recipiente para que sirviera lo que hacía falta.

—¿Solo han sido ustedes tres? —asentí— ¿De verdad?

—Sí, hacíamos pijamadas todo el tiempo cuando éramos vecinos —me regresó la sonrisa—. Aunque cuando entraron a la preparatoria, se sumaron los chicos del Nekoma, era divertido estar con todos ellos, Kenma siempre les ganaba en los videojuegos y era el último en dormir porque Yaku lo regañaba.

—Ustedes sí que sabían hacer pijamadas —solté una risita por el tono que usó.

—Hoy créeme que no será la excepción —después de un momento de silencio decidí abrir la boca—. ¿Kei de casualidad no te mencionó nada de venir?

—No, lo siento, ______ —le hice una seña de que no importaba.

—En realidad tampoco esperaba que dijeras que sí —me tomó del hombro—. La comunicación con él a veces es muy difícil, realmente no sé lo que piensa.

—No te deprimas por Tsukki, él siempre ha sido así, trabajador y amable —las mismas palabras que su hermano había dicho—. Quizás en otra ocasión.

Bloqueo en el Amor//Tsukishima y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora