𝟏𝟑 | the threshing

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CAPÍTULO TRECE

[ LA TRILLA ]

No hay nada que genere mayor impacto o que plante tus pies en la tierra tanto como presenciar una Trilla… Al menos, para los que logran sobrevivir a ella.

— Guía de campo de los dragones del Coronel Kaori.

La Trilla siempre es el primero de octubre. Lunes, miércoles o domingo, no importa en qué día caiga según el año. El primero de octubre, los cadetes de primer año del Cuadrante de Jinetes entran en el valle boscoso y rezan para salir con vida de ahí.


Algunos habían optado por no comer nada, como era el caso de Aleska y Violet. Pero a otros no les había importado y, en el caso de Ridoc, se encontraba devolviendo todo lo ingerido apoyado en un árbol.

— Recuerden que tienen que escuchar aquí — dice el profesor Kaori, al frente de las 149 personas que se encontraban ahí, dándose unos golpes en el pecho — Si un dragón ya los eligió, los va a llamar — se toca el pecho de nuevo— Así que pongan atención no solo a sus alrededores, sino a sus emociones, y háganles caso — hace un gesto de pesar — Y si sus emociones les dicen que se vayan a otro lado… Escúchenlas también.

— ¿A cuáles te vas a acercar? — pregunta Yelena en voz baja.

— Ni idea — contesta Aleska en el mismo tono — Tal vez a los verdes... O tal vez me suicide aquí y ahora.

— ¿Tan poco quieres un dragón?

— No es eso, solo... ¿Qué pasa si salgo viva y sin vínculo?

— No pienses así — pone una mano en su hombro — Te irá bien.

— Eso espero — mira al suelo.

— Si andan en grupos, tienen más probabilidades de que los calcinen que de ser elegidos para formar un vínculo — Kaori discute con alguien cerca del centro del valle — Los escribas han sacado las estadísticas. Tendrán más suerte solos.

— ¿Y si no nos han elegido para la hora de la cena? — pregunta un cadete.

— Si no los eligen para cuando caiga la noche, hay un problema — responde el profesor — Los sacará un profesor o un líder superior, así que no se rindan ni crean que ya los olvidamos — revisa su reloj de bolsillo — Recuerden dispersarse y usar cada metro de este valle para su beneficio. Son las nueve, lo que significa que en cualquier momento van a llegar volando. Las únicas palabras que me quedan para ustedes son: Buena suerte.

Los recorre con la mirada antes de irse, subiendo por la colina hasta desaparecer entre los árboles.

Había llegado la hora.

Saldrían de ese bosque como jinetes… O tal vez ni siquiera saldrían.

— Ten mucho cuidado — pide la chica Woodell en volviendo a su amiga con sus brazos.

— Tú también, Yel — le devuelve el abrazo antes de que la tomen otro par de brazos.

— No te mueras, mini Riorson, empiezas a caerme bien — Ridoc la abraza con tanta fuerza que el aire empieza a faltarle.

— No tendrán que matarme los dragones si me matas tú... — dice Aleska con dificultad — Ya suéltame... — pide y él lo hace — Dioses, tienes más fuerza de la que pensé.

𝐁𝐎𝐑𝐍 𝐓𝐎 𝐃𝐈𝐄 [Liam Mairi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora