𝐁𝐎𝐑𝐍 𝐓𝐎 𝐃𝐈𝐄 [Liam Mairi]

𝟏𝟔 | respected, feared and hunted

◇ CAPÍTULO DIECISÉIS ◇

[ RESPETADA, TEMIDA Y CAZADA ]

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Por tanto, es natural que entre más poderoso el dragón, más poderoso será el sello que manifieste su jinete. Debemos estar alerta de los jinetes fuertes que se unen a un dragón más pequeño, pero hay que desconfiar aún más de los cadetes sin vínculo que no se detendrán ante nada para tener la oportunidad de conseguir unirse a un dragón.

— Guía del Comandante Afendra para el Cuadrante de Jinetes (EDICIÓN NO AUTORIZADA)

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Después de dos meses durmiendo en las barracas repletas de gente, tener una habitación solo para ella era, sin duda, lo mejor de ser jinete.

Aleska siempre había tenido una habitación propia, tanto en su casa en Aretia, como en la casa en la que había pasado los últimos 6 años con Killian. Así que, ahora, la iba a disfrutar tanto como pudiera. Solo que la cama era lo que más estaba disfrutando y a Raven le había tocado despertarla.

La chica reprocha, pero obedece y se viste rápidamente. Sale de su habitación y gira para cerrar la puerta, y cuando vuelve a voltear nota cómo se abre la puerta frente a la suya. La de la habitación de Yelena. Pero para su sorpresa, la rubia no sale sola. Sale con Killian. No había que ser inteligente para deducir porqué él estaba con ella en su cuarto tan temprano.

— Buenos días, ¿la pasaron bien? — pregunta Aleska apoyándose en la pared y cruzando los brazos, mirándolos con una ceja enarcada y una sonrisa pícara.

— Esto... Nosotros... — Yelena tartamudea un poco nerviosa e incómoda.

— Tú no viste nada — Killian se acaricia la nuca y se aclara la garganta.

— Gracias a los Dioses — se burla — ¿Así que te gustan las rubias, Kill?

— Capaz la ofendo si digo que no, y si digo que sí... Mejor no digo nada — se encoje de hombros.

Ambas chicas rien ante la situación, empezando a caminar los tres juntos hasta que se encuentran con Rhiannon y Violet unos metros más adelante.

— Buenos días, señoritas — saluda Yelena.

Las dos voltean y corresponden el saludo, permitiéndolas acompañarlas hasta el comedor.

—¿Ya no vas a preparar el desayuno, Sorrengail? — pregunta Aleska.

— Anoche me dijeron que les pasarán los trabajos "menos deseables" a los que no consiguieron dragón para que podamos canalizar nuestra energía en las clases de vuelo — contesta.

Continúan caminando y hablando, y es la propia Rhiannon quien hace un comentario que Aleska esperaba hacer. La noche anterior, luego de la Trilla, Dain Aetos había besado a Violet sin importarle nada, y a la hija del Gran Traidor casi que se le descolgó la mandíbula cuando los vió.

A su grupo se une Ridoc unos minutos después.

— Buenos días, señoritas y caballero — se cuelga de los hombros de Violet y Yelena con los brazos mientras entran en la rotonda — ¿O debería decir "jinetes"?

— Me gusta cómo suena jinetes — sonríe Rhiannon.

— Tiene algo — acepta Killian.

— Hay que aprovechar de usar el título mientras aún estamos vivos — suspira Aleska.