- ¡Buenos días dormilona!
Maylen, la salvaje del trío, abre mi puerta de una patada; Adriana entra detrás de ella muerta de la risa.
- ¿Es enserio Maylen? - me tapo la cara con mi almohada - ¿No puedes entrar como una persona normal?
- Mis disculpas princesita - Maylen me quita la almohada de forma brusca y la tira contra la ventana - pero si sabes como soy, levántate temprano.
- Ya voy...
Me levanto y las hecho de mi habitación; estoy a punto de acostarme de nuevo cuando siento una patada en mi puerta, clara advertencia de Maylen. Me río, mi amiga es una salvaje, pero al mismo tiempo es muy buena persona. Como dije al principio, nos conocemos desde muy pequeñas. Mi madre no es muy amiga de sus madres pero se llevan bien. Maylen es una chica de piel blanca, pelo largo y dorado; y unos hermosos ojos color miel.
Desde pequeña siempre ha destacado por su carácter valiente y atrevido, aunque también en algunas ocasiones se muestra tímida. Sus padres viven en una casa con un gran terreno donde se montaron una granja y siempre les ha gustado vivir aventuras increíbles como por ejemplo: dormir en la playa en tiendas de campañas o hacer largos viajes durmiendo en el coche.
Maylen es la única de las tres que no tiene novio, ella prefiere invertir su tiempo en sus clases de violín o jugando al futbol, deporte en el que es muy buena. Desde el cole ella juega en el equipo de futbol femenino y ya ha participado en varios campeonatos.
Me levanto a regañadientes, cuando estoy de vacaciones no me gusta levantarme temprano, cojo la ropa que me voy a poner y salgo de mi habitación hacía el baño. Maylen y Adriana ya están listas y desayunando.
- No tardes bella durmiente - me grita Maylen - hoy tenemos un día muy intenso.
- Tranquila puma, seré rápida como un galgo.
Me meto en el baño y me apresuro en alistarme; si no lo hago Maylen me va a empezar a acosar. Me cepillo los dientes, me ducho y me alisto. Me peino mi larga cabellera rizada en una cola alta, me pongo mi mono azul corto, mis bambas y salgo.
- ¡Estoy lista chicas!
- Ahí te deje un bikini - Adriana es la chef del grupo - tendrás que comértelo en el camino.
- ¡Enserio! - protesto.
- Haberte levantado temprano bonita.
Cojo mi bikini y lo envuelvo en una servilleta, cojo un actimel y nos ponemos en marcha. Hoy tenemos que ir a comprar lo que nos falta para el viaje y reunirnos con el padre de Adriana. En verdad este viaje se me ha hecho realidad gracias al padre de ella.
Él es el dueño de una cadena de hoteles llamado Galia, nombre de la abuela de Adriana. Ellos tienen un hotel en Tokio y este año les toca viajar para supervisar unas mejoras. Adriana viaja junto a su padre para aprender los gajes del oficio, por eso ella se está sacando la carrera de administración.
Maylen está estudiando para ser entrenadora deportiva y yo estoy estudiando artes. Al ser las mejores amigas de Adriana tenemos el privilegio de poder viajar con ellos. Durante el viaje tenemos que cumplirle la promesa a su padre de trabajar en su hotel.
Nos montamos en el coche y nos ponemos rumbo a la Maquinista, uno de los tantos centros comerciales de Barcelona. Entramos en una cuantas tiendas y nos reunimos con el papá de Adriana.
El señor Roger es un hombre cincuentón que aun levanta pasiones. Viste siempre elegante, aun cuando va de forma casual, con su pelo castaño, que aun lo mantiene por el tinte, peinado hacia atrás; su barba bien cuidada y sus ojos verdes, como los de Adriana, ocultos tras unas gafas Rayban. Si tengo que contaros un secreto: a Maylen le encanta el papá de Adriana. Para mi es más un amor platónico que un amor romántico, pero ella no lo puede disimular. Cada vez que estamos frente a ese hombre, se sonroja, aunque no demuestra ningún signo de nervosismo.
- Hola chicas - sonríe - ¿Qué tal las compras?
- Genial papá - Adriana se acerca y le da un beso en la mejilla - sabes que ir de compras es lo mío.
No malinterpretéis a Adriana, aunque lo parezca, ella no es la típica niña pija a la que los padres le dan de todo. Si es cierto que de pequeña ella y su hermana mayor estaban siempre solas en casa, porque sus padres estaban siempre trabajando; y que ellos para compensarlas trataban de comprarles casi todo lo que querían. Aun así Adriana es humilde de corazón y no es la típica creída.
- ¿Y vosotras chicas?
- A mí no me gusta ir mucho de compras la verdad...
Me río, Maylen aunque sea la salvaje del grupo, es la más presumida; le encanta maquillarse e ir a la moda. Cuando éramos pequeñas se pasaba largas horas frente al espejo inventado peinados y maquillándose. Ella era la que nos peinaba cuando teníamos algún evento y eso lo heredó de su madre; Juliette, su madre, es una gran estilista. Es cierto que a ella no le gusta ir de compras por iniciativa propia, pero cuando viene de tiendas con nosotras deja salir su vena presumida.
- Yo he podido conseguir todo lo que necesitaba- sonrío satisfecha.
- ¿Cuántos mangas has comprado?
- Maylen...
- ¿Sabes que allá podrás ver el gran salón del manga? - me sonríe el señor Roger.
- Esa es una de las cosas que la tienen emocionada papá.
Todos se ríen, incluso yo, aunque me siento un poco avergonzada ¿Estará mal que a mi edad aun me gusten estas cosas?
- No sientas vergüenza por eso Juliana, a mi edad aun me emocionan las películas de los vengadores y me flipo con ellas. - me anima el señor Roger.
- Eso es totalmente cierto...
Nos pasamos el resto de la tarde hablando y programando el viaje de mañana. Horario del viaje, programa laboral una vez estemos allí y nuestros ratos de descanso. Que bien que tendremos tiempo suficiente para conocer el país y divertirnos. Lo bueno que al no ir de turistas no tendremos que gastar tanto dinero y nuestro hospedaje será en el mismo hotel. Las tres compartiremos una de las Suit presidencial.
El padre de Adriana nos deja en casa. Llegamos, cenamos y alistamos las ultimas cosas que nos falta. El viaje de mañana será muy temprano, tenemos que estar a las 7 de la mañana en el aeropuerto. Me doy una buena ducha y me pongo el pijama, me hago una cola baja y me pongo un gorro de satén para conservar mis rizos. Entro a mi habitación, preparo la ropa para mañana y meto alguno animes en mi mochila de viaje para poder leer en el avión.
Mientras cierro la mochila, escucho como la puerta de mi habitación se abre.
- Maylen que ya me voy a meter a la cama, tranquila...
Como estoy de espaldas a la puerta no me doy cuanta de quien entra. Siento como me tapan los ojos y me dan un beso en la cabeza; reconozco de inmediato el aroma de su perfume y el calor de su cuerpo.
- He venido a despedirme de ti princesa...
- !Owen!
Me doy la vuelta y le doy un casto beso en los labios. Owen no contento me devuelve el beso de forma apasionada.
- ¿Ya lo tienes todo listo?
- ¿Dudas de mi?
- Jamás...
Y nos volvemos a besar, el beso dura un largo rato, pues somos conscientes de que no nos veremos en un par de meses.
- No te vayas a olvidar de mi - me mira fijamente haciendo pucheros.
- Tranquilo ojitos chinos, que mi corazón es tuyo.
Nos reímos y nos volvemos a besar. Tras un buen rato de besos, nos metemos en la cama; Owen me acurruca entre sus brazos y pasamos la noche hablando hasta que nos quedamos dormido. Que suerte tengo de tener a Owen a mi lado. Él es mi primer amor y el verdadero amor de mi vida.
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Alma Latina, Corazón Nipón (En Corrección)
Teen Fiction🇯🇵JAPÓN🇯🇵 Juliana, una joven de 20 años, estudiante de arte y con un novio estable, cumple su sueño de viajar a Japón junto a sus dos mejores amigas. En el avión, tiene un incidente con un chico japonés, el cual no se imagina quien es. El mism...