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Fernanda cerró los ojos y esta canción significaba algo para ella. Nunca la había grabado y la había guardado para cuando estuviera sola y pudiera tocar la guitarra en la oscuridad. "Podría ser genial" fue escrita después de romper con Mayte. Era una canción que decía que había sido estúpida. Tonta por no elegir el amor.

La sangre le latía con fuerza en la garganta. Esa canción le llegaba al corazón, era personal. Cerró los ojos y se imaginó a Mayte adolescente, con su cabello casi pelirrojo desplegado sobre una cama, su sonrisa brillaba, era como si simplemente estuviera allí. Los ojos de Fernanda se llenaron de lágrimas cuando el recuerdo llenó su mente y se apoderó de sus sentidos.

"Tal vez podamos dejar esto afuera", sugirió.

"¡Claro que no!", gritó Cucu, "¡Esta canción tiene el número uno escrito por todas partes!".

Uno.

Mas uno.

Las palabras de la invitación de boda volvieron a su mente . Más uno . Número uno. Uno. No podía ignorar el significado. Había escrito esa canción sobre la única persona que significaba todo para ella. Su número todo, la única en la que podía pensar después de todos esos años. La mujer que le había dicho cuánto la amaba, la que estúpidamente dejó ir.

Mayte.

Abrió los ojos y miró a Cucu al otro lado del cristal; los dientes cubiertos de su manager brillaban como un oso a punto de devorar una comida; sus ojos gris acero eran igualmente amenazantes.

"Me tengo que ir."

Cucu se quedó con la boca abierta. "¿Qué demonios? ¿Qué quieres decir con que...?"

Fernanda no escuchó el resto. Se quitó los auriculares y Cucu gritó incrédula, pero no fue más que un simple chillido cuando los arrojó sobre el taburete. Miró a Esteban mientras este agarraba el brazo derecho de Cucu con fuerza para detener que fuera detrás de Fernanda.

"¡Vete!" le gritó el guardaespaldas.

Fernanda asintió y se rió entre dientes al ver a Cucu intentando escapar del agarre de Esteban. Gritó una disculpa a Rodrigo mientras sacaba la invitación de su bolsillo y la agitaba sobre su cabeza.

"Más uno", gritó.

Ella sabía a quién quería llevar a la boda de Claudia, ahora necesitaba encontrarla.

Mientras salía del edificio, escuchó gritos y lamentos: "Suéltame, imbécil, eres un tonto".

Lo último que escuchó fue la respuesta de Esteban: "Llámame tonto otra vez, Cucu, y vamos a tener un problema".

Mientras salía, se rió, el sonido era completamente alegre, sacudió la cabeza, una parte de ella se preguntaba cuánto tiempo pasaría antes de que Cucu la dejara ir, la otra parte se preguntaba cuánto tiempo tomaría encontrar...

Mayte Lascurain.

El nombre bailaba sobre sus sentidos, suave y gentil como ella. Bromeando, tal como Mayte lo había hecho durante toda la escuela secundaria. La chica nunca dejaba de hacer que el corazón  de Fernanda bombeara.

Mi Primer Amor (Mayfer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora