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Cuando levantó la vista de la guitarra, vio que Mayte la observaba con dulzura. La mirada le trajo calidez al corazón de inmediato. Había extrañado mucho a esa mujer. Sin decir palabra, se puso de pie y apoyó la guitarra contra la pared. Tenía una amplia sonrisa en su rostro mientras se acercaba lentamente a Mayte.

Había algo en la mirada que hizo que el corazón de Mayte se acelerara. Los ojos de Fernanda se entrecerraron ferozmente mientras la miraba con amor. Mayte percibió el cambio de energía. Algo era diferente con Fernanda, la morena no dijo una palabra mientras la miraba de arriba abajo, pero cuando lo hizo, sonó más segura de sí misma de lo que Mayte la había escuchado en los últimos días.

Fernanda volvió amorosamente sus brazos alrededor del cuello de Mayte mientras bajaba su cuerpo para recostarse contra ella en el sofá. Sus pensamientos estaban claros, su mente más tranquila de lo que había estado en mucho tiempo. Parecía segura, pero sin un rastro de arrogancia. Recordaba y ahora iba a buscar lo que había perdido. Se inclinó hacia delante y colocó sus labios contra la frente de Mayte, atrayéndola hacia sí. Su atención estaba cien por ciento en Mayte la energía que fluía a través de ella se transfería a la otra mujer.

Mayte podía sentir la magia de su tacto y sus ojos brillaban de nuevo en los de Fernanda. Se sentía segura en sus brazos y hubo una sensación de seguridad antes de que Fernanda pudiera pronunciar las palabras. Mayte sintió de alguna manera que Fernanda ya no estaba oculta en la oscuridad.

La paz y la tranquilidad eran cálidas y acogedoras, y la luz de la mañana se sumaba a ese momento maravilloso y dichoso en el que se abrazaban fuertemente. Podrían haber permanecido así todo el día, pero las responsabilidades y las explicaciones las llamaban.

Fernanda se incorporó y soltó a Mayte para acariciarle el costado de la cara con el pulgar. Hubo otra pausa antes de que dijera algo. Sus ojos brillaban y la bondad se derramaba de ellos y bañaba a Mayte por completo. Fernanda tomó la mano de Mayte para entrelazar sus dedos. Respiró profundamente, con una mezcla de esperanza y emoción. "Lo recuerdo", se calló.

Mayte asintió en señal de reconocimiento, pero dejó que Fernanda continuara.

“Todo, todo ha vuelto”, aseguró la rizada.

—Eso es... eso es increíble —respondió Mayte mientras se sentaba derecha. La incertidumbre se había apoderado de ella a medida que se activaba su inseguridad. Mayte temía no haber entrado en la vida de estrella de pop de la cantante otra vez. Después de todo, Fernanda la había dejado una vez por su carrera, ¿por qué ahora era diferente? Esa preocupación la había estado carcomiendo desde el día en que Fernanda había despertado de nuevo en su vida.

Fernanda vio que Mayte desviaba la mirada y percibió la incertidumbre. Enganchó dos dedos bajo la barbilla de la rubia y volvió a mirarla. —Mayte necesito que me respondas ¿Sigues casada con él?.

Había suficiente seguridad en sus palabras y calidez en su tono para que Mayte dejara de lado el miedo que la acosaba por dentro. Sin embargo, no pudo evitar hacer la pregunta que había surgido desde que Fernanda había aparecido en la puerta de su aula. "No, estoy divorciada solo falta terminar el proceso para el cambio de mis apellidos, Fer, ¿qué estás haciendo aquí osea porque regresaste?

Fernanda cerró los ojos y asintió lentamente con la cabeza en señal de comprensión. Reconociendo que Mayte debía haber albergado esa pregunta durante los últimos días. Levantó una ceja mientras buscaba las palabras adecuadas y se conectaba con su intención. Con cada respiración se reconectaba con la soledad y el anhelo que la habían llevado a encontrar a Mayte. "¿Mi equipaje?", soltó de repente mientras se ponía de pie de un salto.

Fernanda recordó el pergamino cuidadosamente doblado y su pulso se aceleró cuando la calidez de ese pensamiento la invadió. Había venido allí con un propósito, había venido queriendo pedirle a Mayte que fuera su acompañante en la boda de Claudia. Estaba allí para reconectarse con el amor de su vida, para llenar el abismo que sentía en lo más profundo y que había estado allí desde que había roto su relación.

Fernanda respondió a la confusión y la incertidumbre tirando de la pequeña mujer para ponerla de pie y envolviéndola con sus brazos. Necesitaba que Mayte se sintiera segura, necesitaba atarla al presente y anular el riesgo de que huyera o la empujara de vuelta. Sabía que esto sería difícil para la rubia y no había forma de que se arriesgara a lastimar a Mayte nuevamente.

Los fuertes brazos de Fernanda envolvieron a Mayte por completo, sin constreñirla, sino sujetándola con calidez y consuelo. Pasó los dedos suavemente de un lado a otro por la espalda de May mientras se fundían. La mujer más alta apoyó la barbilla suavemente sobre la cabeza de Mayte mientras esta se hundía en su cuello. La forma en que sus cuerpos encajaban era perfecta. Dos piezas de un todo, completas en todos los sentidos. Cuando una se movía, la otra gravitaba con ella, como bailarinas. Como si una dependiera de la otra.

El abrazo, en silencio, decía mucho. Hablaba de fuerza y ​​compromiso y, cuanto más se abrazaban, más podían oírlo susurrar amor. Mayte lo dejó que penetrara en su interior, sus miedos dieron paso a la confianza y su corazón, que una vez estaba roto y se había vuelto a unir con fuerza, ahora estaba abierto.

El cambio de energía vibró a través de Fernanda mientras los últimos bastiones de resistencia se disolvían. Mayte sabía que se estaba permitiendo estar presente y creer, y percibía que, sin importar lo que estuviera por venir, todo estaría bien.

Fue un momento decisivo y Fernanda se mantuvo firme y más decidida a no ser esclava de su carrera, ninguna persona estaría en control de su vida y decisiones. El camino que había seguido la había llevado a un éxito, fama y riqueza notables. De la mano de Cucu se había convertido en un producto; había llenado los bolsillos de Chrissy, Cucu y su sello discográfico, su propia cuenta bancaria e inversiones a rebosar, pero la había dejado agotada y vacía. Mientras los críticos elogiaban su gira, ella se sentía desconectada de su propia música, que había perdido significado. Había perdido su pasión.

Mi Primer Amor (Mayfer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora