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Los recuerdos de Fernanda seguían resurgiendo, fragmentos de su infancia y su pasado compartido volvían a ella uno por uno. Mayte observaba ansiosamente cómo Fer volvía sobre sus pasos, conectando los puntos de su historia. Tenía miedo de que todo volviera a inundarla y Fernanda se diera cuenta de quién era y se preguntara qué diablos estaba haciendo. Tenía miedo de que una vez que Fernanda recordara todo, no hubiera lugar para ella. Después de todo, Fernanda había elegido su carrera por sobre Mayte una vez antes y ahora, con la carrera de Fernanda en pleno auge, luchaba por ver dónde encajaría.

Fernanda había percibido la cautela de Mayte, la sutil moderación que a veces impedía que se acercaran. Sabía que Mayte tenía otras cosas que le ocupaban la mente. No era que no le importara, pero sentía que algo no iba bien. Con cada paso que daban, Mayte parecía retroceder.

Mientras caminaban al mismo paso, Fernanda extendió los dedos y deslizó suavemente la muñeca de Mayte hacia abajo antes de entrelazarlos con su mano. Sintió la necesidad de acortar un poco la distancia que las separaba desde que se habían besado y le preocupaba que Mayte se estuviera alejando demasiado.

El corazón de Mayte se aceleró. No pudo resistirse a la mano de Fernanda, pero la acción la dejó cuestionándose internamente sobre qué demonios estaba pasando. Parecía un sueño, pero el toque de Fernanda era real. Tenerla de vuelta en su vida era estimulante, confuso y aterrador al mismo tiempo. Había tratado de poner distancia entre ellas, pero a pesar de sus mejores esfuerzos por poner las cosas en pausa, sus cuerpos parecían tener sus propios planes.

Mayte salió de sus pensamientos y se dio cuenta de que los profundos ojos de Fernanda reflejaban incertidumbre. Le preocupaba haber recordado algo que la había inquietado. "¿Estás bien?", preguntó Mayte.

Fernanda se detuvo en seco y su mirada se volvió hacia Mayte. "Sí y no", admitió.

—¿Hay algo de lo que quieras hablar? —insistió Mayte tentativamente.

Fernanda jugueteó con el puño del suéter de Mayte y bajó la mirada para evitar el contacto. "¿Hay alguien más?"

La sonrisa de Mayte vaciló. Estaba confundida por la pregunta. "¿Qué? No, Fernanda ¿Qué te dio esa idea?

Fernanda dudó un momento y se mordió el labio inferior. —Eh... eh... siento que hay algo importante que no me estás contando.

El pulso de Mayte se aceleró y sus dedos apretaron con más fuerza los de Fernanda. Su corazón dolía al recordar la verdad que aún no había revelado. "Fer, te prometo que no hay nadie más", declaró, con la angustia apoderándose de su garganta porque su voz era más aguda.

Fernanda se dio cuenta de que Mayte estaba molesta por su pregunta, tal vez incluso enojada. Sintió que tenía que abordar lo que la había estado molestando, pero lo último que quería hacer era molestarla. Extendió la mano y dos dedos levantaron suavemente la barbilla de Mayte para encontrar su mirada. "Te creo, Mayte. Es solo que... hay una sensación, ¿sabes? Como si hubiera una pieza faltante del rompecabezas que no puedo encontrar".

Mayte se sintió herida por las palabras de Fernanda y su culpa se intensificó. El debate interno se desató con fuerza y ​​no estaba segura de si debía compartir o no su verdad, su historia sobre su hijo. Trató de ordenar sus pensamientos y se detuvo un momento antes de continuar: “Fernanda, tenemos que ir paso a paso. Te prometo que sería honesta si hubiera alguien más en la escena. No te habría besado si hubiera alguien más. Por favor, cariño, confía en mí. Esta es una situación complicada y estoy haciendo todo lo posible para encontrar una manera de superarla y permitirte el espacio para recordar las cosas a tu propio ritmo. Pero aquí estoy y me quedo”.

Mientras conducían de regreso a la casa un silencio pesado pero contemplativo se instaló entre ellas, el peso de las cosas que no se habían dicho flotaba en el aire como una nube espesa. Mayte luchaba con su conciencia, dividida entre su deseo de apoyar a Fernanda y la verdad que había decidido ocultar. El tiempo se estaba acabando y sabía que si no abordaba pronto los problemas que se avecinaban, se encontrarían en una situación muy complicada.

Mi Primer Amor (Mayfer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora