¡Hola a todos! Acá un nuevo capitulo jejeje Besos y abrazos, no olviden comentar
Rhaenyra condujo a las gemelas hacia su apartamento, tratando de mantener la calma a pesar del nudo que sentía en el estómago. Baela y Rhaena, sentadas en el asiento trasero, no dejaban de preguntar con voces curiosas y llenas de inocencia.
-Tía Rhaenyra, ¿por qué mamá te trata así?- preguntó Baela, sus grandes ojos reflejando la confusión que sentía.
Rhaenyra les dedicó una suave sonrisa a través del espejo retrovisor, aunque por dentro sentía un peso en su pecho.
- Son solo problemas de adultos, pequeñas. No tienen que preocuparse por eso- dijo ella nerviosa por todo lo sucedido.
Rhaena frunció el ceño, no del todo convencida, pero antes de que pudieran continuar preguntando, Rhaenyra decidió desviar su atención.
- ¿Qué tal si les compro algunos pasteles? Conozco una pastelería cercana que tiene los mejores que he probado, sé que les gustará- dijo Rhaenyra y las niñas parecieron olvidar el tema momentáneamente.
Rhaenyra suspiró aliviada al ver la emoción de las niñas ante la idea de algo dulce, y sonrió al verlas con los ojos brillando decidiendo que querían.
Luego las niñas se fueron en silencio comiendo sus pasteles y Rhaenyra intentaba no estar nerviosa.
Cuando finalmente llegaron al apartamento, la ansiedad de Rhaenyra volvió a asomar. Mientras ayudaba a las niñas a salir del coche, no podía evitar preocuparse por lo que pensarían cuando descubrieran que Daemon vivía allí.
Temía que la culparan por la separación de sus padres, que la vieran como la causa de todo el caos en sus vidas.
Mientras subían las escaleras, Rhaenyra se esforzaba por mantener la compostura. Sin embargo, al abrir la puerta del apartamento y entrar, Baela y Rhaena sorprendieron a Rhaenyra con su madurez. A pesar de su corta edad, las niñas parecían comprender más de lo que ella hubiera imaginado.
-Tía Rhaenyra- comenzó Baela, mirándola con esos ojos que tanto se parecían a los de su padre-¿Papá vive aquí ahora?-
Rhaenyra se detuvo un instante, sin saber exactamente cómo responder. Su temor se reflejaba en su rostro, pero antes de que pudiera decir algo, Rhaena continuó con una voz llena de sinceridad.
-Estamos felices de que estén juntos. Papá ha sonreído mucho más desde que te conoció- dijo Baela sonriendo y Rhaenyra sintió sus ojos brillar, pero no lloraría delante de ella, o terminarían las tres llorando.
Ella no podía entender como esas niñas no parecían molestas porque ella había destruido su familia, y en cambio la aceptaban. ¿Daemon sonreía más desde que estaba con ella? ¿Era por ella? Su corazón latía rápidamente al pensar en eso.
Rhaenyra no supo qué decir en ese momento, así que simplemente sonrió y les acarició el cabello.
- Gracias, pequeñas ¿Les parece si hacemos que esta tarde sea especial?- dijo ella que quería preparar una sorpresa para Daemon y las niñas asintieron con entusiasmo.
Con ese propósito en mente, Rhaenyra comenzó a preparar la casa para la llegada de Daemon. Quería que la sorpresa fuera perfecta, que las niñas y él pudieran disfrutar de un momento de felicidad, aunque solo fuera por un rato. Mientras colocaba los pasteles en la mesa y acomodaba algunos juguetes para las niñas, Rhaenyra se sentía feliz ordenando todo con las niñas.
Rhaenyra preparó todo en el apartamento, con las gemelas ayudando con entusiasmo, y una vez que todo estuvo listo, se retiró un momento para poder llamar a Daemon y hacerlo volver a casa.
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Rutas prohibidas (Daemyra)
RomansaRhaenyra, atrapada en una relación cómoda pero rutinaria con Harwin, nunca imaginó que un simple viaje en Uber cambiaría su vida. Cuando Daemon, que trabaja como conductor de Uber, sigue la orden de ella de tomar un desvío, Rhaenyra se encuentra des...