5 días luego del parto, Samantha estaba de nuevo en casa. Pero todos notaron que no era la Samy que llegó al hospital.
El pequeño niño ya era todo un consentido, varios fans de Rivers mandaron regalos la hospital cuando madre e hijo estaban en el.Todo estaba de maravilla pero Samantha no se veía feliz.
____ y Roier lo notaron, pidió dormir en otra recamara con el bebé, incluso.Algo andaba mal y ellos no sabían que.
—Sam, tenemos que hablar.— La chica lo miró, sin levantar la cabeza. Estaba inclinada en la cuna de su hijo, quien estaba dormido tranquilamente mientras Sam lo acariciaba, pues hace unos minutos estaba llorando. El ambiente debería ser lindo, acogedor, pero en verdad era frío, oscuro y vacío.
Samantha solo tenía la cama y cuna allí. Y algo de ropa que comenzó a cambiar a esa habitación. Fuera de eso, pañales, pijamas y cosas que Meto usa por la noche guardadas en un cajón.—¿Qué pasa?
Hablaba como si fueran desconocidos.
—No nos has dejado ni cargar a Mateo. Te fuiste a otra habitación. Están el y tú encerrados todo el día aquí. Samantha, eso pasa.— Dijo desde el marco de la puerta. La luz de la recamara estaba apagada y las cortinas cerradas. Como si tuviera miedo de ver el mundo fuera de las paredes que la protegían.
—No quiero que nadie toque a mi bebé.— Dijo sin dudarlo ni esperar. La desición la tomó, nadie lo tocaría. Nadie tocaría a su pequeño hijo, tan frágil y pequeño, no por el momento hasta qje el se sintiera listo. —Lo intente, ¿si?, intente dárselo a ____, ¡pero tenía la piel fría y mi hijo comenzó a llorar!—
Actuaba como una desquiciada. Como si esa criatutita fuera aún parte de ella misma.
En ese momento, ____ estaba tras Roier, escuchando a la pelinegra hablar.
Roier puso su brazo en el espacio que quedaba, para que ____ no avanzará hacia el interior de la habitación.—Quiero ver a Mateo, Sammy, queremos ver que esta bien y que tu igual lo estés.
—El está bien. Está conmigo. Están exagerando. Solo son cosas del parto, déjennos solos.
Suspiró, sentándose en la cama. Ni Roier ni ____ se movieron, estaban allí, observándola, su oierna se movía ansiosamente, sus uñas se enterraban ligeramente en las sábanas blancas bajo ella.
—Nos preocupas.
—¿Por qué les preocupa?, Mateo esta bien... ¿Qué más necesitan?
—Debes salir de aquí. No puedes esconderte y ya.
—Lo estoy haciendo. Ahora... Déjenme en paz... Por favor.— Casi rogó para que salieran.
Esa noche se iría, y quería hacer que la odiaran para que no doliera demasiado.
Necesitaba que la odiaran, necesitaba odiarlos para hacer esto sin miedo.
Pensó que estarían mejor sin ella y sus problemas.Estuvo pensando en ella misma mientras Mateo estaba descansando, hasta que un ligero toque en la puerta llamó su atención.
Vio la sombra de unos tenis, posiblemente converse, moviéndose, poniendose de puntitas y jugando en ellos mismos. Meciéndose levemente mientras esperaba.
Sonrió, reconocía bien de quien era aquella sombra. Quackity, a el le dolería dejarlo demasiado, incluso pensó en que fueran juntos, eran jóvenes, ____ y Roier tendrían su vida, Quackity y ella harían la suya, sonaba bien pero sabía que el de gorro no apoyaría esa idea. Abrió la puerta lentamente, viendo al menor jugar con sus dedos en lo que esperaba ser recibido. Una sonrisa sincera ilumino su rostro. Quackity igual Sonrió y pasó en silencio, esperando a que la mujer cerrará la puerta.
Quackity fue directo a la cuna. El era el único que lograba tocar a su pequeño hijito y cargarlo sin que llorará. Eso le daba una paz muy grande, Quackity se veía como un hermano mayor con su bebé.
Mateo estaba despierto, y ella apenas se daba cuenta. Era un pequeño que no hacía ruido, no lloraba mucho y era tranquilo para ser recién nacido, eso también era agradable.
Alexis ya lo tenía en sus brazos cuando ella se acercó.—Alex, ¿puedo hablar contigo?— Tenía que decírselo, quisa no la apoyaría pero comprendería lo que sentía. —Siéntate, vamos.—
Quackity asintió, sentándose en la cama con Mateo en brazos, quien se había quedado dormido nuevamente. Parecía que sería alguien dormilón, solo despertaba para comer y un cambió de pañal, y listo.
Quackity la vio con unos ojitos curiosos.—¿Te gusta aquí?
Y para su sorpresa, el negó.
—Siento que Roier y ____ se quedan estancados por mi.
Rio por lo bajo, ¿cómo podía creer eso?
—¿Por qué piensas eso?, los ayudaste demasiado.
—Roier solo se concentra en cuidarme.
—¿Cuidarte?
Si, bueno, Roier protegía a Quackity con su vida.
—Si, cuidarme porque sabe que yo no puedo hacerlo solo. Eso pasa a veces, meses de felicidad y luego meses de no sentir nada.
—¿"Eso"?, no entiendo Alexis.— Se sentó a su lado. —¿Tienes alguna enfermedad y no sabía?—
—Yo no lo llamaría así. La neurodivergencia es algo distinto.
Sus cejas se alzaron. Quackity era neurodivergente. Aunque eso lo sospechaba, confirmarlo era bastante sorprendente.
—Yo... no lo sabía.
—Tampoco estaba en mis planes que lo supieran.
Bajo la cabeza.
—¿Te gustaría irte de aquí?
—Me gustaría cualquier cosa menos estar aquí.— El de gorro suspiró. —Se que te vas a ir... Pero no quiero que te vayas, me sentiría solo.— Sus ojos comenzaron a brillar, había hecho llorar a su pequeño. —No me dejes...— Sollozo en silencio.
Eso rompió su corazón.—¿Quieres venir conmigo?
Quackity levanto la cabeza apenas la escuchó, asintió energético, suplicandole con la mirada acompañarla.
—Roier y ____ saldrán a comprar comida en unos minutos, darán una vuelta probablemente. Eso nos dará tiempo, ¿está bien?— Acarició su mejilla, secándola. —Ve a tu cuarto, empaca ropa y cosas escenciales. Te llamaré y nos iremos, ¿si?, creo que sabes a donde iremos... Y, Quackity, prometo que te cuidaré, ¿si?, yo... tenía un amigo autista así que espero que lo que haya aprendido te ayude.— Sonrió, mientras veía al menor irse con una sonrisa igualmente.
Todo era tan rápido.
ESTÁS LEYENDO
𝐒𝐚𝐥𝐯𝐚𝐫𝐧𝐨𝐬 #2 (Roier & Riversgg)
Fanfiction𝐒𝐀𝐕𝐄|| Parece que no hay futuro juntos, no por ahora. ____ lucha por el estar sola y confundida por sus sentimientos y su mente, que parece decirle a gritos que es tan mala persona que todo es su culpa. Por otro lado, Roier está preocupado por s...