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8 meses al fin.
Samantha se veía más animada, pero con miedo al dolor del parto. A veces hablaba con ____ de eso, ¿dolía demasiado?

—Como si fueras a morir, pero, no te asustes, es solo un tiempo.

—¿Ah?, si, claro...No me da nada de miedo.— Rodó los ojos. —¿Qué sería buena opción?—

—¿Aún no sabes como va a nacer?— Sam negó con la cabeza. —Si quieres una cicatriz, cesárea, si no, natural. Ya verás, tienes tiempo.—

—Tres semanas.

—Preocúpate. Si no quieres demasiado dolor, mejor la cesárea. Si cuidas la herida casi no se verá. ¿Tienes el nombre?

—Ni idea. Mejor ire a ver que hace Alexis, ha estado callado y eso me preocupa.— Suspiró, levantándose con poca dificultad y yendo hacía la habitación del de gorro. Literalmente, el se había vuelto como un adolescente, prácticamente, era algo así, un jóven. Una habitación llena de pósters, convers tirados por doquier, ropa oscura que pocas veces variaba, y se la pasaba encerrado con sus audífonos a todo volúmen. Quizá estaba entrando en razón de dejar de recibir atención por el hijo de Samantha, y dejaría de ser el menor en la casa.
Por que si, Roier y Samantha solo necesitaban papeles de adopción y el sería su hijo.

No era como si hubiera mucha distinción de edad, pero era notoria la diferencia entre ambas actitudes. Samantha entrando a los 30, siendo la mayor, ____ en eso de los 26, y Roier y Alexis con 25 y 24, siendo Roier el mayor.
El -Alexis- siempre fue realmente raro según palabras de Roier, quien no hablaba mucho de infancias de ambos.

Ninguno tuvo ganas de pensar en ello.

El menor estaba acostado en la cama, sus audífonos por algún lado a su derecha y Le Teoría de Kim en la página 345 con algunas palabras subrayadas.
Sam rio, últimamente el era aun más fan de la lectura y compro esos y más libros de Wattpad, no le preocupaba mucho lo que leyera, era un adulto después de todo, uno pequeño y que no sabía cocinarse solo. Pero, un adulto.

Estaba dormido tranquilamente. Le gustaba verlo así, tan tranquilo y en su mundo sin que nadie lo dañará, era tierno.
Alexis era raro, incluso pensó que sufría autismo o algo parecido debido a su taro comportamiento. Claro, en cámaras y con gente de confianza era platicador en temas que le gustaban, como cualquier persona. Pero su obsesión con gorros,  marcas y su carrera su miedo a ruidos fuertes, el poco entendimiento hacía sus sentimientos ajenos, odio a ciertas texturas, odiaba el contacto visual, y casi nunca abrazaba a los demás. Y... necesitaba ayuda para cruzar la calle porque los camiones grandes le resultaban aterradores.

Quería preguntarle personalmente si tenía algún tipo de neurodivergencia o algo por el estilo pero no buscaba incomodarlo.
Acarició su cabello mientras cubría el cuerpo del chico con una sábanas blanca y salió de nuevo, cerrando la puerta tras el.

Soltó un saltito al ver como Roier la veía de brazos cruzados.

—¿Por qué le mentiste a ____?

—¿Mentirle?, ¿de qué hablas?— Ladeo la cabeza, riendo con nerviosismo.

—Le has dicho que no tienes nombre. Pero ayer Alex te dio una lista con exactamente 10 nombres lindos, investigados con su significado y ya lo elegiste.

—Porque quizá cambié de opinión Ro.

—Rara la vez que lo haces. ¿Qué diría Mateo si supiera que su mamá quiere cambiarle el nombre?, no puedes hacer eso. Imagina que tenga 5 años y te arrepientas.

—Veré que hacer. ¿Por qué lo llamas Mateo si te dije que no sabía si si se llamaría de esa forma?

—Se lo especial que Alex es para ti. No creo que puedas soportar verlo mal por ponerle un nombre que no estaba en esa lista.

—Tu ganas. Pero le diré cuando pregunté. Ahora déjame ir a dormir.

𝐒𝐚𝐥𝐯𝐚𝐫𝐧𝐨𝐬 #2 (Roier & Riversgg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora