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—Roier, Samy...— Reunió todas sus fuerzas y entró a la habitación de ambos. —¿Podemos hablar?—

—¿Uh?, si, entra.— Sam habló primero, palmeando un lugar junto a ellos en su cama. —¿De qué quieres hablar?—

____ se quedó en silencio. Mirando las sábanas blancas, idénticas a las de Wilbur, lizas con pequeños detalles negros. Parpadeó varias veces, sus pies se entumian mientras sentía como Wilbur la cargaba nuevamente para recostarla allí.
Recordando como fue su primera vez sin que fuera con ellos, la tercera persona a la que ella se entregaba en cuerpo y alma, porque las otras dos salieron mal.

Jugueteo con sus manos.

—Volveré a Reino Unido.

Roier se ahogó con el café que estaba tomando, maldiciendo por manchar las sábanas recién lavadas.

—Yo... A-ah, si, regresaré a visitar a Tommy, Wil, Philza y Valeria. La deje sola y... Los extraño, extraño a todos allá. Solo iré unos días, se que el psicólogo dijo que era mejor que ustedes estuvieran conmigo en todo momento, pero quiero ir yo sola.

—____, lamentablemente, es tu vida. Tu decides y nosotros estamos de apoyo. Puedes ir y venir siempre que quieras, sabes que estaremos aquí de todas formas... ¿Cuando te vas?

Samantha se sorprendió incluso por el razonamiento rápido de Roier, del cual espero todo menos tomarlo tan bien.

—En dos días. Iré por una semana.

Roier asintió.

—Comienza a empacar entonces. Me dices la hora más tarde. Yo te dejaré en el aeropuerto, ¿de acuerdo?

Ambos vieron la carita de ____ iluminarse por una bella sonrisa. ¿Podrían recibir un mejor regalo que su felicidad?, pues ahora no lo creían.

____ corrió a su habitación, cerrando bajo llave porque si no, Quackity invadía el lugar.
Llamó a Tommy tan rápido como pudo, olvidandi la diferencia de horario.

"Es de madrugada, ¿que haces llamando a estas horas, ____?"

"¡En dos días voy para allá!"

Alejó su teléfono apenas escuchó un golpe y un gritó. Rio por lo bajo, sabiendo que Tommy tiró lo que sea que llevaba en las manos.

"¡Sabía que no me fallarías!, en la tarde iré a tu casa, debo limpiar oara que te quedes de nuevo allí, ¡nos vemos!"

Y la llamada acabó.
Estaba feliz, pero, asustada a la vez. Wilbur estaba insistiendo mucho en lo sexual, mucho en el cariño, mucho en todo. Mucho en la atención.
Wilbur pedía demasiado, tanto que llegaría pronto al límite. Pero oara la chica, valía la pena toda esa energía gastada para que el fuera feliz, y ella aunque sea unos segundos del día.

Wilbur daba miedo enojado.

Así que ella no lo hacía enojar.
Fácil, ¿no?

𝐒𝐚𝐥𝐯𝐚𝐫𝐧𝐨𝐬 #2 (Roier & Riversgg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora