Ignorando la historia interminable de Ron sobre cómo derrotó a su hermano Percy en una partida de ajedrez durante las vacaciones, los ojos de Hermione recorrieron con calma las caras nuevas sentadas en la esquina delantera de la mesa de cada casa. Había estado haciendo esto durante dos años. Apenas era el comienzo de su sexto año en Hogwarts. Desde que se convirtió en Prefecta de Gryffindor el año pasado, se había vuelto más observadora y cautelosa con los nuevos estudiantes con los que tendría que relacionarse a lo largo del año escolar.
Hermione sabía que no era estricta como sus padres. No quería que los estudiantes más jóvenes la llamaran por nombres desagradables, especialmente al ser alguien tan rígida. Ella solo era una planificadora organizada, pero podía ser divertida o flexible si se lo proponía. Nadie tenía problemas con la forma en que Hermione trabajaba. Todos la veían como un modelo a seguir.
Sin embargo, había una excepción: la mesa junto a la de Ravenclaw, Slytherin. Sus ojos recorrieron el mar de verde esmeralda y, de repente, una persona llamó su atención. Un rostro desconocido, de su edad o quizás un año mayor, comía en silencio, ignorando el ruido a su alrededor.
No podía ser de primer año. Es demasiado mayor para ser de primer año, pensó Hermione.
Cuanto más se concentraba en la desconocida, más se daba cuenta de que se parecía un poco al chico que estaba sentado a su lado. Cabello largo y rubio platino. Piel pálida.
Y entonces, sus miradas se encontraron.
Ojos redondos de un gris helado.
Hermione bajó inmediatamente la vista hacia su plato, sintiendo un calor repentino en sus mejillas. Desvió la mirada, tratando de convencerse de que no la había pillado mirándola.
"Comida. Sí, concéntrate en la comida" —pensó.
Hermione trató de distraerse con una taza de pudín de chocolate que tenía frente a ella. Un festín maravilloso y enorme estaba ante ellos. Los estudiantes de primer año acababan de ser seleccionados. En cualquier momento, el Profesor Dumbledore daría su discurso de bienvenida.
Cuando pensó que habían pasado varios minutos, los ojos de Hermione buscaron de nuevo a la chica nueva.
Sus miradas se encontraron por segunda vez. Hermione rápidamente evitó la mirada y tomó un buen sorbo de su vaso de agua, tratando de calmar sus nervios.
Cuando se atrevió a mirar de nuevo, la chica nueva ya la estaba mirando, sonriendo de oreja a oreja. Esto hizo que Hermione girara la cabeza y mirara a su alrededor, para ver si esa sonrisa iba dirigida a otra persona.
Convencida de que la chica nueva definitivamente le sonreía a ella, se inclinó hacia Harry y le preguntó:
—Harry, ¿Por qué esa chica nueva junto Draco me está mirando? —comenzó a preguntar, dudando en comer otro bocado, pensando de si tenía algo en la cara o si había comido algo que se le había quedado en los dientes.
—Mm, no lo sé —respondió Harry, haciendo su mejor esfuerzo para mirar a la chica nueva sin que esta lo notara— aunque... ella es hermosa... ahora que lo pienso, se parece mucho a...
Ron notó que sus dos amigos estaban interesados en otra cosa. Así que se dio la vuelta para mirar, curioso por saber de qué estaban hablando.
—¡Basta, Ron! —susurró Hermione con enojo, haciendo que Ginny y los demás también se giraran a mirar— están siendo demasiado obvios.
—Oh —dijo Ron después de observar detenidamente, con una sonrisa divertida creciendo en su rostro— esa es Sam Malfoy, la hermana de Draco.
—¿Draco tiene una hermana? —exclamaron Harry y Hermione, sus cucharas cayeron y chocaron con sus platos.
—Medio hermana, creo —corrigió Ginny— mis compañeras de clase y yo estábamos hablando de ella. Su nombre es Samantha. Es una estudiante transferida de Ilvermorny, una escuela de magia en Estados Unidos de América.
—¿En América? —Peguntó Harry— No sabía que había otras escuelas de magia en América... pero ¿por qué se transfirió?
Ginny solo se encogió de hombros, indicando que eso era todo lo que sabía.
Hermione finalmente logró tragar su pudín mientras trataba de procesar todo lo que había escuchado. Solo una cosa la inquietaba. Habiendo sido acosada por los Slytherin durante todos sus años en Hogwarts, se había vuelto cautelosa y atenta a todo lo que tuviera que ver con esa casa. La sonrisa que vio en el rostro de la chica nueva no era una sonrisa amigable. Por supuesto que no. No había manera de que simplemente estuviera sonriéndole amablemente, pensó Hermione.
—Si es una Malfoy, ¿podría ser... ya sabes... cómo ellos? —Logró preguntar Hermione, perdiendo el apetito para terminar su plato.
—Lo sabremos con certeza... —respondió Ron, mientras tomaba otra rebanada de pastel de calabaza- en los próximos días, probablemente, si tenemos las mismas clases que ella. Tal vez sea un año mayor o...
—Está en la misma clase que la tú, tonto —intervino Ginny. Todas las cabezas se giraron hacia ella, preguntándose de repente cómo lo sabía— tenemos nuestras maneras de averiguarlo...
Luego, agregó rápidamente, sabiendo que su hermano comentaría sobre el tiempo que había perdido chismeando.
—Y no, Ron, eso no es lo que mis compañeras y yo siempre hacemos durante las clases.
Esa confirmación solo intensificó el miedo de Hermione. No necesitaba que otro Slytherin le comentara cómo debería haberse quedado en casa o cómo no pertenecía a Hogwarts en primer lugar. Hermione había escuchado de todo y estaba cansada de ello. Pero no podía soportar que otra persona, que probablemente solo había la había visto una vez, la acosara como si la conociera de toda la vida. Especialmente alguien que se parecía a Draco.
—Es como una versión femenina de Draco —soltó de repente Neville. Al parecer, también estaba escuchando la conversación— como, el doble de tormento.
Justo lo que Hermione estaba pensado. "Pero entonces, ¿por qué nos está mirando así? ¿También está planeando una guerra?"
Ron echó un vistazo a la mesa de Slytherin nuevamente y respondió rápidamente.
—Te está mirando a ti. No a nosotros.
—No te preocupes —dijo Harry, notando lo preocupada que parecía Hermione— no dejaremos que los Malfoy te hagan daño.
—Y, además, solo es una chica —agregó Ron.
—¡Qué gracioso, Ronald! —escupió Hermione.
—No lo decía como un insulto —se apresuró a decir Ron— es solo que... eres la bruja más brillante de nuestra edad, Hermione... sí pudiste manejar a Draco y sus secuaces, entonces ¿Qué podría hacer su versión femenina que sea nuevo para ti?
La conversación murió inmediatamente en cuanto notaron que el profesor Dumbledore comenzó a levantarse. Mientras se dirigía al estrado frente a ellos, los de primer año de repente parecieron nerviosos y asustados. Hasta que él comenzó a hablar con su voz alegre.
Hermione solía prestar atención a cada palabra que el Profesor Dumbledore decía al comienzo del curso. Pero en ese momento, solo captó las palabras nuevo profesor de Pociones y nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Sus pensamientos comenzaron a divagar mientras echaba un último vistazo a Sam Malfoy.
Y Sam seguía mirándola. En el momento en que sus ojos se encontraron, Sam sonrió.
Fue lo más hermoso que Hermione había visto en su vida. ¿Cómo podría no ser amigable?
Hermione rápidamente volvió a mirar al Profesor Dumbledore, como si no hubiera visto lo que acababa de pasar, haciendo todo lo posible por evitar a Sam.
Aunque realmente tiene una hermosa sonrisa, la mente de Hermione la traicionaba.
"No sabía que los Malfoy podían sonreír. Más allá de una mueca, probablemente. Pero ¿y si... qué tal si Draco ya le dijo que soy nacida de muggles? Y ahora, dos Malfoy me van a atormentar durante los próximos días".
Hermione no podía dejar de preocuparse por lo que sucedería a continuación. Pero lo que más le preocupaba era no poder sacar el rostro de la chica nueva de su cabeza.
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𝑷𝒆𝒓𝒐... 𝑬𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚 || 𝑯𝒆𝒓𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓 (𝒈𝒙𝒈)
FanfictionHermione Granger, la brillante y hermosa Gryffindor, se enamora de Samantha, una estudiante Slytherin un poco traviesa. Parece no haber ningún problema en este aspecto. Excepto por un pequeño detalle: Samantha es una Malfoy. La historia se desarro...