𝑷𝒆𝒓𝒐... 𝑬𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚 || 𝑯𝒆𝒓𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓 (𝒈𝒙𝒈)

Capítulo 31

Ya había pasado un mes desde el último partido del trimestre de Quidditch de Hogwarts. Un mes desde que Hermione se separó de Sam.

Hermione ya había dejado de llorar, pero su corazón seguía en pedazos. Se sentía tan débil y adormecida por dentro que pensaba que nunca volvería a sentir nada.

Solo veía a Sam en el Gran Comedor durante la cena, en el aula durante sus clases de Runas Antiguas y Pociones, y ocasionalmente cuando se cruzaban por los pasillos. Estaba convencida de que Sam la estaba evitando. Incluso en la biblioteca, la ausencia de Sam se sentía como un cuchillo en su corazón.

Simplemente la extrañaba. Se despertaba en medio de la noche, con pesadillas ocasionales de Sam y Rose juntas o de ella misma saliendo con Cormac. A veces, olvidaba por las mañanas cuando despertaba y extendía la mano hacia el otro lado de la cama, donde solía estar Sam, buscando el calor que ya no estaba.

—Supongo que así es como duele —murmuró Hermione de repente mientras tomaba su segunda cerveza de mantequilla. Ella y sus amigos estaban en Las Tres Escobas un domingo por la tarde— después de todo, fue mi primer amor. Y no tengo con qué compararlo.

Ginny le apretó la mano y dijo:

—Lo superarás con el tiempo, incluso te reirás de ello. De cómo te ahogaste en el sufrimiento.

Ron se rió, casi atragantándose con su bebida.

—Tómalo de alguien que ha tenido varios novios antes.

—Cállate, Won-Won —escupió Ginny, pisándole el pie.

—¡Ay!

—¿Por qué te llama Won-Won? —intervino Luna.

Harry se rió.

—Oh, Ron y Lavender están juntos ahora, ¿verdad? Y ella lo llama Won-Won.

—¡Cállate, Harry! Se supone que estás de mi lado —interrumpió Ron— y ella es la única que puede llamarme así.

Todos en la mesa rieron excepto Hermione. Lo único que Hermione captó fue la palabra Lavender. Cómo anhelaba el dulce olor a lavanda que solo encontraba alrededor de Sam.

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Ya era hora de la cena cuando regresaron a Hogwarts después de visitar Hogsmeade.

Mientras pasaban por los pequeños pasillos que conducían al Gran Comedor, evitando a Filch, los ojos de Hermione captaron algo a lo lejos.

Cuatro personas estaban agachadas detrás de un arbusto cercano, y una de ellas se acercaba a Hagrid. Hermione entrecerró los ojos y pudo confirmar por el cabello largo y rubio platino que una de ellas era Samantha.

—Vuelvo en un segundo —les dijo a sus amigos, que estaban demasiado ocupados intentando no ser atrapados.

"¿Qué has estado haciendo, Sam?" —se preguntó Hermione, preocupada, mientras se asomaba desde las escaleras torcidas fuera del castillo.

Cuando Hagrid se fue con Goyle, probablemente hacia los invernaderos, Sam y los demás caminaron de puntillas hacia el otro lado.

Hermione ahogó un pequeño grito al ver que parecían dirigirse hacia el Sauce Boxeador.

Hermione escuchó a Sam conjurar un hechizo mientras apuntaba su varita al árbol, pero no pudo oír bien cuál era. De repente, el árbol se quedó inmóvil, como si fuera un árbol normal. Pero el Sauce Boxeador no era un árbol normal.

Luego corrieron y desaparecieron por un agujero junto a sus enormes raíces.

La boca de Hermione se abrió en incredulidad, sus ojos se agrandaron.