Capítulo 6

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—¡Hermione! —La voz de Ron resonó desde el pasillo— ¿Qué te está tomando tanto tiempo? Estoy muriéndome de hambre.

—¡Un minuto! —respondió Hermione a gritos mientras se peinaba apresuradamente y se echaba un poco de perfume, todo mientras sus manos temblaban. Arregló sus túnicas y volvió a ajustar su corbata por, probablemente, millonésima vez. Mirándose en el espejo, la castaña tragó saliva nerviosa.

"¿Por qué estoy temblando? ¿Por qué me siento nerviosa de repente?" —Se preguntó Hermione. "Es solo una chica. Que quiere ser tu amiga. Solo quiere ser tu amiga. Como cualquier otra nueva estudiante."

Pero Samantha no era como cualquier otra estudiante de Hogwarts. Hermione lo sabía.

Cuando escuchó lo que había pasado con la madre de Sam, Hermione inmediatamente sintió una profunda compasión. La necesidad de consolar y proteger a la chica de Slytherin se apoderó de su cuerpo. La culpa por la forma en que había actuado con Sam no ayudaba.

"He sido muy dura con ella. No debería haberla culpado por todas las travesuras de Draco."

—¡Hermione! —Escuchó a Ron y a Harry gritar desde el otro lado de la puerta.

Hermione exhaló un suspiro, con los dedos agarrando el escritorio frente a ella mientras lo hacía.

—¡Ya voy!

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Mientras el trío se dirigía al Gran Comedor para almorzar, Hermione no podía dejar de mirar a su alrededor, buscando un cabello largo y rubio platino reconocible. Pero fue un intento inútil.

Cuando llegaron a su mesa, Ron devoró de inmediato la primera comida que encontró. Harry se unió a él.

Los demás estudiantes también habían llegado, recién salidos de sus respectivas clases.

Hermione tomó un plato distraídamente, pero sus ojos no podían dejar de mirar la entrada. Cuando miró hacia la mesa de Slytherin, la presencia de Sam era inexistente. Al igual que la de su hermano.

—¿Qué te pasa, Hermione? —preguntó Ginny mientras se sentaba a su lado, notando que algo estaba preocupando a su amiga.

Hermione solo negó con la cabeza y se sirvió un trozo de pollo frito.

"¿Qué esperaba? Por supuesto, sigue siendo una Malfoy" —pensó Hermione. "Ni siquiera puede cumplir su compromiso."

Cuanto más pensaba en ello, más se preguntaba por qué se sentía tan frustrada y decepcionada. Aunque sabía que no debería sentir esas cosas.

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Cuando tuvieron clase de Pociones esa tarde, Sam llegó casi un minuto tarde, luciendo desaliñada. El profesor Slughorn aún estaba en su oficina buscando algunos ingredientes para la poción que estaban haciendo ese día, así que la recién llegada tuvo suerte.

La escena no ayudó a Hermione en absoluto. Con dos botones desabrochados en la camisa de Sam, revelando ligeramente su pecho, Hermione rezó a los dioses para que su rostro no estuviera tan rojo como el cabello de Ron.

Mientras se sentaba junto a Hermione, Sam susurró:

—Siento no haber podido ir al almuerzo. Olvidé que teníamos práctica de Quidditch.

"Práctica de Quidditch" —imitó Hermione la voz de Sam en su cabeza. "Claro, cómo no."

Hermione no entendía por qué le estaba dando tantos problemas a la otra chica. Pero, aun así, ignoró a Sam y continuó leyendo un texto de su libro de Pociones.

𝑷𝒆𝒓𝒐... 𝑬𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚 || 𝑯𝒆𝒓𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓 (𝒈𝒙𝒈)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora