Estaba lloviendo a cántaros cuando estaban en su clase de Pociones, la primera con el Profesor Slughorn. Ahora que el profesor Snape estaba enseñando Defensa Contra las Artes Oscuras, Pociones parecía más interesante.
A Hermione no le desagradaba el Profesor Snape, es solo que nunca podía ser ella misma cuando estaba cerca de él. Siempre le encantaba aprender cosas nuevas y luego compartirlas con los demás. Pero hacerlo frente al Profesor le habría valido otro comentario de "sabelotodo".
Cuando el trío llegó al aula, la clase aún no había comenzado. Había un par de estudiantes de Hufflepuff jugando con algún tipo de hechizo en su mesa. Nadie parecía atrever a sentarse en la primera fila.
El trío decidió tomar asiento cerca de la oficina del Profesor Slughorn. Harry y Ron se sentaron juntos, como siempre. Hermione estaba en una mesa separada, esperando que Neville se sentara a su lado en cualquier momento, como de costumbre. Sabía que él siempre llegaba tarde.
Hermione estaba garabateando algunas notas importantes en su nuevo libro de Pociones, habiéndolo leído de antemano, incluso antes de salir de casa.
—¿Está ocupado este asiento? —Hermione escuchó a alguien decir, lo que la hizo saltar en su asiento.
Cuando Hermione se giró para mirar, vio la cara entusiasta de la inigualable Samantha Malfoy. Esta vez llevaba su cabello platino en una cola de caballo. No estaba con la túnica, solo con una camisa blanca de manga larga y una corbata verde con el logo de su casa. Sam ni siquiera se molestó en atarse bien la corbata, simplemente colgaba suelta alrededor del cuello de su camisa.
—Yo... —Hermione parecía haber perdido la voz.
Cuando miró a su alrededor, vio que Neville ya había llegado y estaba sentado con Dean, volvió a mirar a Sam y respondió negando con la cabeza.
—Genial —dijo Sam, sonriendo, mientras colocaba sus libros y su bolsa delante de ellas y tomaba asiento junto a Hermione.
Hermione se giró lentamente hacia Ron y Harry, que estaban a su otro lado, y ellos también tenían miradas de confusión.
—Por cierto, me llamo Samantha —se presentó la Slytherin, extendiendo su mano para que Hermione la estrechara— aunque, puedes llamarme Sam o como tu gustes.
Hermione tragó saliva mientras cerraba su libro y respondía.
—Sé quién eres... y también quién es tu hermano.
La sonrisa de Sam se desvaneció inmediatamente mientras bajaba la mano, dándose cuenta de que Hermione no devolvería el gesto.
—¿Sí? ¿Es realmente un imbécil aquí? Porque en casa, es completamente diferente —dijo Sam. Luego se inclinó más cerca y susurró— No se lo digas a nadie, pero mi hermano es un blandengue una vez que lo conoces. Simplemente no quiere destruir su reputación de chico malo, si sabes a lo que me refiero.
Sam se echó hacia atrás, guiñándole un ojo a Hermione, lo que hizo que sus mejillas se pusieran coloradas. "¿Acaso me acaba de guiñar el ojo?" —pensó la castaña.
Hermione estaba ahora confundida. ¿Por qué la nueva chica estaba empezando una conversación? ¿Acaso tenía un letrero que decía que estaba disponible a cualquier cosa que se relacionara con cualquier Slytherin? "Es una Malfoy, por el amor de Merlín". ¿Por qué no podían los Malfoy simplemente dejarla en paz?
—Entonces... ¿estás aquí para intimidarme también? —escupió Hermione. No pudo evitarlo.
Esperar que la nueva chica se uniera a las andanzas de su hermano haría que esta interacción doliera menos. Una cosa que Hermione había aprendido en Hogwarts era no confiar fácilmente en nadie.
Los ojos confusos de Sam la miraron. Hermione pudo ver una leve decepción en el rostro de la chica. Tal vez era solo su imaginación, pero no pudo evitar sentirse algo culpable por la acusación que había hecho.
—¿Por qué haría eso? —Quiso saber Sam.
"¿Por qué haría eso? ¿Por qué haría eso? ¡¿De verdad?! ¡Porque eres una Malfoy!" —Los pensamientos de la Gryffindor no cesaban.
—Supongo que ya escuchaste que soy... soy hija de muggles —respondió Hermione con nerviosismo.
—¿Y qué?
"¿Y qué?, de verdad le estaba respondiendo eso"
—Creo que no estás entendiendo lo que intento decir... —prosiguió Hermione.
Sam solo suspiró, evitando la mirada de Hermione.
—Sé lo que quieres decir...
—Y tú eres una Slytherin, los Slytherin odian a los hijos de muggles.
Ahí estaba. No era tan difícil decirlo.
Pero en el momento en que las palabras salieron de la boca de Hermione, se sintió culpable al instante y deseó poder retractarse o que la Tierra se las tragara, junto con ella.
—Simplemente... no soy mi hermano, ¿de acuerdo? —dijo Sam— de hecho, te vi en el Callejón Diagon hace un mes. Fuiste muy amable con esa anciana en la heladería.
¿Anciana...? ¿Heladería...? Hermione hizo un esfuerzo mental para recordar de qué hablaba Slytherin.
Entonces, Sam sacó un cuaderno de su bolso y rápidamente hojeó las páginas. Luego le mostró a Hermione una de las páginas que había encontrado. Era un dibujo de Hermione ayudando a una anciana a llevar su equipaje. Hermione lo recordó de inmediato. La anciana era una Squib, y para no mostrar que ella sí podía hacer magia, decidió ayudarla sin necesidad de hacer uso de esta.
Pero, vaya. El dibujo de Sam, sin embargo. ¡Qué detalles! "Es bastante talentosa" —Pensó Hermione mientras pasaba los dedos por la página. Siguió pasó más páginas, queriendo ver más. El tren a Hogwarts. Un elfo limpiando los trofeos. Hagrid guiando a los de primer año hacia el lago.
—Eres muy buena dibujando —dijo Hermione, asombrada, olvidando por un momento que no estaba hablando con cualquier estudiante— ¿Tú dibujaste esto?
Sam soltó una risa nerviosa, frotando su mano inconscientemente en la parte posterior de su cuello mientras respondía.
—Son solo bocetos durante mi tiempo libre... Y son momentos demasiado bonitos como para no ser notados.
Entonces, Hermione llegó a una página con otro dibujo de ella, en la biblioteca, leyendo. Era la primera noche que había regresado a Hogwarts. Sabía que los chicos estaban ocupados con los juguetes que compraron en Zonko's durante las vacaciones, así que decidió que no estaría mal ponerse al día con alguna lectura ligera. Hermione inmediatamente sintió su rostro sonrojarse. ¿Acaso Sam la estaba siguiendo?
—¿Por qué yo? —Hermione no pudo evitar preguntarle. Quería saber si todo esto era parte de alguna broma. Parte del malvado plan de los Malfoy contra los "sangre sucia".
—¿Por qué tú?
—Sí... Tu hermano me odia. Tu casa odia a los de mi tipo. Eres una Slytherin, Sam. ¿Por qué siquiera me estás hablando como si fuéramos amigas?
Antes de que Sam pudiera responder, el profesor Slughorn salió de su oficina, con una expresión alegre, emocionado por empezar la clase.
Salvada por la campana, la castaña no pudo evitar sentirse aliviada. No quería decirle esas cosas a Sam. Quería darle el beneficio de la duda. Pero no podía confiar en ella tan fácilmente.
Pero lo que escuchó a continuación la hizo experimentar una sensación en su estómago que no había sentido antes. No pudo evitar sonrojarse
—Me gustas —respondió Sam en un susurro.
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𝑷𝒆𝒓𝒐... 𝑬𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚 || 𝑯𝒆𝒓𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓 (𝒈𝒙𝒈)
FanfictionHermione Granger, la brillante y hermosa Gryffindor, se enamora de Samantha, una estudiante Slytherin un poco traviesa. Parece no haber ningún problema en este aspecto. Excepto por un pequeño detalle: Samantha es una Malfoy. La historia se desarro...