—¿Qué ocurre? —Draco preguntó, deteniéndose frente a Sam. Su voz resonó en la oscuridad.
Sam entrecerró los ojos, mirando hacia el abismo negro tras ella. Juraría que alguien los había seguido mientras gateaban por los túneles que llevaban a la Casa de los Gritos. ¿Acaso Hagrid ya sabía de sus actividades nocturnas y los estaba siguiendo?
Después de un momento de silencio inquietante, Sam giró la cabeza hacia su hermano.
Negando con la cabeza, preguntó:
—¿Cómo está Hamish?
Hamish iba delante de ellos, seguido de Crabbe y Goyle. Draco se mantuvo en silencio mientras continuaban avanzando a cuatro patas. El pasadizo subterráneo se hizo más ancho, permitiéndoles enderezarse.
Podían escuchar los gemidos agonizantes de Hamish. Estaba transformándose, y Sam sabía que el nuevo lote de poción no había funcionado.
Cuando lograron salir por la trampilla, Hamish ya no estaba en el sótano.
—¿Dónde está Hamish, Crabbe?
Crabbe miró a su alrededor.
—No lo sé. Pensé que nos esperaría.
Y entonces pudieron escuchar unos aullidos contenidos afuera de la cabaña de madera.
—Mierda —maldijo Sam mientras corrían hacia el ruido. Afortunadamente, el lugar estaba desierto y había mucho pasto alto y seco que los cubría de Hogsmeade. Pero allí, en el centro, Hamish estaba arrodillado, luchando. Su rostro estaba alargado, a punto de convertirse en un lobo. La luna sobre ellos brillaba en todo su esplendor.
—¡Hamish, por favor, recuerda quién eres! —gritó Draco, sosteniendo un frasco en la mano— sé que aún estás ahí, por favor, necesitas beber más de la poción.
Draco lanzó el frasco al suelo, rodando hacia donde Hamish ahora estaba agazapado. Su brazo derecho ya había cambiado, tomando el tamaño de un tronco de árbol.
—¡Hamish, bébetelo! —llamó Goyle.
Samantha se congeló cuando el brazo de Hamish destrozó el frasco a su lado y el líquido se derramó por todas partes.
—¿Qué pasa, Draco? —preguntó Samantha, con la varita lista— ¿Por qué no funciona?
—No lo sé. Ya ha tomado tres dosis —tartamudeó Draco— juro que era la misma mezcla que hicimos antes.
—Oh, es culpa de Myrtle la Llorona. Sabía que ha estado jugando con la poción cuando no estamos —dijo Goyle, con la voz quebrada.
Entonces Hamish, convertido ya en hombre lobo, giró la cabeza hacia su dirección. "Esto es todo", —pensó Sam. "Nos va a devorar."
—¿Qué hacemos? —preguntó Draco, mientras retrocedía lentamente— ¿Lo atacamos?
De repente, el hombre lobo saltó hacia ellos. Samantha rápidamente agitó su varita y lanzó:
—¡Expelliarmus!
Y el licántropo fue lanzado por el aire, golpeando el suelo con un fuerte ruido.
—Si se ha transformado por completo, Draco, los hechizos desarmadores ya no funcionarán —advirtió Sam, agarrando el cuello de la camisa de su hermano.
Finalmente, pudieron escuchar los gemidos de Hamish mientras lentamente volvía a su forma humana y delgada. Todos corrieron para ayudarlo.
************
Más tarde esa noche, Sam y Draco hicieron un desvío hacia el baño embrujado para hablar con Myrtle. Sam tenía sus dudas, pero sería imposible culpar a Myrtle de haber hecho algo mal con la poción. Claro, siempre jugaba con ellos, pero también conocía sus límites.

ESTÁS LEYENDO
𝑷𝒆𝒓𝒐... 𝑬𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚 || 𝑯𝒆𝒓𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓 (𝒈𝒙𝒈)
FanfictionHermione Granger, la brillante y hermosa Gryffindor, se enamora de Samantha, una estudiante Slytherin un poco traviesa. Parece no haber ningún problema en este aspecto. Excepto por un pequeño detalle: Samantha es una Malfoy. La historia se desarro...