Capítulo 29

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Hermione jugaba distraídamente con su comida mientras escuchaba a Ron y Ginny discutir a su lado.

La pasta parecía seca y sin sabor. Había perdido el apetito después de ver a Sam y Rose abrazarse, probablemente besándose después.

Hermione apretó el puño mientras repetía la escena en su mente una y otra vez.

"Maldita sea" —se dijo Hermione. "Te odio tanto, Samantha Malfoy".

—No se lo des —le susurró Ginny a Ron, devolviendo a Hermione a la realidad.

—¿Por qué?

—No seas tonto, Ron. ¿No ves que está sufriendo? —Ginny susurró, aunque lo suficientemente alto como para que Hermione la oyera.

Ron guardó silencio mientras seguía comiendo, deslizándose un trozo de papel de nuevo en su túnica.

Hermione intentó ignorarlos, aunque sabía que solo trataban de hacerla sentir mejor. Aunque ya no estaba segura de que alguien pudiera hacerlo.

—Así que este fin de semana es el último partido de Quidditch del curso —dijo Harry de repente— tendremos práctica tarde esta noche...

Mientras la voz de Harry se desvanecía, los ojos de Hermione se dirigieron hacia la larga mesa de Slytherin. Solo podía ver a un chico de cabello rubio platino. Siguió buscando. Rose tampoco estaba presente.

Hermione resopló, rodando los ojos.

"Seguramente estarán juntas otra vez" Hermione se mordió el labio, tratando de contenerse para no derrumbarse.

"No debería ser así. No debería llorar por Sam. No debería estar sufriendo. No puedo creer que la haya amado tanto".

Esa misma noche, aun llorando e imaginando a Sam y Rose besándose, Hermione decidió que necesitaba deshacerse de Sam y de todo lo relacionado con ella.

Para empezar, el cuaderno mágico. Sin él, Sam ya no podría molestarla.

Hermione se levantó de la cama, tomó su varita y el cuaderno de su mesita de noche, y bajó a la sala común.

—Incendio —murmuró, apuntando con su varita. El cuaderno estalló en llamas. Mientras el fuego lo consumía, lo arrojó a la chimenea. Se secó una lágrima que rodaba por su mejilla.

Al día siguiente, durante la clase de Pociones, Hermione finalmente se deshizo del collar. De alguna manera se sintió satisfecha, pero no podía negar que aún estaba herida.

************

Música, silbidos, vítores y gritos de la multitud llenaban el aire ventoso el sábado por la tarde. Era el último partido de Quidditch del curso: Gryffindor contra Slytherin.

Mientras Hermione caminaba en silencio hacia el campo de Quidditch con Luna y Neville, Cormac se les unió de repente, saltando a su lado.

—Vaya día, ¿eh? —saludó Cormac con una sonrisa traviesa. Sus manos estaban en los bolsillos de su abrigo.

—¿Vas al partido también, Cormac? —preguntó Luna.

Cormac asintió.

—Sí, de hecho, quiero invitarlos a los tres a que se unan a mí en nuestro palco especial. Podrán ver el partido mejor y de cerca.

Hermione lo ignoró mientras seguían caminando. Sabía que Cormac solo iba a hablar de lo mucho que merecía estar con ella más que Sam.

—Eso suena divertido —respondió Neville, luego miró a Hermione en busca de algún tipo de aprobación.

𝑷𝒆𝒓𝒐... 𝑬𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚 || 𝑯𝒆𝒓𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓 (𝒈𝒙𝒈)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora