Capítulo 27

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Hermione pasó llorando todo el día. No podía dejar de pensar en lo que había hecho Sam.

Pero, por supuesto, Hermione no creía en lo de la poción de amor. En el fondo, sabía que realmente amaba a Sam sin la ayuda de nada.

Lo que Hermione no podía soportar era la idea de que Sam le mintiera sobre su lo que hacía, porque ella sabía que le estaba ocultando algo.

¿Qué habría pasado si el Profesor Slughorn no los hubiera atrapado? ¿Hermione no lo habría descubierto entonces?

"¿Acaso Sam ha estado haciendo estas cosas a escondidas?" —pensó Hermione mientras sollozaba esa noche, durmiéndose entre lágrimas. "¿Acaso Sam no tiene pensado decirme lo que ha estado haciendo? ¿Es realmente una característica innata de los de Slytherin ser tan reservados? Sam es de Slytherin. Debería haberlo sabido mejor antes de meterme en esta situación. Pero... ¿Qué otras cosas, me estará ocultando?"

Cuando tuvieron clase de Encantamientos al día siguiente, Hermione no pudo evitar oír los susurros a sus espaldas sobre lo sucedido. Se estaban burlando de ella. Hermione intentó ignorarlos, pero la fuerza con la que sujetaba su pluma hacía difícil tomar apuntes correctamente. El Profesor Flitwick estaba ocupado leyendo en su escritorio mientras las palabras aparecían mágicamente en la pizarra.

—No te preocupes —le dijo Neville desde su lado— todo pasará...

Hermione lo miró, tratando de ocultar su enojo.

—Si reaccionas, solo significará que realmente te afecta. Y si te afecta, eso solo hará pensar que es verdad —continuó Neville— tómalo de alguien que ha sido acosado durante años.

Hermione inhaló profundamente y exhaló por la boca. Necesitaba vaciar su mente del deseo de estrangular a esos estudiantes detrás de ella. Logró mantenerse calmada... pero solo hasta el final de la clase.

Cuando Hermione pasaba por la puerta para salir del aula, Pansy soltó de repente, riendo:

—Oye, Granger, ¿Sam te puso una poción de amor o fuiste tú quien la usó en ella?

Hermione se giró y estuvo a punto de darle una bofetada cuando Ron y Harry la detuvieron, sujetándola de los brazos.

—No vale la pena, Hermione —dijo Ron.

Hermione estaba tan furiosa que casi gritó. Pansy se rió con sus amigas y se fue sin un rasguño.

La castaña intentó vaciar su mente sobre todo el incidente. Quería concentrarse en sus estudios, tratando de recordarse a sí misma que tenían exámenes en dos semanas.

Sam aún no estaría en la biblioteca, ya que tenía clase de Defensa Contra las Artes Oscuras en ese momento. Hermione conocía el horario de Sam. Pero ahora, ya no estaba tan segura de sí Sam realmente era honesta, incluso con su propio horario de clases.

"¿Debería pedirle a Sam una copia de su horario? ¿O eso sería demasiado?"

Que Sam le mintiera realmente había tenido un gran impacto en la confianza de Hermione.

De repente, Cormac se sentó al lado de Hermione, tomándola por sorpresa. No se había dado cuenta de cuándo había llegado a la biblioteca, o si la estaba siguiendo.

—Ahora entiendo por qué no estás interesada en mí —dijo, con una sonrisa maliciosa. Estaba hojeando las páginas del cuaderno de ella.

Hermione habría golpeado su cara si no estuvieran en la biblioteca. Siguió pensando en el consejo que le dio Neville.

"Cálmate. Ellos desaparecerán. Con el tiempo."

Hermione le arrebató el cuaderno a Cormac de las manos.

El chico continuó:

—Sabes que no se puede confiar en los de Slytherin... Yo tuve un amigo en su casa... Bueno, pensé que era un amigo... Pero al parecer solo me usaba para conseguir buenos comentarios de los profesores...

—No es cierto —dijo Hermione, interrumpiendo a Cormac.

—¿Qué no es cierto?

—Sam no usó ninguna poción conmigo...

—Hermione, ¿por qué sigues negándolo?

Hermione cerró su libro con fuerza. Algunos estudiantes miraron en su dirección.

—¡Porque no es cierto! —escupió furiosa.

Madam Pince apareció de repente frente a ellos, con las fosas nasales ensanchadas y los ojos llenos de enojo.

—Silencio los dos —les siseó. Luego, después de unos segundos, se alejó lentamente.

Hermione volvió a abrir su libro. Cormac suspiró profundamente a su lado y luego susurró:

—Digo, si fueras lo suficientemente sabia, deberías usar un antídoto para estar segura.

—Cállate, Cormac —dijo la castaña, mordiéndose los labios para evitar golpearlo.

—Está bien —exclamó— no digas que no te lo advertí. Estarías mejor sin ella.

Y con eso, Cormac la dejó en paz.

Hermione estaba tan furiosa con Cormac que casi rompió el libro frente a ella. Entonces se levantó. Necesitaba hablar con Sam. Necesitaba entender por qué Sam hizo lo que hizo. ¿Realmente solo fue generosa con su hermano?

Sam debería haberlo pensado mejor.

Cuando esperó afuera del aula de Sam esa tarde, Hermione pensó en las palabras correctas que debía usar para preguntar sin desencadenar algo. No había hablado con Sam propiamente desde el incidente en la oficina del Profesor Slughorn, debido a que necesitaba espacio para aclarar sus pensamientos.

Repetía en su mente lo que iba a decirle a Sam: que no creía en los rumores. Que realmente la amaba. Que no le importaba si había hecho esas cosas por ayudar a su hermano. Mientras no volviera a hacerlo. Mientras no le ocultara nada más.

Cuando los estudiantes comenzaron a salir del aula, Hermione esperó nerviosa. Pero a medida que salían más y más estudiantes, la ausencia de Sam se hizo evidente.

Se preguntó si la ojigris no había ido a su clase ese día o si también le había mentido sobre su horario. Sacudió la cabeza. Hermione no debería estar pensando así. No debería dudar de Sam. Debería confiar en ella cuando dijo que fue solo una vez.

Cuando estaba a punto de irse, notó que aún quedaban estudiantes dentro del aula. Dos estudiantes con túnicas de Slytherin, en realidad. Y estaban abrazándose.

El estómago de Hermione se revolvió. Desde su posición podía observar que esas dos personas abrazándose eran Sam y Rose.

Los ojos de la Gryffindor se llenaron de lágrimas de repente. Se mordió los labios para evitar llorar.

Cuanto más las miraba, más le dolía. Segundos pasaban y las chicas no se soltaban de su abrazo. Rose acariciaba cada vez más el cabello de Sam y a esta no parecía molestarle.

Hermione salió corriendo por los pasillos, lejos del aula. Lejos de ellas. Lejos de todos.

Intentó evitar llorar, pero no pudo. Las lágrimas simplemente fluían incontrolablemente por sus mejillas.

Tan pronto como llegó a su dormitorio, Hermione se dejó caer sobre su cama y lloró como una loca. No entendía lo que sentía. Solo sabía que estaba herida, que se sentía traicionada.

Ginny y Parvati intentaron consolarla, sin saber lo que Hermione acababa de ver.

𝑷𝒆𝒓𝒐... 𝑬𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚 || 𝑯𝒆𝒓𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓 (𝒈𝒙𝒈)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora