𝑷𝒆𝒓𝒐... 𝑬𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚 || 𝑯𝒆𝒓𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓 (𝒈𝒙𝒈)

Capítulo 13

Hermione no podía concentrarse mientras leían en la biblioteca una tarde de viernes. No podía evitar sentir mariposas en el estómago cada vez que estaba con Sam o cada vez que sostenía la mano de ella en la suya.

Se suponía que Hermione debía estar revisando su tarea de Encantamientos por tercera vez. Sam estaba leyendo su libro de nuevo, ese libro viejo y maltratado que no tenía título en la portada.

—Sam... —dijo la castaña, mientras miraba fijamente el libro frente a ella. Ahora que ellas eran muy cercanas, podía mirarla o mirar sus cosas sin sentirse culpable.

—¿Mm?

—Me acabo de dar cuenta de que has estado leyendo ese libro desde...

—Oh, ¿este libro? —Sam giró el libro en sus manos, ahora sonriendo— es de mi madre.

—¿Tu madre era escritora? —Hermione no pudo evitar sentir lástima por Sam.

—No —respondió la ojigris de inmediato— no profesionalmente, creo, aunque solía querer escribir su propio libro. Esto es más como su diario, está lleno de muchas cosas asombrosas sobre su trabajo. Mira...

Sam le entregó el libro y Hermione lo trató con mucho cuidado mientras hojeaba las páginas.

—Es muy informativo. Además, tiene secretos increíbles también... Y es todo lo que me queda de ella desde que...

—Lo siento, Sam...

—Oh, no, está bien, ya lo superé.

La Gryffindor se lamió los labios nerviosamente. Luego susurró:

—Sé lo que puede hacerte feliz.

—¿Mm? —Sam miró a Hermione con curiosidad, frunciendo el ceño.

Hermione sacó una caja envuelta en papel morado de su bolso y la deslizó por la mesa hacia Sam.

Cuando abrió la caja frente a ella, se encontró una tarta de melaza entera dentro.

Sam miró a Hermione con ojos felices y asombrados.

—¿Cómo conseguiste...?

—Tengo mis métodos —interrumpió Hermione mientras volvía a su lectura, evitando la mirada de Sam.

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—¿Estás lista para una aventura? —preguntó Sam de repente.

Era sábado por la mañana después del desayuno cuando Hermione decidió pasar un rato en la biblioteca para ponerse al día con la lectura de Runas Antiguas. Pero, en su mayoría, lo hacía porque Sam también estaría allí.

—¿Qué quieres decir? —respondió Hermione. No pudo evitar captar el aroma de Sam recién duchada. Lavanda.

—Bueno... estaba caminando por los terrenos esta mañana después de la práctica de Quidditch, y vi estas... criaturas aladas oscuras... y cuando le pregunté a Draco qué eran, me dijo que no había absolutamente nada frente a nosotras. Que tal vez estaba hambrienta o algo así, y por eso estaba empezando a ver cosas...

—Está bien —dijo Hermione, tragando nerviosamente mientras cerraba su libro— ¿Has comido, Sam?

—No seas tonta, Hermione —dijo la Slytherin riendo— Vamos, sígueme.

Mientras Sam sostenía la cálida mano de Hermione, ella volvió a sentir mariposas en el estómago.

—Espera —protestó la castaña, mientras guardaba sus cosas en el bolso.

Tan pronto como salieron de la biblioteca, Sam volvió a tomar la mano de Hermione, guiándola hacia los terrenos.

"Debe ser raro ver a una Gryffindor por la escuela de la mano con una Slytherin" —pensó Hermione.