𝑷𝒆𝒓𝒐... 𝑬𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚 || 𝑯𝒆𝒓𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓 (𝒈𝒙𝒈)

Capítulo 7

El clima estaba tormentoso el día después del partido entre Slytherin y Gryffindor. La mayoría de los estudiantes se quedaron dentro cuando el viaje a Hogsmeade fue pospuesto debido al mal tiempo.

Sam nunca había estado en Hogsmeade. Ese habría sido su primer viaje. Pero la chica se sintió algo aliviada, ya que todavía estaba adolorida por el juego de ayer.

El Quidditch no era broma. Aunque pudiera parecer más seguro que el Quodpot, seguía siendo igual de desafiante, especialmente cuando todos los jugadores peleaban como si sus vidas dependieran de ello.

Si pudiera ser honesta consigo misma, estaba un poco distraída por una cierta chica de cabello castaño en las gradas ese día.

Decidió unirse a la mesa de Gryffindor durante el desayuno. Debido a la persistente invitación de Harry y Ron la noche anterior, no pudo decir que no. Además, si Hermione también iba a estar allí, ¿Quién era ella para dejar pasar la oportunidad?

Alrededor de la pequeña porción de la mesa que ocupaban, Sam solo pudo reconocer algunas de las caras. Estaba Ron, por supuesto. Harry. La novia de Harry, Ginny. Luna, una Ravenclaw, que pasaba mucho tiempo con ellos. Neville. Y Hermione.

Sam no tuvo la oportunidad de hablar con Hermione después del partido. No podía entender por qué Hermione estaba molesta. Gryffindor ganó el partido ayer por 10 puntos solo porque Harry consiguió atrapar la Snitch Dorada antes que su hermano, Draco.

Sabiendo que solo estaba tentando su suerte, se sentó vacilante junto a Hermione y tomó un plato de tocino. Ron y Harry la saludaron. Luna, Neville y Ginny hicieron lo mismo. Pero Hermione simplemente la ignoró. Y, para ser honesta, Sam podía sentir que algo andaba mal.

—Vaya partido el de ayer, ¿eh, Harry? —comenzó Sam, tratando de animar el ambiente— ustedes estuvieron increíbles. Me divertí mucho.

—Sí, lo fue —respondió Harry alegremente después de tragar un poco de jugo de calabaza— ¡Tú también estuviste genial, Sam! Y eso que no has jugado Quidditch por tanto tiempo.

—Bueno, tú estuviste mejor.

—Oh, vamos, esos movimientos... —intervino Ron— ¿Dónde aprendiste todo eso? Quiero decir... Harry estaba perdido sobre cómo ganar la última ronda. Ginny tuvo que tomar el control.

Harry se rió. Y mientras comenzaban a hablar al azar sobre Quidditch y América, Hermione se levantó abruptamente, lista para irse.

—¿Ya terminaste de desayunar, Hermione? —preguntó Luna, mirando el plato medio vacío de la castaña.

Hermione no respondió. Solo asintió. Ginny tiró de la manga de Hermione para que se quedara, pero Hermione insistió.

—Hermione, oye, es domingo —dijo Sam— y aún es temprano...

—¿Vamos a ignorar el hecho de que lanzaste una Bludger hacia Ginny? —Hermione soltó de repente, con las fosas nasales ensanchadas.

Todos quedaron en silencio. Neville dejó caer su pastel de melaza y miró distraídamente entre Hermione y Sam.

"Así que estaba molesta por eso. Pero cualquiera podría hacer eso. En algún momento del juego, juro que uno de los cazadores de Gryffindor hizo lo mismo. No la veo enojándose con su propio equipo." —pensaba la ojigris.

Sam rompió el silencio, sonriendo a medias.

—Hermione... es... es solo un juego.

Hermione le puso los ojos en blanco y comenzó a meter sus libros en la bolsa.

—¿Verdad que sí?, chicos —dijo Sam, volviéndose hacia Ginny y luego hacia Harry en busca de ayuda.

—Sí, Hermione, honestamente, no es para tanto —añadió Harry— es solo un juego.

—Hermione, es normal que dos equipos rivales se enciendan durante un partido —dijo Ginny— pero no hay rencores. Como dijo Sam, es solo un juego.

Pero Samantha sabía que la castaña no estaba particularmente enfadada por esa razón.

Sam colocó suavemente su mano sobre la de Hermione, solo para asegurarle que, fuera lo que fuera que estaba sintiendo, estaba bien, pero esta última rápidamente apartó su mano, como si el toque la quemara.

—¿Qué? —preguntó Sam, desconcertada. No estaba segura de a adónde quería llegar Hermione.

—¿Por qué estás sentada aquí con nosotras cuando podrías estar sentada allí con ellos? —exclamó Hermione, señalando la mesa de Slytherin. Algunos de los estudiantes de Slytherin escucharon el alboroto. Incluyendo a Draco.

—Pero... pero quiero ser amiga de ustedes... Quiero ser tu amiga... y no de ellos...

—¿En serio? ¿O todo fue solo una farsa? ¿Seguirme a la biblioteca? ¿Tomar Runas Antiguas?

—Hermione, ya basta —le pidió Ginny, agarrándola del hombro para que se detuviera.

Hermione simplemente la apartó.

—Estoy harta de tu hermano y sus bromas enfermizas. Y ciertamente no voy a caer en las tuyas.

Y con eso, comenzó a alejarse. Sam intentó detenerla.

—Hermione, yo...

Dándose la vuelta, Hermione fulminó a Sam con la mirada, como si fuera a explotar en cualquier momento si no la dejaba ir.

—No sé qué bromas estás tratando de hacer con tu hermano y... y sus malvados secuaces... pero te estás metiendo con la persona equivocada, Samantha... deja de seguirme como una marioneta enferma y loca.

Y con eso, Hermione finalmente se fue, dejando a una Sam sin palabras y confundida en su asiento.

"Eso dolió. Y mucho."

Sam sabía que estaba llevando las cosas demasiado lejos. Cualquiera de las dos partes pronto se daría cuenta de que esto no terminaría bien. Evitó mirar la mesa de su propia casa, sabiendo que su hermano tendría esa mirada de "te lo dije".

Pero, por lo que valía, realmente creía que Hermione era diferente. Que podría ver más allá de su pertenencia a Slytherin. De ser una Malfoy.

No podía estar más equivocada.

—Estoy seguro de que se levantó con el pie izquierdo, Sam —Ron rompió el incómodo silencio.

—¡Ron! —Ginny lo hizo callar. Luego apretó el brazo de Sam, sacándola de sus pensamientos.

—Sam, ¿estás bien?

Sam intentó esbozar una sonrisa mientras respondía que estaba bien. Luego volvieron a su conversación y continuaron comiendo su desayuno. Como si nada hubiera pasado.

Pero, en el fondo, la frustración y la tristeza seguían llenando a Samantha.

"Está bien. Todo va a estar bien. Si Hermione no quería ser su amiga, entonces no insistiría".