Capítulo 15

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Me encuentro llorando, en estos momentos ya no siento mis manos, él idiota de Henry no ha regresado, deduzco que ya es tarde, ha cambiado la iluminación de la habitación, mi estomago gruñe de hambre, solo quiero que esto sea solo una maldita pesadilla, en eso la puerta se abre de golpe, es Henry, esta vestido todo de negro, en las manos trae una charola.

-Muñequita, una disculpa por la tardanza, pero el trabajo me mantuvo muy ocupado- me dice mientras se acerca a mi- Solo te desatare una mano, no quiero que se repita lo de hoy en la mañana- se sube a la cama, empieza a desatar los nudos de mis manos, me deja una mano atada, la cuerda la deja larga, pero los nudos siguen iguales.

-Desátame Henry- le digo suplicando.

-Muñequita, no quiero que pase lo de hoy en la mañana- me dice serio, una vez desatada una de mis manos baja de la cama- Te compre tu comida favorita- me dice con una sonrisa, veo que trae el reloj que le regale, entonces lo más seguro es que esa sea la camisa que le compre.

-Gracias- le digo seria.

-¿Solo me dirás eso?- me dice y yo solo asiento con la cabeza- ¿No me dirás que me veo guapo?- niego con la cabeza- ¿No se te hace familiar algo?- me quedo callada- Se que recuerdas muy bien mi regalo, siendo sincero es la primera vez que acepto un regalo, pero me encanto la idea de que mi mujer me haya regalado algo, tienes un excelente gusto mi amor- yo pongo los ojos en blanco- La próxima vez que hagas eso te voy a follar, odio que hagas eso, es la cuarta vez que te paso eso, así que tu decides, por mi lado estaré fascinado- se acerca a mi, toma con fuerza mi cara y me besa bruscamente, luego toma la charola y me la pone en mis piernas.

Él se sienta enfrente de mi, es comida china, me encanta, tomo el tenedor y empiezo a comer los fideos, el sabor tan exquisito invade toda mi boca, tomo un rollito primavera y lo pruebo, siento que estoy en el paraíso, mi felicidad acaba cuando ese idiota habla.

-Veo que te ha gustado la comida- me dice con una sonrisa, mi boca esta llena de comida, solo lo veo seria- Así te vez muy tierna mi amor, eres jodidamente hermosa y lo mejor es que eres solamente mía- se acerca y me da un corto beso en los labios, yo me paso el poco bocado que tengo y hablo.

-Si vuelves hacer eso te juro que te clavo el tenedor en el cuello- le digo amenazante y él se ríe.

-Por eso te estoy dando cubiertos de bebé- se ríe y siendo sincera, él bastardo me los dio, le doy una mirada fulminante- No me mires así mi amor, se que harías lo que fuera para poder alejarte de mi, así que solo estoy previniendo- me regala una sonrisa.

-Idiota-  prosigo a seguir comiendo, tiempo después termine de comer, Henry se llevo la charola. 

Cuando regresa se quita el saco y lo deja en el sillón que se encuentra a lado de la venta, vuelve a girarse y se acerca a la cama, se quita los zapatos y se sube, se acuesta en mis piernas, mis fosas nasales son inundadas por su rico perfume, cuando se acuesta suelta un leve quejido de dolor.

-¿Te puedes quitar por favor?- le digo.

-Muñequita, me duele mi cuerpo, tuve un pequeño percance antes de venir a darte de comer, así que lo único que quiero es descansar junto con mi mujer- me dice mientras acaricia con delicadeza mis piernas.

-Me alegro que te hayan golpeado, te mereces más- le digo seria y el suelta una leve risita.

-Si lo hubieran echo ahorita yo no estaría vivo muñeca-

-¿Lo mataste?- le digo.

-Claramente mi amor, ese bastardo no merecía vivir, el hijo de perra prostituía a niñas pequeñas y aparte me robo mercancía, lo hubiera perdonado por lo último, pero ese hijo de perra no siguió las reglas-

BlueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora