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Capítulo 25

Se ha terminado la fiesta de revelación, me dirijo a la cocina ya que él abuelo y la señora Magda me quieren ver. Cuando llego veo a Henry, esta comiendo pastel de chocolate, la señora Magda y él abuelo lo ven sorprendido, pero no entiendo el por qué.

-¿Me buscaban?- me acerco a ellos.

-Si mi niña, quiero hablar a solas contigo- me dice él abuelo, aun no deja de ver a Henry.

-Abuelo, ¿Todo bien?- le pregunto.

-Estoy algo sorprendido, ese es su tercer plato de pastel- me dice mientras sigue viendo a Henry.

-Eso es demasiado- me acerco a Henry- Henry deja de comer pastel, se te puede subir el azúcar- me acerco a él, iba a tomar el plato pero él lo toma primero.

-No, es mío, si me lo quitas seras una ladrona de pastel- me dice con un leve puchero.

-Si te duele el estómago por comer tanto pastel no te vayas a estar quejando- le digo seria.

-Mi estómago soporta mucho- mete un trozo de pastel a su boca.

-Mejor vayamos a platicar- volteo a ver a los abuelos.

-Vamos mi niña- dice la señora Magda con una sonrisa.

Nos dirigimos al despacho de Henry, una vez que llegamos pase yo primero y después ellos.

-¿Henry sabe que vamos a estar aquí?- los volteo a ver.

-Si, sabía que iba estar de chismoso- dice él abuelo.

Nos sentamos en la sala del despacho.

-¿Cuando se lo dirás?- me dice él abuelo.

-No sé, primero quiero hacerme una prueba de sangre, para estar más segura- ellos asienten.

-Si quieres yo te llevo- me dice la señora Magda.

-Se que lo va a saber cuando cruce la puerta del hospital, así que no tengo problema en que me acompañen- digo.

-Te vigila bien, pero no te preocupes, al hospital que te llevaré me conocen la mayoría de doctores, así que les diré que no le digan nada a Henry- me dice él abuelo.

-¿Usted cree que no digan nada?-

-Mi niña, me tienen respeto, así que no te preocupes, ¿De acuerdo?- asiento con la cabeza.

-Aparte mi niño Henry siempre pierde su lógica cuando se trata de ti, así que le podemos decir que nos quieres acompañar a nuestro chequeos- me dice la señora Magda.

-En eso tienes razón cariño, Henry siempre baja la guardia cuando se trata de ti- dice el abuelo.

Después de una larga platica salimos del despacho de Henry, acompañe a los abuelos a la puerta, una vez que ellos se fueran fui a la cocina por un vaso de agua y aún esta ahí Henry.

-Muñequita, ¿Todo bien?- me dice cuando me ve.

-Si, amm... mañana iré con los abuelos a su consulta médica-

-¿Por qué?- me dice mientras mete una papa frita a su boca.

-A nana le da pena que él abuelo escuche sus cosas de mujer, ya sabes como somos nostras-

-¿Me pasas la Catsup?- asiento y me dirijo en donde esta, la tomo y luego se la doy- Ya sabes que no sales sin mis hombres- asiento.

-¿Tienes mucha hambre verdad?- le digo.

-No aguanto los antojos, ya quiero que nazca mi sobrino, no me imagino como me pondre cuando tu estes esperando un hijo mío- me dice mientras sigue comiendo, yo siento como me ruborizo.