Es muy tarde

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Sasuke jamás creyó que después de su trato, eso saldría tan bien, se había casado principalmente para que su hija tuviera una madre, pero sobre todo, para castigarse. Ahora lo veía, condenarse a no volver amar jamás, por qué ¿Qué persona se enamora de alguien con quién pacta un matrimonio de conveniencia?

Era demasiado pronto para ponerle a aquello que el sentía la palabra amor , pero no lo era para asegurar que deseaba a aquella mujer con todas sus fuerzas, que disfrutaba de su compañía y además fantaseaba con ella a cada rato, teniendo que aliviar a menudo a solas una erección de fácil endurecimiento constante.

_Hinata, es muy tarde ¿Qué haces despierta? - preguntó llevando sus manos al cuerpo de ella, amoldanse a sus curvas.

_Estaba... Esperándote... - le respondió tímidamente con voz suave, pero cargada de un delicioso erotismo que más que escucharlo parecía adentrarse en sus oídos y acariciar su conducto auditivo.

Hinata no desistiría a menos que él la rechazara de manera tejante, pero las manos de Sasuke recorriendo su cuerpo no se comportaban precisamente como si aquello le molestara, más bien la estaban incitando a seguir tocándolo, a seguir reclamando lo que era suyo, él la observó y dudó por un instante, como si estuviera a punto de rehusarse a su cercanía.

Pero ella no se detuvo ni se retractó en su intención, sólo siguió bajando, saboreando, e incluso dejando pequeñas mordidas. Deslizando su lengua por todo el cuerpo masculino de su esposo, que se encargaba de erizarle la piel en una creciente necesidad de disfrutar de lo que su esposo podía darle, de lo que ella deseaba darle a él también.

_No te he visto en estos días - protestó Hinata en apenas un susurro _Es más, no he sido capaz de pegar ojo y no es por qué los niños no me dejen dormir, ambos son unos pequeños angelitos que se despiertan nada más a sus horas de toma de leche y siguen descansando

Explica ella sin dejar de mimar su cuerpo con los labios.

_Es por qué esa cama tan grande me hace sentir sola... Y yo... - a pesar de estar en la parte más baja de su abdomen levantó la vista y lo miró a los ojos _Yo ya me he acostumbrado a ti.

Las manos de Hinata ya habían descubierto la erección de Sasuke. Encontrandola no sólo humeda de la punta, sino también podía notar lo gruesa y dura que estaba palpitante entre sus manos. Su olor era delicioso, Hinata quién nunca creyó desear jamás hacerle una felación a un hombre, se encontró queriendo darle placer con su boca y así lo hizo. Con la punta de su lengua saboreó la pequeña perla que coronaba el glande de Sasuke.  Antes de llevar su boca a tomar esa dureza que no hacía más que tentarla.

Los músculos de Sasuke se tensaron en el instante en n el que sintió el calor húmedo de la lengua de Hinata deslizarse por su erección. Maldición, como había deseado sentirla del modo que fuera, cada mañana, cada noche, cada día, durante su trabajo y en sus tiempos libres, no importando lo ocupado que estuviera desde aquel día. Pues tenía en la mente a esa mujer todo el maldito día.

_Hinata... - está vez su voz sonó grave y ronca a causa de la excitación que ella era capaz de provocar con su simple presencia.

Ella alzó la mirada sólo para deleitarse con la expresión de su rostro, y con la forma en que la veía. Era una mirada cargada de deseo, y la cuál hizo que ella fuera todavía aún más atrevida.

Abriendo un poco más su boca para tomarlo aún más profundo en su garganta, notando que no podía llevárselo por completo a su boca apenas un poco más de la mitad y no era para menos, Sasuke estaba muy bien dotado.

Sasuke llevó sus manos al cabello de su esposa retirándoselo de su rostro, quería comprobar de primera mano cómo se hundía su miembro en la boca de ella, cómo sus labios se inchaban levemente al deslizarse hambrientos por toda la envergadura de si miembro, como esa boca que no podía  dejar de desear ni un solo instante, lo acogía y lo recibía adaptándose a cómo podía a su tamaño, con la única intención de darle placer.

Se arqueó visiblemente en el instante en el que sintió los labios de ella en toda su extensión arrancándole un gemido gutural, ¡Maldición, que hermosa visión! Tuvo que controlarse para no correrse en ese instante y quedar como un adolescente precoz la primera vez que su esposa lo tocaba.

_Mmm, así Hime, tu boca se siente bien... - aseguró inclinándose hacía ella solo para estirar el brazo y acariciar la piel de Hinata mientras descendía hasta llegar justo en medio de sus piernas, notando la humedad y excitación qué podía palpar ahí.

Ella subió y bajó por roda su extensión, ayudada de su mano, dándole placer a su esposo, acariciando también con su mano aquella erección que le era imposible cubrir con su boca por completo.in la sensación de ahogarse al sentirlo penetrarle la garganta.

Hinata era consiente que tal vez no podría dormir bien esa noche, ya que a la mañana siguiente partían a visitar a los padres de Sasuke, quizá llegaría con ojeras cuándo llegara a conocer a sus suegros, pero no importaba,además el maquillaje hacía milagros, en ese momento lo único que prevalecía era ese momento en que lograba arrancarle a su esposo gemidos de placer que no hacían más que humedecer sus bragas, las cuáles fueron echadas aún lado cuando él llegó con sus dedos a acariciar esa parte de su cuerpo.

Fue incapaz de contener el gemido que esos dedos provocaron al acariciar su intimidad, hizo que quedara acallado en su boca, lo.que estimuló más el miembro de Sasuke cuando ese suave sonido hizo eco en su miembro provocando una placentera vibración. Hinata se dió cuenta y no dudó en hacer que ese placer se incrementara, adoraba ver la expresión de su esposo disfrutando y saber qué era por ella, la hacía sentir feliz.

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⏰ Última actualización: Aug 26 ⏰

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