"Ray, estas perdiendo tus facultades" me había repetido mil veces tras ese día que todavía no había terminado, pero llevaba la mañana pensando en esa chica del pasillo.
Faltaba menos de una hora para poder tener nuestro pequeño, diminuto y enano descanso de media hora. Ansiaba que llegase para poder acercarme y, solamente, observar a la chica que no había logrado quitarme de la cabeza durante todo el día que llevaba transcurrido.
Sabía que iba en camino a que aquella chica morena con una larga y ondulada melena me empezara a gustar y no podía permitírmelo. Desde el penúltimo curso de la escuela primária, no había dejado que nadie entrara en mi corazón. Aquella niñita con trencitas sólo hizo que soltar palabras que despreciaban aquel niño que no tenia nada que ver con el que era en el instituto, tanto físicamente como psíquicamente. Grace Wilson, la persona que hizo que cambiase mi forma de ser, de pensar y de actuar, y en el fondo se lo agradezco. Me dio confianza en mi mismo y no pensar en como me miraba la gente cuando pasaba por la calle, a que no me afectase las palabras insultantes hacia mi.
—¡Raymond! ¿Puedes hacer el favor de prestar el mínimo interes por la clase de literatura? ¡Te toca decir el tema de este fragmento de la novela!
—El amor.
Sinceramente, ni lo había leído si quiera, pero no hacia falta pues esa peofesora estaba amargada porque su marido la dejó por una compañera de trabajo, aunque de eso pasó hace unos diez años. Se rumorea que vive con cinco gatos en un apartamento de alquiler que podría pasar por un desguace.
—Muy bien, eso ya lo sabíamos. El subtema, por favor.
—No lo sé.
Me encogi de hombros a la vez que cogía un bolígrafo para hacerlo soñar contra la mesa. Sonó un suspiro proveniente de la maestra, se podía dar a entender que estaba harta de mi y de mi comportamiento pero no podía evitar ser así aunque tampoco quería hacerlo. Me daba vida ver como mis compañeros se sentían humillados por mí. Tal vez suene egoísta pero el karma siempre aparece, tarde o temprano y esta vez se quedaría para mucho tiempo en mi.
—¿Puedo ir al baño?
—Sí...—su tono de voz daba a entender la esperanza perdida en mi.
Me levanté de un vuelco y me dirigí hacia la puerta con el paso rápido. Sólo quería salir de la jaula de adolescentes hormonados hasta las trancas. Fui recorriendo los largos y anchos pasillos del instituto haciendo el camino mas largo hasta consergería donde tenía que coger la llave del baño. Pero antes de llegar, la vi. La vi a fuera en el suelo, agazapada, encogiendo las piernas con la frente apoyada en las rodillas. Se cogía la cabeza dejando su pelo enredado entre sus manos. Su cuerpo estaba convulsionando por lo que supuse que estaba llorando. Y mucho. Empezó a gritar, como si le estuviese gritando a alguien. A alguien que yo no conseguía ver desde ese punto. Su voz contenía rabia pero a pesar de eso, era melódica y firme. Llevaba el maquillaje negro corrido por las mejillas. Cuando me di cuenta estaba delante de ella a su altura. Ella me miró. Sus ojos estaban vidriosos y había más parte de color negro en su cara que su color natural.
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Run away
Teen Fiction"Ambos eran el error en persona. Ambos intentaron huir del mundo. Ambos se unieron por necesidad" Diann, una chica fría y distante que ha sufrido muchos cambios durante el ultimo año y piensa que todo es culpa suya, puede que tenga razón y que una...