Inmediatamente entré y sin preguntar en recepción, subí hasta la cuarta planta corriendo. Allí se encontraban todos los niños de ese hospital, la planta más deprimente del hospital. Ver niños tan pequeños conectados a máquinas, sin pelo o estirados en las camas sin poder moverse me dolía y me hacía pensar que dentro de lo que cabe no debería actuar de esa manera, pero luego recordaba porqué me encontraba allí y la causa.
Llegué a la habitación donde he pasado gran parte de mi tiempo en la ciudad. Los pitidos de las máquinas ya eran casi tan familiares como la persona que descansaba en la cama. Me senté en el filo de la butaca y con delicadeza cogí la mano del chico que reposaba encima de su delgado abdomen. Acaricié infinitas veces su mano dejando que mis lágrimas salieran de su escondite. El único lugar donde me permitía a mí misma llorar sin tener la preocupación de sentirme débil. Él era el único que podía verme derramar lágrimas sin fin, a pesar que no podía verme. Había hecho eso tantas veces que era algo más en mi rutina diaria.
—Te quiero —susurré apoyada en su pecho dejándolo mojado.
Estuve horas en la misma posición como si el tiempo no pasara por aquella triste habitación. Pero de repente la puerta se abrió y entró un joven médico. Era el doctor Lee, un chico moreno y apuesto.
—Hola Diann, hacía tiempo que no te veía por aquí. ¿Cómo estás? —Me incorporé enseguida limpiándome las lágrimas con la manga y le miré.
—Bien, he estado algo ocupada. ¿Cómo está?—el doctor mismo sabía que no preguntaba por su salud, sino por la del chico tendido en la cama como si estuviese muerto. Se quedó callado durante unos segundos mirando el cuerpo del chico. Suspiró dejando caer los hombros. Ese silencio delataba que nada andaba bien con Charlie—. Por favor, ¿Qué es lo que pasa?
—No creo que sea conveniente decírtelo a ti. Deberíamos de llamar a tu madre para hablar de ello. Al fin y al cabo es quien tiene la tutela y es vuestra madre.
—Por favor —susurré en un suplicio al doctor mirando a sus ojos. Dejé caer mis lágrimas temiéndome lo peor que podía pasar—. Por favor —sollocé suplicando otra vez mientras me cubría el rostro con las manos para ocultarme.
El doctor se sentó en la punta de la cama dónde se encontraba mi hermano tumbado y me cubrió la espalda con su gruesa mano con total delicadeza.
—Le hemos realizado las pruebas ordinarias, como hacemos hecho hasta ahora, y hemos detectado que no reacciona a ciertos estímulos, como a la luz por ejemplo. Cada vez tenemos menos esperanzas de que despierte, menos de un veinte por ciento de posibilidades, siendo exactos. Hemos hecho todo lo que hemos podido pero se nos ha hecho imposible. Sé que no debería decírtelo pero llevamos un año y medio luchando por él y tú... sobre todo tú... Has sacado energía de debajo de las piedras, la energía que ha Charlie le falta la tienes tú y te sobra. Lo siento mucho, Diann. De verdad que lo siento. —Su voz iba siendo más débil, evitando decir la horrible noticia—. Esperaremos unos días para observar la evolución. Para ese entonces, tu madre ya lo sabrá.
—Por favor, no se lo digan a ella. Quiero hacerlo yo. Por favor. Haré que llame después de decírselo.
—De acuerdo. Es duro decirte esto ahora pero... necesitamos saber si vuestra familia estaría dispuesta a desenchufar a Charlie de las máquinas. Podría seguir viviendo durante horas o días, eso es imposible saberlo. Y si podría ser donado su cuerpo a la ciencia o la donación de órganos. Por favor, tomaros en calma la decisión.
Dejé de escuchar lo que decía. Lloré desconsoladamente apoyada en el débil cuerpo de Charlie notando la mirada triste del doctor en mí. El pecho de mi hermano subía y bajaba débilmente y por eso supe que él quería seguir luchando para salir del coma pero su cuerpo no se lo permitía. Estuve así durante unos minutos sin hacer nada más que llorar y lamentar todo lo ocurrido. El doctor Lee se puso en pie.
—Te dejo a solas, lo siento mucho. Si necesitas cualquier cosa, búscame o pregunta por mí.
Salió de la habitación silenciosamente dejándome sola con el cuerpo casi sin vida de mi hermano mayor tendido en la cama. Seguí llorando hasta que perdí la noción del tiempo y me quedé dormida.
Al despertarme con la cara empapada de lágrimas, miré por la ventana. El cielo estaba completamente negro y las aceras estaban mojadas. Llovía a cántaros, tan intenso como aquel fatídico día que arruinó mi vida por completo.
------------------------------------
¡Hola!
Siento mucho no actualizar tan seguido, pero no tengo tiempo ni para respirar. No sé si os habéis dado cuenta que he eliminado mis otras historias. No las he eliminado si no que están en borradores. Cuando pueda, que seguramente será en verano, las editaré e iré subiendo los capítulos desde el principio. Cambiaré muchas cosas para que me cuadren mejor las historias y las tramas.
Aquí tenéis un capítulo más y bastante especial para entender el porqué del comportamiento de la misteriosa Diann. ¿Que creéis que les pasó a ambos hermanos?
Comentad lo que os ha parecido y votad si os ha gustado.
¡Nos leemos!
![](https://img.wattpad.com/cover/31427715-288-k591580.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Run away
Novela Juvenil"Ambos eran el error en persona. Ambos intentaron huir del mundo. Ambos se unieron por necesidad" Diann, una chica fría y distante que ha sufrido muchos cambios durante el ultimo año y piensa que todo es culpa suya, puede que tenga razón y que una...