Toma 19: No llores mas

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Estaba en mi casa ordenando algunos cuadernos y papeles cuando sonó mi celular. Lo saqué del bolsillo y vi que era Lucy, mi mejor amiga. Sonreí, ya sabiendo que la conversación sería entretenida. Deslicé el dedo para contestar.

—¡Hola, Lu! —saludé alegremente mientras colocaba los cuadernos en una pila ordenada.

—¡Boluda no lo puedo creer! —gritó Lucy al otro lado de la línea, llena de emoción—. ¿De verdad me estás invitando al show de Airbag y al after? No conseguía entradas porque se agotó todo en media hora y no te quería joder pidiéndote nada.

Reí ante su entusiasmo. Podía imaginarla saltando de la emoción en su habitación.

—No boluda menos mal que no compraste nada —respondí, tratando de mantener la calma mientras organizaba algunas hojas sueltas—. Pensé que sería una buena sorpresa. Además, siempre me decís que querés ir a un concierto de ellos. Así que es el día.

—¡Ay no estoy muy emocionada! —gritó de nuevo, su voz llena de alegría—. Y no solo eso, ¡también al after! ¿Que carajo me voy a poner?

—¡Si! —respondí riendo—. Pero quiero que sepas que esto no es solo para ver a los chicos tocar, ¿eh? Vas a tener la full experience

—¿Olvidate! —dijo Lucy, riéndose—. La tengo que romper con mi outfit

—Bueno, no te pongas tan nerviosa —dije, riendo mientras pasaba a ordenar algunos cuadernos viejos—. Pensá en algo cómodo. Acordate que vamos a estar de pie durante el concierto y después en el after. No quiero que te duelan los pies toda la noche.

—Sí, tenés razón. Pero igual, tengo que estar a la altura, ¿viste? Capaz me ponga ese vestido negro que tengo guardado.

—¡Ese está perfecto! —asentí mientras me agachaba para recoger algunos papeles que se habían caído—. Te va a quedar espectacular.

Lucy soltó una carcajada.

—¡Ay, Lu! Estoy tan emocionada. No puedo creer que voy a estar ahí, en primera fila, viendo a Airbag en vivo. ¡Y después al after con vos!

Sonreí, contenta de poder compartir esta experiencia con ella.

—En realidad vamos a estar en la carpa VIP que arman al costado del escenario porque no hay forma de mezclarse con la gente.

—DIOS! es un montón—respondió con un tono más suave, lleno de gratitud.

—Tranqui. Sé lo mucho que querías esto y me hace feliz poder hacerlo.

Lucy suspiró al otro lado de la línea, su entusiasmo todavía palpable.

—Bueno, te dejo para que sigas con tus cosas. Tipo 4:30 voy para tu casa.

—¡Dale bebi, te espero! —le respondí con una sonrisa.

Colgamos la llamada y no pude evitar sentirme emocionada por la noche que se avecinaba. Sabía que tener a Lucy allí haría la experiencia aún más especial.

Después de revolver todo mi placard, lanzando prendas a diestro y siniestro, sentí la frustración crecer dentro de mí. Nada me convencía. Me probaba un look tras otro frente al espejo, y ninguno parecía adecuado para el show y el after. Justo cuando estaba a punto de darme por vencida, escuché el timbre de la puerta. Era Lucy.

Abrí la puerta, y ahí estaba ella, con una sonrisa de oreja a oreja y un bolso grande colgado de su hombro.

—¡Hola, amiga! —dijo, entrando con entusiasmo—. Traje todo mi arsenal.

—¡Menos mal que viniste! —le respondí, aliviada—. Estoy a punto de volverme loca.

Lucy dejó su bolso en el suelo y lo abrió, sacando varias prendas: vestidos, faldas, jeans, tops de diferentes estilos, y hasta un par de chaquetas de cuero.

La mejor parte de tener el corazón roto (Guido Sardelli)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora