19. Kurogami

63 11 156
                                        

—Dime, niño, ¿te gustaría tener otra oportunidad para vivir? —dijo la dulce voz de aquella desconocida.

Su expresión serena y sonrisa pícara parecían algo realmente encantador, sin embargo, eran sus pupilas lo que más llamaban su atención, pues esas gemas amarillas eran decoradas por pequeñas cruces.

Se distrajo al recordar todo lo que había pasado unas horas antes, y exaltado se llevó la mano al cuello. Podía sentir la herida cálida y la sangre brotando, pero aun así, no había dolor ni tampoco estaba agonizando. Pudo entender que esa persona frente a él tenía algo que ver.

No estaba seguro de qué estaba pasando y fácilmente podría haber entrado en pánico... sin embargo, en su lugar vio una oportunidad que no había considerado en su desesperación. Una oportunidad para no dejar que todas las vidas perdidas fueran en vano.

—Sí... —respondió él, en un hilo de voz—. Sí... quiero vivir.

Sus palabras salieron con una naturalidad inusual. El niño estaba tan inmerso en la imagen de aquella mujer, que no pudo caer en cuenta de que, pese a haber lastimado su garganta, era capaz de hablar casi sin problemas.

— ¡Perfecto! —exclamó ella, juntando sus manos y poniéndose de pie—. Has herido gravemente tu cuerpo y de no ser porque intervine, estarías agonizando de dolor hasta morir. Ahora voy a intentar asimilar mi esencia en tu cuerpo. En palabras simples tomaré tu cuerpo como un recipiente, y tranquilo, no sentirás dolor ni nada extraño... aunque puede que notes cambios que se irán haciendo más evidentes con el tiempo.

— ¿Qué?

—Tranquilo, no te convertirás en un monstruo, quiero decir, mírame; ¿crees que una figura como la mía podría hacer eso? —ella rio con su propio comentario—. Aunque... sólo notarás ciertas diferencias, ya sabes, quizá tu afinidad con la magia aumente o sanes heridas más rápido, nada grave. Eso te beneficiaría, ¿no?

—Dices que mi cuerpo... ¿cambiará? —preguntó él, sin entender del todo.

—Solo cambios ligeros que irán adaptando cada vez más tu cuerpo para prepararlo.

— ¿Prepararlo? ¿Para qué?

Ella acercó su rostro drásticamente al de él. Una sonrisa algo más siniestra se extendió de oreja a oreja, provocando un escalofrío en el niño.

—Mis hermanos y yo estamos en medio de una misión muy importante, pero para llevarla a cabo necesitamos cuerpos fuertes para contenernos. Eso es todo lo que necesitas saber, pequeño.

— ¿Eres... alguna clase de espíritu?

— ¡Casi, pero no! —respondió ella, alejándose levemente—. Sólo soy una pobre damisela que necesita la ayuda de un noble joven. Estoy segura que un caballero como tú no dejaría a una bella muchacha desamparada, ¿no? Estoy siendo del todo honesta para que me brindes tu ayuda, ya que tú eres el único capaz para contenerme.

Volviendo a su dulce sonrisa, ella se puso de pie, extendiendo su mano derecha para que él la tomara.

— ¿Qué dices, pequeño? Te daré una segunda oportunidad para vivir, solo si tú me entregas tu cuerpo y alma cuando el momento llegue.

—Y el momento... ¿Cuándo llegará?

— ¿Quién sabe? —musitó ella—. Podría ser mañana o podría ser en diez años, no depende de mí. Durante ese tiempo podrás hacer lo que quieras, pero sólo con la condición de que cuando el día del llamamiento venga, tú entregarás tu vida.

— ¿Moriré?

—Algo así, no es tan simple pero, ¿realmente importa? Después de todo, hay algo que quieres hacer. Si lo logras con la segunda oportunidad que te ofrezco no importa lo que suceda después, ¿cierto?

Kurogami Vol# 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora