El Dios del Internet

Capítulo 17:Visita de un Archimago

El día anterior, 20 personas más se habían matriculado en la escuela del Padre Robert, elevando el número total de alumnos a 120 y obligándolo a dividir las clases en dos clases de 60, que era la capacidad máxima de la iglesia. 

¡Todos los estudiantes se sentaron en los bancos con un libro de texto de Internet abierto frente a ellos mientras el Padre Robert intentaba explicarlo de la manera más entretenida posible!

Cuando se perdía en la explicación, Amber lo ayudaba, por lo que la dinámica entre ambos era muy buena para ayudar a estos plebeyos analfabetos.

Aunque la gran mayoría de los estudiantes eran plebeyos 100% analfabetos, todavía había algunos que sabían leer muy mal y que también vinieron a aprender, y finalmente, estaba esa mujer extraña que se sentó en la última fila e hizo que todos los plebeyos la ignoraran. 

Cuando vi la forma en que actuaba esa mujer y como nadie se daba cuenta de lo rara que era, me llamó la atención.

Por su ropa morada, ya podía adivinar que ella era de algún tipo de linaje noble, ya que la pintura morada era extremadamente difícil de hacer, haciéndola lo suficientemente cara como para que ningún plebeyo pudiera darse el lujo de comprar o usar algo así.

Considerando los estereotipos que tenía de mi viejo mundo, su atuendo me recordaba mucho a las capas de magos de los juegos de rol que jugaba, y por su color, no era imposible deducir que ella era una maga de alto rango. .

Cuando la analicé más de cerca, pude sentir una gran cantidad de poder mágico dentro de ella, lo que me hizo sentir aún más curiosidad sobre su identidad.

Pero no tenía intención de hacer nada.

Ella simplemente estaba escuchando en silencio la conferencia como la otra gente común y corriente.

Aunque no me rezó para que mirara el libro de texto, sí miró con interés el libro del estudiante a su lado, lo cual no fue motivo para ahuyentarla de la clase, así que simplemente miré.

Contando a Robert y Amber, había 62 libros de Internet abiertos al mismo tiempo en la iglesia, lo que me dio un canal poderoso para observar lo que estaba sucediendo en la Iglesia.

Robert miró a la gente que lo rodeaba y explicó sobre las cartas. "Vayamos a la letra C". Dijo mientras señalaba la letra C en el libro que tenía en la mano, lo que provocó que los libros de los estudiantes también mostraran la letra C grande. "Esta es C. Haz el sonido conmigo: 'Ce'".

Al oír esto, los alumnos lo repitieron con él, tal como lo habían hecho con las dos letras anteriores, A y B. "Ce".

Al escucharlos repetir la carta, Robert tenía una gran sonrisa de orgullo en su rostro, porque todos estaban realmente dedicados y querían aprender, aunque algunos tenían más dificultades que otros. "Bien hecho. Ahora mira esta foto". Dijo mientras señalaba el libro que mostraba una imagen de un castillo. "Esto es un castillo. Castillo comienza con C. Todo el mundo dice 'Castillo'". 

Al ver que esta letra servía para escribir la palabra castillo, algunos alumnos se sorprendieron y repitieron lo que les pedía.

Con la ayuda del libro que muestra la letra y las imágenes que representan cosas, les resultó mucho más fácil aprender el significado de las letras.

A diferencia de los niños que iban a la escuela en mi viejo mundo porque estaban obligados a hacerlo, sin mucho interés en aprender cosas, los adultos sabían que lo hacían por su propio bien, por lo que su interés en aprender era mucho mayor.

Aunque sus recuerdos no eran tan buenos como los de los niños, su dedicación lo compensó.

Con los ejercicios de los libros para que practicaran inmediatamente después de aprender una letra, su velocidad de aprendizaje fue aún más rápida.