"¿Solo un sueño Kacchan?" cap. XI

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Bakugo se quedó sorprendido, sus ojos ampliándose mientras escuchaba la respuesta de Deku, aunque apenas había sido un murmullo. La voz de Deku, aunque dormida, estaba cargada de una calidez y familiaridad que tocó profundamente a Bakugo.

Deku, todavía en el tercer sueño, giró la cabeza ligeramente hacia Bakugo, como si buscara reafirmar el contacto.

- Gracias por estar aquí… siempre, agregó en un susurro casi imperceptible.

Bakugo, conmovido por la respuesta de Deku, dejó escapar un suspiro tembloroso. El corazón le latía con una mezcla de alivio y felicidad. Aunque la oscuridad del laberinto envolvía todo, el vínculo entre ellos parecía más fuerte y más claro que nunca. En ese momento, Bakugo se permitió relajarse y abrazar la sensación de conexión, sintiendo que, incluso en el silencio y la oscuridad, sus sentimientos habían sido comprendidos y correspondidos.

Mientras Deku despertaba lentamente, estirándose y frotándose los ojos, la penumbra del laberinto seguía envolviéndolos. Al mirar a Bakugo, vio la cercanía y una expresión de preocupación en su rostro.

- ¿Kacchan? -preguntó Deku con voz somnolienta, -tuve un sueño raro. Soñé que me decías cosas muy importantes… Decías que te daba fortaleza y que había cosas que solo podías decirme en sueños. Pero… no sé si eso fue real o solo mi imaginación.

Bakugo, sintiendo una oleada de nervios y queriendo proteger el espacio emocional que había compartido, se enderezó un poco, buscando mantener la situación bajo control. Con una sonrisa forzada y un tono que intentó sonar natural, dijo:

- No, Deku. Eso debió ser solo un sueño. No dijiste nada que no fuera parte de tu imaginación. A veces los sueños pueden ser muy realistas, pero eso no significa que lo que ocurrió sea verdad.

Deku lo miró con cierta duda, aún un poco desorientado.

- ¿Estás seguro? Porque parecía tan… real.

Bakugo asintió con firmeza.

- Sí, seguro. A veces nuestros sueños pueden parecer más importantes de lo que realmente son. Pero lo que importa es que estamos aquí, ¿verdad?”

Deku asintió lentamente, su expresión aún algo incierta pero tratándole de dar sentido a las palabras de Bakugo.

- Sí, claro. Gracias por aclararlo, Kacchan.

Bakugo sintió un alivio mezclado con un peso en el pecho. Aunque había mentido para proteger sus sentimientos, no podía negar la profundidad de lo que había compartido en la oscuridad. Mientras Deku seguía procesando, Bakugo se permitió respirar hondo, esperando que, a pesar de todo, su amigo pudiera encontrar consuelo en la realidad que compartían juntos.

Deku, todavía confundido, sacudió la cabeza, como si intentara despejar la niebla de su sueño. Sin embargo, el peso de la incertidumbre no se disipaba del todo. Aun así, decidió confiar en las palabras de Bakugo. Se levantó despacio, extendiendo sus brazos para desperezarse, mientras sus pensamientos revoloteaban entre lo que recordaba del sueño y la realidad que lo rodeaba.

Bakugo, por su parte, observaba atentamente cada uno de los movimientos de Deku. Una parte de él se preguntaba si había tomado la decisión correcta al desestimar el sueño como una simple fantasía. Pero, por otro lado, sabía que no estaba listo para enfrentar lo que podría significar admitir la verdad, tanto para Deku como para él mismo.

- Deberíamos seguir adelante, este laberinto mp se va a resolver solo.- dijo Bakugo finalmente, rompiendo el incómodo silencio que se había instalado entre ellos. 

- Tienes razón, Kacchan. No podemos quedarnos aquí más tiempo.

Ambos comenzaron a caminar, lado a lado, mientras la oscuridad del laberinto se hacía más densa con cada paso. La tensión entre ellos, aunque sutil, era palpable. Deku no dejaba de pensar en lo que había sentido durante su sueño, mientras Bakugo luchaba por mantener su fachada firme, incluso cuando su mente volvía una y otra vez a las palabras que Deku había pronunciado en su somnolencia.

Cada recodo del laberinto parecía una réplica del anterior, y la monotonía del entorno contribuía a que los pensamientos de ambos jóvenes se volvieran cada vez más introspectivos. Aunque ninguno lo expresaba en voz alta, ambos se sentían atrapados, no solo por los muros a su alrededor, sino también por las barreras invisibles que habían construido entre ellos.

Finalmente, Deku rompió el silencio, su voz suave pero llena de resolución.

- Kacchan… No sé exactamente qué pasó antes, pero quiero que sepas que… siempre estaré aquí para ti, sin importar lo que pase. No sé si lo que soñé fue real o no, pero lo que siento es lo mismo, despierto o dormido.

Bakugo detuvo su andar, sintiendo que el nudo en su pecho se apretaba aún más. Su primera reacción fue soltar alguna respuesta sarcástica, algún comentario que pudiera desviar el tema. Pero al mirar a Deku, vio la sinceridad en sus ojos, y por un instante, el deseo de ser honesto con su amigo se sobrepuso a su miedo.

-Deku…- comenzó, pero las palabras se le atoraron en la garganta. El eco de sus sentimientos se sintió más fuerte que nunca, pero las cadenas del orgullo y la inseguridad lo mantenían en silencio. Finalmente, sacudió la cabeza, incapaz de seguir adelante. - Vamos. Tenemos que salir de aquí.

Deku notó el conflicto interno en Bakugo, pero no quiso presionarlo más. Sabía que para Bakugo, bajar la guardia no era fácil, y que la amistad que compartían, a pesar de todo, era lo suficientemente fuerte como para superar estos momentos incómodos.

Un Laberinto De SentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora