The omega sorcerer [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]

22

El silencio que sigue está lleno de comprensión, miedo y un nuevo respeto por el ser que tiene delante. En ese momento, ambos comprenden que el destino de todos los universos podría depender de la magia del caos.

—Cada universo es como un hilo en una vasta telaraña que yo he tejido y que yo vigilo. —Se acercó al alfa. —Sé lo que ocurre en cada rincón de cada uno de ellos, he visto los comienzos y los finales, las vidas que nacen y las que se extinguen.

Yoongi retrocede un paso, abrumado por la magnitud de lo que escucha, es como si el suelo bajo sus pies se desmoronara, dejando solo un vacío insondable, pero el omega continúa, su voz adquiriendo un tono casi melancólico.

—En otros universos, mi poder es solo una leyenda, un mito contado para asustar o inspirar a los que buscan algo más allá de lo que conocen. —movió su mano dejando ver magia oscura. —En algunos lugares, soy un dios; en otros, un demonio, pero en todos, mi magia del caos es un cuento de fantasía, algo que nunca ha sido real... hasta ahora.

El silencio que sigue es denso, casi tangible, como si el tiempo mismo se hubiera detenido en respeto a las palabras pronunciadas. El alfa siente una mezcla de temor y reverencia hacia el ser que tiene delante, comprendiendo que está ante una fuerza que trasciende la realidad misma.

—¿Entonces qué hacemos ahora? —murmura, su voz apenas un susurro, como si temiera que cualquier sonido más fuerte pudiera romper el frágil equilibrio que los rodea.

El omega lo mira con una expresión que mezcla compasión y resolución.

—Ahora, debemos proteger esta magia, a cualquier costo. —suspiro. —pero también debemos corregir lo roto.

—¿Qué hay de esas brujas? —le pregunto.

—De igual forma protegerlo, porque si cae en manos equivocadas, el caos no solo destruirá este universo, sino todos los que existen y los que aún están por nacer. —le acaricio la mejilla.

—Entonces como tu alfa te protegeré. —lo vio.

El viento sopla suavemente a través de los árboles, llevando consigo las últimas palabras del alfa, como un susurro que se pierde en la inmensidad del bosque. El omega asiente, sintiendo en su interior que el destino de todo lo conocido y desconocido pende de un hilo y ese hilo es la magia del caos, tan frágil y poderosa como el universo mismo.

—Yo también voy a protegerte. —susurro. —alfa.