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Jimin caminó despacio hasta llegar a la enorme biblioteca y entró despacio y vio todo el lugar de manera calmada. Acarició los libros hasta que sintió otra presencia él no se movió, cuando iba a sentir que iba a ser atacado se giró rápidamente desviando el ataque.

Su vista se posó en otro chico idéntico a él, pero no… esto era imposible ese no era al que había encerrado en aquel espejo.

—¿Quién eres tú? —pregunto serio.

—Tan rápido olvidaste quien soy. —le dijo serio el otro chico.

Jimin entrecerró los ojos, su respiración se volvió más pesada. No podía ser él. Había asegurado que no saliera del espejo, había sellado cada rincón, cada grieta. Sin embargo, este chico frente a él no solo se veía como él, sino que irradiaba una sensación de poder oscuro, un aura que nunca había sentido tan cerca.

—Eso es imposible… —murmuró Jimin, manteniendo su postura defensiva.

—¿Imposible? —El otro chico soltó una risa amarga, avanzando lentamente hacia él. —tú me robaste a Yoongi y ahora te haces el tonto.

Jimin retrocedió un paso, sus dedos temblando levemente. Ya había encontrado el error, si ese debía de ser, el otro Jimin de aspecto oscuro miraba al otro chico que no se movía.

—Cuando te mate Yoongi volverá a ser mío. —sonrió con maldad el chico.

Cuando iba a lanzar un hechizo la puerta se abrió dejando ver al pálido el cual encerró al chico con aura oscura en una flor que se volvió cristal. Rápidamente, se acercó al chico el cual estaba ido en sus pensamientos.

—¿No te lastimó? —le preguntó.

—Fuiste tú. —murmuró.

—Jimin. —lo vio. —¿Qué estás diciendo?

—¿Cuál es el nombre real de él? —señaló la flor.

—Se llama como tú. —hablo. —pero no le gustaba su nombre así que se bautizó como Agust.

Jimin cerró los ojos y asintió, él solo se fue de ahí sin decir nada, busco el espejo y al encontrarlo con su magia sacó al chico el cual cayó en sus brazos inconscientes.

—¿Dos chicos exactamente iguales y con el mismo nombre? —se preguntó.

Él movió su mano y el chico abrió los ojos al ver al otro idéntico a él y se alejó rápidamente.

—No te haré daño. —le dijo.

—No confío en ti Agust. —lo vio serio.

—No soy Agust. —hablo. —él acaba de ser atrapado por Yoongi.

—¿Por qué habría de creerte? —le dijo.

—De ser Agust ya te hubiera matado. —lo vio.

The omega sorcerer [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora