The omega sorcerer [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]

27

Una luz alumbró el lugar y el pálido vio como el omega entraba de este, su rostro parecía algo cansado por lo cual al ver al alfa se desplomó en sus brazos.

—Jimin. —lo llamó.

—Encontré el problema. —hablo.

—¿En serio? —le dijo con una sonrisa.

—Tú fuiste el culpable. —abrió los ojos. —bueno él del mundo al que fui.

—¿Qué hice? Bueno ¿Qué hizo? —lo vio.

—Tiene dos Jimin lo cual es antinatural. —hablo. —deja a un mundo sin mí lo cual hace que colapse.

—¿Qué harás? —preguntó.

—Debo regresar a Jimin a su mundo. —respondió.

—¿Cuánto tiempo queda? —preguntó el alfa, preocupado, mientras mantenía a Jimin firme en sus brazos.

—No lo sé con certeza. —respondió el omega, su voz quebrada por el cansancio. —El tiempo en ese mundo es… inestable y cada día que me tardo podría empeorar la situación en los demás universos.

El alfa lo observó en silencio por un segundo, procesando la gravedad de la situación.

—¿Y qué pasará con… el otro Jimin? —inquirió, sintiendo que la respuesta no le agradaría.

Jimin cerró los ojos por un momento, respirando profundamente antes de responder.

—Ese Jimin… no tiene lugar en ese mundo. —su voz sonaba firme, pero había una tristeza profunda detrás de cada palabra. —No debería haber existido allí, por lo cual debe de volver donde pertenece.

—Debe ser difícil para ti… verte a ti mismo, pero sabiendo que no puedes salvarlo. —el alfa apretó un poco más los brazos en torno a Jimin, tratando de ofrecerle consuelo.

Jimin asintió levemente, aunque evitaba encontrarse con su mirada.

—Lo es… Pero es lo correcto. —susurró. —Si lo dejo allí, su presencia destruirá ese mundo, y si lo dejo ahí, lo nuestro podría correr el mismo destino.

—¿Vas a despedirte de él? —preguntó el alfa, suavemente.

Jimin levantó la vista, el cansancio y la duda pintados en su rostro.

—No sé si seré capaz… Pero sí, debo hacerlo. —hablo cansado y con algo de dolor. —No es su culpa estar en medio de todo esto, él… no merece desaparecer sin entender por qué es.

Hubo un largo silencio entre ellos, roto solo por la respiración pesada de Jimin.

—Iré contigo. —dijo el alfa finalmente. —No dejaré que enfrentes esto solo.

Jimin lo miró sorprendido, pero una pequeña sonrisa triste se formó en sus labios.

—Gracias. —le acarició el rostro. —pero no puedo ponerte en peligro a ti.