Capitulo 20

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Disclaimer: Los personajes de Greys Anatomy y Station 19 no me pertenecen, son de Shondaland. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos.

Nota: Cursiva es italiano. 

La cotidianidad se apodera tanto de los adultos que muchas veces olvidan las cosas que prometieron a los niños. No se dan cuenta que los niños, sobre todo aquellos que han sido defraudados más de una vez, se aferran a esas promesas como milagrosos oasis en el desierto. Y eso comenzaba a pasar con Alessia.

—¿Qué pasa, farfalla? ¿Por qué estás aquí sola y con el entrecejo fruncido?

Había pasado casi un mes desde que la niña vivía oficialmente con la familia Deluca-Bishop. En ese tiempo también habían recibido la custodia de Liam y comenzado la remodelación de la casa para que los pequeños tuvieran las habitación que deseaban. Se acercaba el final del verano, así que era extraño tener a las dos madres en casa, por lo que Carina estaba muy extrañada al notar que Alessia no jugaba con Maya y sus hermanos en el jardín.

—Pensé que iríamos a buscar donde entrenar—dijo, viendo sus tenis—pero a Maya otra vez se le olvidó..supongo que no es nada.

Carina no pudo evitar pensar que el camino de Alessia aún era muy largo. Si bien era cierto que la niña les tenía cariño y aceptaba estar con ellas, aún prefería protegerse como ahora. Llamando a Maya por su nombre y negándose a aceptar que estaba molesta con ella.

—¿Por qué no le recuerdas eso, farfalla? Ha estado ocupada con los nuevos reclutas que han entrado a la Estación.

—¿Para qué? No es importante...

Tomando su muñeca, salió de la habitación y bajó corriendo las escaleras para reunirse con sus hermanos. La italiana respiró profundamente, decidiendo hablar con su esposa de una vez. En el jardín, Alessia ya correteaba a Liam y Francesca, quienes intentaban escapar de ella cuando Carina se acercó a su esposa.

—¡Mi amor!—sonrió Maya—¿Quieres que te ayude a cortar los ingredientes de la cena? Te diría que cocino, pero no pienso manejar incendios hoy...

La italiana sonrió abiertamente, tomando a su esposa por la cintura para besarla.

—¿No olvidaste algo, bambina?—preguntó Carina, cuando se separaron.

Maya abrió mucho los ojos, intentando refrescarse la memoria, pero no lo conseguía. Se mordió el labio y vio a su esposa, tomando un mechón de su cabello para enrollarlo entre sus dedos.

—Dime que no es un aniversario—rogó—¡Los tengo todos en varios calendarios!

—Eso es algo muy tierno, bambina—sonrió Carina—pero no se trata de eso. Le prometiste a Alessia que buscarían un lugar donde entrenar.

—¡Maldita sea!—soltó Maya, tan alto que sus hijos voltearon a verla. Tomando la mano de Carina la hizo entrar a la coicna—Ella quiere correr relevos, ¿cómo pude olvidarlo?

—No tengo idea, pero tenemos que hacer algo para no decepcionarla.

—El único lugar lo suficientemente bueno es donde yo solía entrenar.

—¿Por qué no la llévamos allí?

—No creo que sea seguro para nuestra familia—Maya bajó la mirada—no me gusta la persona que fui en ese lugar y no deseo que Alessia se convierta en ella.

Carina apretó la mano de su esposa, viéndola fijamente.

—Sabemos que eso pasó porque Lane se aprovechó de que eras una niña apasionada que, además de todo, buscaba su aprobación. ¿No has pensado que seria diferente si tu entrenas a Alessia?

Sara Perché Ti AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora