Capitulo 26

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Disclaimer: Los personajes de Greys Anatomy y Station 19 no me pertenecen, son de Shondaland. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos.

Nota: Cursiva es italiano. 

La noticia de la custodia de Alessia fue recibida con mucha emoción, no solo por la familia Deluca-Bishop, también por todos los miembros de la familia que solía conformar la Estación 19.

—¡Haremos una enorme celebración!—anunció Jack—¡Invitaremos a Andy, Vic y Theo! ¡Cocinaremos la pasta favorita de Alessia!

Al momento de contarles la noticia, Vicenzo había reaccionado con lágrimas en los ojos.

—No importa lo que pase, siempre serás mi nipotina—le dijo a Alessia.

Carina podía ver como la pequeña se contenía para abrazar al hombre. Parecía que las palabras de sus hermanos habían afectado mucho más de lo que dejaba ver.

—¿Y nosotros?—cuestionó Francesca, poniéndose de pie delante de su hermana.

Maya giró hacia Carina, esperando que interviniera, pero la italiana no era capaz. Una parte de ella deseaba ver que respondia su padre, dándole razones para defenderlo y para no odiarlo. Aquel momento fue una de la primeras veces en su vida que Vicenzo Deluca no la decepcionó.

—Por supuesto, cara mia!—dijo el hombre, abriendo los brazos—Tú y tu fratellino también son mis nipoti. ¡Pero tiene que hablar más italiano!

Francesca rio, cayendo en los brazos del hombre y riendo a carcajadas.

—¿Me vas a traer biscotti de Catania, nonno?

El hombre vio a Liam, quien no parecía del todo convencido con sus palabras. Alessia había aprovechado aquel momento para irse a su habitación, escondiéndose abajo de la cama para abrir una vieja carpeta de documentos que tenía guardada. En ella, algunas fotografías sobresalían.

—Debes llevarlas siempre contigo, Alessia. Nunca sabes lo que puede pasar.

Esas eran las palabras que su nonna le había dicho antes de entregarle esas imágenes, el día que fue a despedirse y Alessia le había hecho caso, cargándolos incluso cuando escapó de casa. Podría olvidar todo lo que era, pero nunca las palabras de su amada nonna.

—Ya no me acuerdo de tu cara—dijo, viendo a un hombre que sonreía junto a ella en la fotografía—¿Algún día me vas a perdonar, papa?

—Ya no me acuerdo de tu cara—dijo, viendo a un hombre que sonreía junto a ella en la fotografía—¿Algún día me vas a perdonar, papa?

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Alessia sentía las lágrimas reunirse en sus ojos, mordiéndose la lengua para no se escaparan.

—¿Alessia? ¿Campeona? ¿Estás aquí?

La puerta se entreabrió, por lo que la niña se apresuró a esconder su carpeta antes de salir de abajo de la cama, abrazando a su muñeca.

—¡Aquí estoy, mami!—dijo, fingiendo alegría—¡Se le cayó un tenis a mi muñeca Maya y debía buscarlo! ¡No lo iba a poder encontrar más tarde!

Sara Perché Ti AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora