Sara Perché Ti Amo

Capitulo 31. Final

Disclaimer: Los personajes de Greys Anatomy y Station 19 no me pertenecen, son de Shondaland. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos.

Nota: Cursiva es italiano.

La felicidad es un idioma que se puede leer de muchas maneras, o al menos así lo pensaba Carina. Desde que era niña, la italiana había sido hecho metas alrededor de su vida, con el objetivo de alcanzar la ansiada felicidad. Estudiaría mucho para ser una doctora del que su padre estuviese orgulloso; encontraría un hombre italiano que la amara mucho y que no gritara como su padre, para casarse y tener un hijo o dos. Poco sabía que su felicidad estaba muy lejos de eso.

—Mamma, ¡despierta!—Francesca se había sentado en el regazo de Carina, golpeando levemente sus hombros—Mamma! ESTOY ABURRIDA. ¡LIAM NO SE DESPIERTA! ¡ALESSIA Y MI MAMI YA SE FUERON! MAMMA!

—Francesca, picolina, baja la voz—rogó Carina, aunque sonreía—estamos dentro de casa y puedo escucharte perfectamente bien.

—¡No parece!—renegó la niña, cruzando los brazos.

La italiana se sentó en la cama, abrazando a su hija.

—¿Desde cuándo eres tan exigente?

—¡Mamma!—Francesca hizo un mohín cuando Carina la llenó de besos—¿Vamos a jugar?

—Ti voglio bene, Francesca.

Francesca sonrió ampliamnete, tomando las mejillas de su madre y besándola de la misma manera que ella lo había hecho antes.

—Ti voglio bene, mamma—dijo la niña—¿Podemos alcanzar a mami y a Alessia en el parque?

—En ese caso tendremos que despertar a Liam, picolina.

La forma en que Francesca sonreía, traviesa, era un calco perfecto de Maya.

—¡VAMOS!—Saltó inmediatamente, con fuerza, haciendo que Carina se sostuviera el estómago con fuerza y maldijera sonoramente en italiano, aunque Francesca no la escuchó pues ya estaba en la habitacion de su hermano, gritando a todo pulmón—¡LIAM! ¡VAMOS A IR AL PARQUE! ¡DESPIERTA!

Escuchó un golpe, seguido de un llanto que la hizo levantarse inmediatamente. Liam había reaccionado con confusión al escuchar a su hermana gritar, empujándola sin darse cuenta de quien era.

—Lo lamento, sorelina—sollozó el chico, sentándose junto a Francesca—Lo lamento mucho.

Se detuvo en la puerta, recordando un momento particular de su infancia, donde ella misma había provocado que Andrea cayera, sin saber que hacer para consolarlo, solo deseando con todas su fuerzas quitarle el dolor. No por primera vez, se preguntó porque su madre la había dejado y no había luchado por ella, por la felicidad que significaba estar juntos.

—No fue tu culpa, fratellino—dijo Francesca, frotándose la frente donde se había golpeado.

Mientras Carina y Liam consolaban a Francesca, Alessia terminaba su entrenamiento junto con Maya.

—Creo que hemos hecho suficiente por hoy, campeona—dijo la rubia, poniendo una mano en el hombro de la chica.

—¡Estoy segura que puedo mejorar mi tiempo!—anunció Alessia—¡Solo déjame intentar un kilómetro más, mami!

Maya cerró los ojos, el recuerdo que había tenido no era para nada feliz. Ella había entrenado en ese mismo parque con Lance, pero la diferencia era abismal. Ahora era su hija la que no quería parar, mientras a ella le preocupaba su salud.