28. coincidencias provocadas y más planes fallidos (o tal vez no del todo)

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Era el día de la velada.

Por la mañana, trataron de ir a desayunar y que Spreen y Juan chocarán pero en vez de eso, lo único que se chocó fue Drako con una farola, y está vez, el que no quería venir fue Spreen.

Después de desayunar trataron de juntarlos yendo a dar una vuelta y a comprar ropa. Ambos vinieron pero no se habalaron, solo habían miradas entre ellos, miradas que decían mucho más de lo que unas palabras.
La culpa y el arrepentimiento se podían ver en los ojos de Juan a pesar de que la mirada de Spreen estaba llena de ira y tristeza.
Juan miró al suelo y se fue solo por ahí, Spreen quiso ir detrás de él pero no fue capaz.
Drako miró a Carre y suspiró, no estaba funcionando.

Horas después, ya estaban en la velada.
Habían entrado hace media hora aproximadamente.
Drako no se separaba de Juan cosa que le estaba agobiando al de gafas.

―Juan, ¿vamos por algo de beber?
―Si, supongo...

Drako agarró la mano de Juan y comenzó a caminar entre toda la gente. Drako se chocó con Auton y Juan con Spreen, claramente fue a posta. Juan y Spreen se miraron.

―Disculpa...
―No hay problema...

Spreen se fue y Juan suspiró y fue a por algo de beber.

Las horas pasaron y todo el rato Drako estaba tratando de hacer que Juan se juntará con spreen. Juan ya estaba harto de Drako, no por el hecho de que le juntará con spreen, si no que no se despegaba de su lado y además estaba comenzando a sentirse algo mareado, se fue hacía el baño cuando Drako estaba hablando con Carre de algo interesante para ambos.

Camino al baño, Juan se chocó de nuevo con Spreen.

―Disculpa...
―¿Estás bien?...te has chocado hoy mucho...
―Si, yo...solo algo mareado...
―¿Quieres que te acompañe al baño?, te puedes caer o te puedes tropezar o cualquier cosa...
―No pasa nada, estoy bien...
―No, enserio, déjame acompañarte...
―Bueno...

Juan suspiró y Spreen le agarró la mano y le llevó hacia el baño asegurándose de que no se caía o se tropezaba.
Juan llegó al baño y se puso agua fría en la nuca. Spreen se apoyó en la pared y se cruzó de brazos mirando a Juan en silencio. Juan miró a spreen desde el espejo.

―Spreen...no tienes porqué quedarte...
―Quiero asegurarme de que estés bien...
―Estoy bien, no hace falta...
―Si estuvieras bien no estarías mareado...¿ha sido por algo en especifico?..
―No, no lo sé ha sido...de repente...

Spreen se puso detrás de Juan.

―¿Puedo...abrazarte?..
―Ah...eh...si, si, claro...

Spreen rodeó la cintura de Juan con sus brazos. Se acercó al oído de Juan. Juan suspiró sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo.

―¿Sabes algo Juan?...te he echado mucho de menos...

Spreen giro a Juan y le apoyo contra el lavabo. Se miraron cara a cara.

―Juan...¿no crees que... deberíamos...hablar las cosas?..

Spreen agarró la cintura de Juan y se pegó prácticamente a Juan el cuál soltó un suspiro nervioso.

―Si, si...yo...tenemos que hablar...las cosas...

Juan respiró hondo.

―Estás muy cerca...

Spreen sonrió.

―¿Y eso te molesta?..

Juan cerró los ojos y respiró hondo, cada vez más nervioso. Spreen se acercó al cuello de Juan, le dio un pequeño beso en el cuello.

―Spreen...

Spreen soltó un suspiro contra el cuello de Juan.

―Podemos arreglar las cosas antes de hablarlas...¿no crees cielito?...

Otro escalofrío recorrió el cuerpo de Juan. El aliento de spreen contra su cuello le estaba haciendo perder sus sentidos. Spreen apretó el agarre de la cintura con necesidad. Juan abrió los ojos y miró a Spreen. Juan agarró a spreen del cuello de la camiseta, acercó la cara de spreen a la suya y le besó. Era un beso lleno de necesidad y deseo.
El beso se intensificó, Spreen le guío hasta un cubículo mientras aún le besaba. Spreen se separó del beso, cerró la puerta y puso seguro.

―Juan, cielito...¿quieres hacerlo?
―Joder claro que quiero...

Spreen sonrió al notar las manos de Juan desabrochar sus pantalones vaqueros.

―¿Joder?, ¿ahora eres español?
―Cállate mejor ¿si?
―A ver cielito callame

Juan rodó los ojos, se le salió una sonrisita.

―¿No vas a callarme?
―No, ¿tienes lubricante?
―Carre me hizo traerlo por si se follaba a Drako...
―Bueno, pues no lo van a usar ellos...que compren más...

Spreen soltó una risita, Juan le empujó hacia la pared y se puso de rodillas. Spreen miró a Juan.

―¿Planeas hacerme una mamada antes?
―Si, es lo que voy a hacer

Juan le bajó los pantalones y la ropa interior a Spreen y sonrió al ver que ya la tenía parada.

―Así que soy capaz de calentarte con un solo beso ¿eh?
―Eres muy insoportable, lo sabes ¿no?, como y calla...

Spreen agarró a Juan de la cabeza.

―¡IVÁN NI SI TE OCURRA!

Spreen se rió y revolvió el pelo de Juan. Juan suspiró y comenzó a hacerle una mamada a Juan. Al principio iba despacio y lento, luego empezó a ir más rápido y a meterse toda la polla en la boca. Los gemidos de spreen inundaban el baño.

―¡M-me voy a c-correr!

Juan se quedó con la polla en la boca mientras Spreen se corría.
Juan abrió el váter y escupió.

―Habértelo tragado
―Ay, Iván, no empieces

Juan tiró de la cadena y se levanta.

―¿A donde crees que vas?

Spreen agarró a Juan de la cintura y le quitó los pantalones y la ropa interior. Puso a Juan contra la pared.

―Mh...Iván cuidado...

Spreen sacó el lubricante.

―No tenemos tiempo de ir con cuidado cielito, luego te recuperas...
―Iván n-ahh..

Juan cerró los ojo y gimió cuando notó la polla de Spreen dentro de él.
Las embestidas al principio eran lentas luego la intensidad empezó a aumentar.

Después de varias embestidas, ambos se corrieron, Juan respiró hondo tratando de regular la respiración, Spreen sacó la polla de Juan. Ambos se vistieron y se colocaron la ropa.

―Bueno, cielito, después de la fiesta repetimos, ¿no?

Juan sonrió y miró a Spreen.

―No...mañana por la mañana tenemos que hablar de esto seriamente...
―¿De que exactamente?
―De los últimos meses...de...nuestra ruptura...

Spreen suspiró.

―Vale...mañana lo hablamos...nos vamos a desayunar a alguna cafetería ¿te parece bien?
―Si, perfecto...me voy con Drako ¿vale?..te amo Iván...

Spreen sonrió

―Yo te amo más cielito...

Juan le dio un breve beso en los labios y se fue. Spreen suspiró y sonrió. Extrañaba a Juan y finalmente habían...¿hablado?, bueno, no, no habían habían hablado pero al menos habían follado y es un gran paso. Spreen salió y fue a disfrutar lo que quedarán de velada, está vez sin un dolor en el pecho. Solo quedaba esperar a mañana, a ver qué pasaba, a ver de qué hablaban, a ver si, finalmente, se arreglaba esto.
Eso esperaban los dos.

A través de una pantalla // Spruan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora