8. De vuelta a la rutina con una pequeña diferencia

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Juan y Drako ya estaban en el aeropuerto, de vuelta a Colombia. Drako aún estaba algo enfadado con Juan desde que discutieron, Drako estaba raro y distante, Juan lo entendía pero le dolía ver a su hermano comportarse de esa manera con él aunque se ponía en su perspectiva y lo entendía, a nadie le gustaría que su hermano hiciera eso.

Juan miró su móvil, vio la notificación de hace más de veinte minutos de spreen que ponía "escríbeme cuando estés en el aeropuerto o vayas a entrar en el avión"le respondió mientras entraba al avión.
Levantó la cabeza del móvil y buscó a su hermano, cuando el encontró fue con él.

―Pasa, venga, siéntate

Juan suspiró y se sentó al lado de la ventana. Drako se sentó a su lado.

Pasaron muchas horas, llegaron por fin a casa, su padre no estaba, estaría en algún bar o cualquier cosa. Juan le escribió un mensaje a spreen "ya estoy en casa, voy a descansar un rato, hablamos luego"
Juan suspiró y dejó el móvil. Fue a ducharse antes de empezar a desempacar.

Diez minutos después Juan terminó de ducharse y ponerse el pijama. La puerta se abrió, su padre.

―¡Ya habéis vuelto!, que bueno porque necesito desfogar

Juan tragó saliva y fue a su habitación, obviamente su padre fue detrás. Su padre cerró la puerta.

―¿En serio pensabas que te ibas a escapar?, llevo mucho sin desahogarme ¿sabes?, necesito a mi hijito.

Las lágrimas se acumularon en los ojos de Juan, se chocó con la pared de tanto retroceder mientras su padre se acercaba a él.

―Papá p-porfavor...d-dejame, estoy c-cansado...
―Ese no es mi problema.

Los golpes empezaron. Juan intentó defenderse. Su padre le agarró fuerte de las muñecas y no puedo devolverle los golpes o defenderse. No había hecho nada para que le pegará, simplemente le pegó por gusto.

Juan se despertó en el suelo de su habitación, con sangre y moratones. Y tristemente sin parte de abajo. No recordaba que había pasado. Lo único que recordaba es a su padre pegándole. Le dolían las piernas. Le dolía el cuerpo. Se colocó la ropa y se puso la parte de abajo, no entendía porque no la tenía. Fue a abrir la puerta del habitación pero estaba bloqueada por fuera.

―¿HOLA?..¿ME HABÉIS BLOQUEADO LA PUERTA?..

Juan intentó abrir la puerta una y otra vez sin poder.

―¡¡HEY!!, ¡DRAKO!, ¡PAPÁ!, ¡¡ABRIRME LA PUERTA!!

Drako suspiró detrás de la puerta.

―No, no vas a salir, no hasta que pase el suficiente tiempo para que te echen del trabajo.
―¿Me vas a encerrar?, ¿es enserio?, ¡TENGO UNA VENTANA!
―Tranquilo, me he encargado personalmente de que solo la puedas abrir un poco por arriba para que no quepas y te escapes
―¿ERES UN HIJO DE PUTA SABÍAS?
―Si, tú también, luego te traeré algo de comer
―¿Y SI TENGO QUE IR AL BAÑO?
―Ese no es mi problema...

Drako se alejó y Juan siguió intentando abrir la puerta sin éxito. Juan suspiró y se sentó en la cama, miró su móvil y vio la llamada perdida de Spreen de hace unos minutos. A Juan le pareció raro, se empezó a preocupar pensando un millón de cosas, agarró el móvil y llamó a Spreen.

―JUAAAAN, ¿COMO ESTASSS?

Juan no dijo nada por unos segundos, sonaba borracho, había ruido de fondo.

―¿Estás...spreen, estás bien?
―¡SSSII!, ¡OBVIO!, ¡ESPERA VOY AFUERA HAY MUCHO RUIDO Y NO TE ESCUCHO BIEN!

Juan se quedó en silencio unos minutos.
Spreen habló de nuevo.

―Lo he dejado con mi novia, bueno me ha dejado ella...dice que me ha sido infiel
―Oh, lo siento mucho speeen, ¿estás bien?
―Mejor que nunca, me he dado cuenta de que no la amaba, de que no me importaba, ¿sabes algo?, creo que no soy tan hetero como pensé
―Ah...¿y eso?
―No sé...he conocido a alguien y me ha parecido lindo pero eso no me hace gay supongo...no se estoy confundido...
―Bueno, lo piensas en otro momento, disfruta la fiesta...
―Juan, ¿estás bien?
―Si, obvio, ¿por?
―Suenas...triste...alomejor es la música, hablamos en otro momento CHAU
―Adiós pasat-

La llamada se colgó, juan suspiró y se acostó en la cama mirando al techo. No iba a dejar de trabajar solo porqué drako le haya encerrado.

Se cambió de ropa y arregló su ventana, no supo ni cómo. Salió por la ventana y se fue a trabajar.

Eran las cinco y media de la madrugada. Se despertó en un callejón con dolor de cabeza y sin ropa.
Juan tragó saliva al verse así, Tragué saliva, me miré las piernas, tenía sangre, mierda...Juan suspiró y se vistió ignorando que tenía sangre y fue a casa.

Llegó y subió por la ventana, entró a su cuarto cerró la puerta y se acostó en la cama. Suspiró y miró al techo empezando a llorar, abrazó a su yoda y se dio cuenta de que su cuento de hadas se acabó. Había vuelto a la normalidad. A su horrible vida. Y tenía que afrontarlo sin más.
Juan se quedó dormido de tanto llorar.

A través de una pantalla // Spruan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora