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Los primos no sabían que hacer con tantas bolsas, pues al parecer a Sergio y Charles les dio la gana de gastarse el dinero en grandes cantidades en cosas que efectivamente no necesitan.

— Sergio — Lo llamó porque el menor ni caso le hacía, lo estaba ignorando— ¿Ya me vas a prestar atención?

— Que molesto eres Max ¿Qué quieres? — Estaba pensando seriamente en llevar ese collar de oro puro.

— Tengo hambre y ya no puedo caminar más con tantas bolsas.

— Un hombre tan grande quejándose de pequeñas cosas, aguántate — Siguió mirando el accesorio— Lo quiero.

— ¿Qué quieres qué? —El menor le mostró el collar— Es lindo.

— Lo sé pero yo te lo decía porque quiero tu black card.

— Me vas a dejar pobre — Se quejó, dejó las bolsas en el suelo para poder sacar su tarjeta.

— Eres mi marido y por lo tanto tú pagas — Prácticamente le quitó la black card — Empieza a acostumbrarte.

— Si, si lo que digas — No podía ponerse a discutir porque si le acusaba con su padre capaz y quedaba desheredado.

Sergio mostró una sonrisa a la vendedora, tonto Max Verstappen quien pensó que solo pagaría por ese collar que costaba miles de dólares porque se le unió un anillo y una tobillera, que lindo era la vida cuando no gastabas tu propio dinero.

— Bien, ya podemos irnos.

— Vayamos a comer — Miró al más bajo— No solo compraste el collar ¿Verdad?

— Que te importa, ya vámonos que Carlos y Charles nos esperan.

— Efectivamente me voy a quedar pobre — Se quejó por milésima vez.

Fueron al encuentro de Carlos y Charles que ya estaban en un restaurante, ambos se veían sonrientes y tal vez estaban coqueteando hasta que llegaron ellos.

Se sentaron uno al lado del otro, Carlos le sonrió a Charles un poco cómplices quizás.

Carlos: Parece que el matrimonio próspera cuando le haces caso a tu esposo.

Max: Al parecer tú estás practicando desde ya.

Carlos: Por supuesto, tengo que darle lo mejor desde el primer momento que llegue a mi vida.

Sergio: ¿Podrían dejar de tirarse indirectas entre ustedes? Hay que pedir la comida ya.

Charles: Checo tiene razón, dejen de ser tan infantiles.

Max y Carlos: Como digan.

Ninguno parecía querer llevar la contra pues ya sabían que de todas formas saldrían perdiendo, pidieron comida mexicana pues Sergio quería comer eso y aunque no era obligatorio que todos comieran lo mismo lo hicieron solo porque se trataba de la comida típica de la tierra del menor.

La comida iba a demorar un poco por lo que Max dejó caer con cuidado su cabeza en el hombro de Sergio, este no lo corrió acto que no pasó desapercibido por los otros dos presentes.

Era como vivir los momentos del pasado solo que con un Max y Sergio con más edad.

Unos años atrás.

Un pequeño Max de diez años perseguía a un Sergio de ocho años a donde sea que esté fuera, pues en su mente ese niño solo debía ser su amigo, solo de él y esa mentalidad egoísta se le atribuía a que era un nene.

Cuando algún otro niño quería jugar con Sergio en especial un británico de piel morena, Verstappen no podía soportarlo por lo que normalmente tiraba del menor y se lo llevaba a otro lado sin ningún tipo de excusa.

SAUDADE (CHESTAPPEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora