XVIII

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El hospital era un caos, habían llegado dos pacientes en estado crítico uno de ellos estaba gestando y en su condición podrían fallecer si no actuaban rápido.

— Tenemos una operación de emergencia, repito, tenemos una operación de emergencia alisten el quirófano.

La prioridad era salvarles la vida, no había que esperar nada ni a nadie era ahora o nunca, ese lugar siempre estaba lleno de gente que buscaba una segunda oportunidad así que los encargados harían hasta lo imposible para dárselos.

Unas horas antes...

Aproximadamente había pasado una semana desde que estaban en la casa de campo así que tenían que volver a su hogar, aunque la idea no le hacía tan feliz a Sergio ya que se había encariñado mucho con el lugar y lo que había en ella, como por ejemplo el lago donde pasó horas y horas se había convertido en su lugar favorito.

El bajito se despidió del gato quien lo miraba atentamente amando la atención y los cariñitos que se le era proporcionado.

— Mi amor solo iremos tú y yo porque Lando volverá más tarde con mis padres.

— ¿Pero si volverá más tarde?

— Si cariño, no te preocupes estará bien ¿Sí? Ha estado con mis padres hace mucho tiempo así que no será raro para él.

— Bueno — Hizo un mohín con sus labios— ¿Me compras mi casa en el campo?

— Lo haré porque se que te gusta mucho.

Mostró una bonita sonrisa ante la respuesta positiva que le dio su marido así que fue a despedirse de sus suegros y de Lando, quienes le dijeron que lo verían en unas horas con algo de tristeza se subió al auto abrochándose el cinturón a duras penas, lo único que odiaba de estar gestando es que todo se le hacía más difícil.

— Puedes descansar porque el camino es un poquito largo.

— Mi amor dormí casi todo el tiempo, no tengo sueño.

— Si tú lo dices es porque es verdad.

Max empezó a conducir con una sola mano porque la otra la tenía entrelazada con la de Sergio quien por obvias razones no se negó.

— ¿Sabías qué Carlos le pedirá la mano a Charles?

— No pero ahora que lo sé podré molestarlo un poco.

— Que malo, deberías felicitarlo por tomar una gran decisión.

— Lo felicitaré pero primero me las cobraré por sus chistesitos de antes.

— ¿Crees qué se casen pronto?

— Conociendo a Carlos aceptaría casarse el mismo día que se compromete.

— Charles es igual, si fuera por él ya se hubiera casado hace rato con ese hombre pero no lo culpo porque estamos hablando de Carlos.

— Me estoy empezando a poner celoso — Acarició con su pulgar el anillo del menor — No sé, creo que te olvidas que eres mío para siempre.

— Hay que casarnos de nuevo — Lo miró — Quiero que sea uno de los días mas felices de mi vida.

— Soy capaz de casarme miles de veces si eso te hace feliz mi amor.

— Conste que estás aceptando pero primero hay que encargarnos de ellos — Apunto a su pancita — Tus hijos son muy traviesos, no me dejan dormir.

SAUDADE (CHESTAPPEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora