XVII

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El sonido del viento golpeando con suavidad los árboles se escuchaba en todo el lugar, sentado en el pequeño puente de manera que había sido construido en la orilla del río Sergio hablaba por FaceTime con su mejor amigo quien estaba en uno de los yates de su padre, parecía un verano eterno para Charles.

— ¿Cuándo vuelves?

"En unos días, estoy en un viaje familiar y cuando vuelva posiblemente Carlos pida mi mano a mi papá ¿Puedes creerlo?"

— Nada de enamoramiento ustedes pasaron de frente a la pedida de mano — Movió su pie dentro del agua— Me alegra que decidieran por fin estar juntos, ya era hora.

"Es que creo que llevábamos enamorados mucho tiempo así que no me andes criticando porque tú le diste dos hijos a Max antes de siquiera invitarte un cafecito, déjame decirte que estoy emocionado así como también nervioso ¿Y tú cómo vas con ese rubio sexy?"

— Eso es un ataque personal — Le mostró la lengua como un niño berrinchudo — Deja de decir que mi esposo es sexy porque me pongo celoso.

"Bueno con eso ya me respondiste todo"

— Estamos bien, me gusta sentirme así sabes — Movió un poco el teléfono — Por cierto, necesito que hagas algo por mí.

"Tú dime lo que quieres y moveré el mundo por ti bonito"

— Aposté con Max sobre el sexo de los bebés pero terminé perdiendo así que le debo un Ferrari.

"¿Cuál de todos? Se que lo estás comprando porque también lo quieres para ti"

— Pues no te equivocas así que quiero el último que salió, cuando vuelva a casa lo quiero encontrar en el garage además quiero que tenga una dedicatoria, ya sabes, te diré por mensaje lo que quiero que pongas.

"Estaré encantado de hacer negocios contigo Sergio de Verstappen"

— Mi nombre suena muy bien con su apellido — Dijo en un tono engreído.

Cada vez que hablaba con charles por llamada o FaceTime tardaba muchísimo, había tantas cosas que comentar y mantenerse informados como lo catalogaba pero en realidad solo eran un poco chismosos.

Finalmente cuando colgó habían pasado ya casi dos horas así que dejó el teléfono a un lado para ver el lindo paisaje que el lugar le ofrecía, le dieron ganas de comprarse una casa en el campo para poder ir cuando estuvieran un poco aburridos de su vida cotidiana, de tanto pensar casi que se durmió en su sentado pero alguien lo interrumpió sentándose a su lado.

— ¿Te gusta este lugar? — Había visto a su pecoso por horas pero se acercó cuando lo vio cabecear, podría haberse caído o algo así.

— Mucho — Puso su cabeza sobre el hombro ajeno cerrando los ojos de inmediato— Me siento en paz, es muy relajante.

— Me alegra — Acarició su mejilla con suavidad— ¿No quieres ir a la cama? Te sentirás más cómodo.

— No, me gusta aquí porque es muy lindo y fresco, déjame ser feliz.

— Solo preguntaba — Inclinó levemente su cabeza para hacer contacto con la de Sergio — Quiero decirte algo pero no te enojes conmigo.

— Adelante.

— Sin querer escuché la conversación que tuviste con Lando, cuando dijiste que entendías lo que es el sentimiento de ser agredido y no poder hacer nada me hizo darme cuenta una vez más de lo mucho que te lastimé.

— Ninguno sabía cómo manejar lo que estaba pasando, quizás fue una reacción no grata a la situación.

— No quiero excusarme, los dos fuimos partícipes de esto, debí de reconocerlo desde el inicio solo que decidí ser un idiota y lo lamento tanto, enserio mi amor perdóname por toda la mierda que dije e hice porque en verdad no te merecías nada de eso, ya tenías suficiente con estar gestando a los bebés como para tener que soportar algo más.

SAUDADE (CHESTAPPEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora